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18/07/2014

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Industria y Emprendimiento

Marcado de origen del producto

"Made in the EU"

La confianza es el pilar de la economía. Cuando los consumidores no confían en un producto, no lo compran. En un mercado de 500 millones de personas, el hecho de conocer personalmente al vendedor o al fabricante solo puede orientar la elección de los consumidores para un número reducido de productos. Para todos los demás, debemos disponer de indicadores que permitan conocer el origen de los productos y, los hagan, por tanto, más fiables.

Cuando los compradores pueden establecer fácilmente el origen de un producto, se sienten más seguros y tienen más razones para comprar. La reciente propuesta de la Comisión de introducir una etiqueta "Made in" (Hecho en) obligatoria para todos los productos de consumo vendidos en la UE responde a este afán del mercado.

Hoy en día apenas existen normas y los fabricantes no tienen obligación de indicar en las etiquetas el origen exacto de sus productos. Esto supone una ventaja para las empresas desleales que utilizan etiquetas falsas o que nunca etiquetan sus productos.

Y es un peligro para los consumidores, ya que implica que los productos peligrosos encuentran menos obstáculos para circular libremente en el mercado de la UE. Las autoridades nacionales siguen sin poder establecer la procedencia de uno de cada diez de los productos peligrosos confiscados en la UE.

Para poner fin a esta situación caótica, son muchos los países de la UE que han tratado de introducir normas sobre el etiquetado nacional de origen. Sin embargo, como las normas nacionales pueden variar de un país a otro, si estas normas se convirtieran en leyes, podría aumentar la confusión y el perjuicio a las empresas que actúan de forma legítima.

"A raíz de las peticiones del Parlamento Europeo y las acciones de varios países de la UE, la Comisión Europea decidió proponer un nuevo Reglamento que exige que los productos de consumo lleven una indicación del país de origen. Las etiquetas obligatorias de origen ya han demostrado ser muy eficaces para aumentar la confianza de los consumidores en los productos alimenticios, ya que facilitan la trazabilidad de sus productores. Ampliar las etiquetas de origen a todos los bienes de consumo dará un nuevo impulso al mercado interior de la UE".

La propuesta de la Comisión intenta evitar que se produzca esta situación. Los consumidores estarán mejor protegidos en toda la UE y, al mismo tiempo, las normas comunes evitarán que surjan nuevas barreras nacionales como consecuencia de las divergencias entre las legislaciones nacionales sobre el etiquetado de origen.

La información sobre el origen de los productos es esencial para poder tomar medidas concretas contra los infractores, por lo que constituye una poderosa arma disuasoria contra la venta de productos peligrosos.

Es de esperar que los fabricantes honestos acojan con satisfacción esta propuesta, ya que aumentará la confianza de los consumidores e impulsará las ventas. Los productores deben tener en cuenta también que el uso de la etiqueta "Made in" (Hecho en) no supondrá cargas administrativas añadidas ni costes adicionales.

La etiqueta permitirá un alto grado de flexibilidad. La etiqueta general "Made in the EU" (Hecho en la UE) puede utilizarse para todos los productos que hayan sufrido su última transformación sustancial en un país de la UE. Pero los fabricantes europeos seguirán siendo libres de elegir la etiqueta nacional correspondiente —como "Made in Germany" (Hecho en Alemania) o "Made in the UK" (Hecho en el Reino Unido)— si así lo desean.

Última actualización: 18/07/2014 |  Comienzo