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La Unión Europea (UE) ayuda a las ciudades a ser más verdes y sostenibles a través de políticas y financiación, que permiten a los urbanistas alcanzar los objetivos de la UE de llevar a cabo la transición ecológica hacia una economía circular.
Por ejemplo, la Estrategia de la UE en materia de biodiversidad para 2030 incluye un plan de recuperación de la naturaleza para ayudar a las autoridades urbanas a introducir soluciones basadas en la naturaleza (SbN) que pueden mejorar la calidad de vida.
Por su parte, la Estrategia de la UE sobre adaptación al cambio climático apoya a las ciudades a la hora de adoptar medidas para mitigar los efectos del calentamiento global.
Como parte del Pacto Verde Europeo, en 2020 se adoptó un nuevo Plan de acción para la economía circular (CEAP). Al adoptar conceptos de economía circular en la gestión de recursos, las ciudades pueden establecer un camino para sí mismas hacia una mayor sostenibilidad.
La UE también ha desarrollado criterios de contratación pública para guiar a las autoridades en la publicación de licitaciones públicas «verdes». Además, la nueva Carta de Leipzig proporciona un documento político marco para un desarrollo urbano sostenible en Europa.
En el contexto de la agenda urbana de la UE, se han establecido tres asociaciones de múltiples partes interesadas con el fin de informar y mejorar la práctica del desarrollo urbano sostenible:
Diversas ciudades europeas han emprendido acciones concretas a través de una o más de estas asociaciones prestando especial atención al desarrollo urbano sostenible. Asimismo, las estrategias urbanas integradas se han diseñado con el respaldo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). El Programa de la Red de Desarrollo Urbano (URBACT) y las Acciones Innovadoras Urbanas también ayudan a las ciudades a desarrollar iniciativas concretas.
Soluciones sostenibles pioneras
Inspirándose en la labor de la Asociación para un uso sostenible de la tierra y SbN, la ciudad italiana de Bolonia comenzó a revisar su plan general de urbanismo en 2018. El nuevo plan adopta los principios de economía circular a la vez que fomenta la regeneración de la tierra y la reducción de la expansión urbana.
La ocupación de terrenos, la cantidad de tierra perdida por el desarrollo urbano, es ahora el principal indicador de referencia para medir los nuevos desarrollos urbanos en la ciudad. El nuevo marco de planificación también ha animado a la recuperación y regeneración de edificios antiguos y zonas en desuso.
Por otro lado, la ciudad neerlandesa de Haarlem es la coordinadora de la Asociación para la contratación pública innovadora y responsable. La ciudad también ha creado centros de cooperación local, que se ocupan de establecer estrategias sostenibles de contratación pública.
Los municipios responsables de la planificación y la contratación pública no siempre tienen suficientes expertos en aprovisionamiento y su nivel de competencia puede variar. Los centros ayudan a resolver estas cuestiones mediante la puesta en común de recursos y conocimientos para garantizar la buena calidad de las prácticas de contratación.
La segunda ciudad más grande de Eslovenia, Maribor, ha desarrollado una manera de seleccionar intervenciones urbanas con impacto que tienen en cuenta las necesidades económicas, ambientales y sociales.
La ciudad comenzó desarrollando una estrategia de economía circular, una iniciativa que recibió financiación del proyecto financiado por el FEDER Greencycle.
Entre otras actividades, Maribor está llevando a cabo un proyecto llamado Urban Sil 4 Food, cuyo objetivo es reducir la cantidad de residuos biológicos y de la construcción que terminan en vertederos, derivándolos a la producción de suelos para jardines, espacios verdes y obras de construcción.
Domesticar la jungla urbana
La ciudad de Prato (Italia) está realizando múltiples iniciativas para fomentar la sostenibilidad. Por ejemplo, el proyecto Piu' Prato está ayudando a reurbanizar el distrito Macrolotto Zero de la ciudad con el fin de hacerlo más habitable y económicamente activo.
Las acciones del proyecto incluyen volver a poner en uso edificios abandonados, construir espacios verdes y promover la movilidad sostenible. Por su parte, el proyecto Prato Urban Jungle pretende devolver la naturaleza a determinados barrios a través del desarrollo de espacios verdes.
La capital de Noruega, Oslo, es la coordinadora de la Asociación de economía circular. Uno de los principales logros de la asociación es el desarrollo de un conjunto de veintinueve indicadores para medir el progreso de una ciudad hacia un modelo de economía circular.
La ciudad ha desarrollado varias iniciativas para reducir los residuos. Ha establecido nueve minicentros de reciclaje para facilitar el que los residentes tiren pequeñas cantidades de residuos peligrosos y voluminosos sin necesitar un vehículo propio.
MÁS INFORMACIÓN
«Making use of circular procurement and specific targets and indicators» (Utilización de la contratación circular y de objetivos e indicadores específicos)