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por Marina Maggini (Instituto Nacional de Sanidad de Italia) y Jelka Zaletel (Instituto Nacional de Salud Pública de Eslovenia)

por Marina Maggini (Instituto Nacional de Sanidad de Italia) y Jelka Zaletel (Instituto Nacional de Salud Pública de Eslovenia)

La diabetes es una enfermedad grave bastante extendida: según las estimaciones más recientes de la Federación Internacional de la Diabetes, en 2015 la padecían en todo el mundo 415 millones de adultos (20-79 años). Esta cifra representa aproximadamente el 9% de las personas pertenecientes a ese grupo de edad. Si no intervenimos, se prevé que cerca de 642 millones de personas tendrán diabetes en 2040. En la Unión Europea, la frecuencia de la diabetes oscila desde el 4 o 4,5% de Lituania, Estonia e Irlanda, hasta algo menos del 10% en Chipre, Malta y Portugal.

La diabetes aumenta el riesgo de padecer muchos problemas graves de salud como enfermedades cardiovasculares, ceguera, neuropatías, complicaciones en las extremidades inferiores, nefropatías, etc. Sin embargo, la modificación del estilo de vida de las personas de alto riesgo permite evitar muchos casos de diabetes tipo 2, la forma más común de la enfermedad, o retrasar sensiblemente su aparición. Por otra parte, las terapias, los cambios en el estilo de vida y la autogestión eficaz consiguen que muchas personas diabéticas impidan o retrasen la aparición de complicaciones.

La puesta en marcha en 2014 de la acción conjunta europea "Abordar las enfermedades crónicas y el envejecimiento saludable durante todo el ciclo vital" (CHRODIS) responde a los esfuerzos de la Comisión Europea por unir fuerzas en pro de la prevención y el tratamiento de las principales enfermedades crónicas. La diabetes se eligió para un estudio de caso sobre el refuerzo de la asistencia a los pacientes con enfermedades de este tipo. El principal objetivo es utilizar los conocimientos disponibles para mejorar la coordinación y la cooperación entre los países, al objeto de actuar sobre la diabetes mediante el intercambio de buenas prácticas.

En el marco de CHRODIS se llevó a cabo una cartografía de los planes nacionales de diabetes en Europa, que sirvió de base para un informe destinado a identificar los factores que pueden facilitar el desarrollo, aplicación y sostenibilidad de dichos planes. Los países europeos han progresado, aunque con diferentes enfoques, en su respuesta política sistemática a la carga que representa la diabetes. Las enseñanzas extraídas de estas experiencias pueden apoyar los esfuerzos de los países para crear una estrategia global exitosa que permita prevenir y tratar la diabetes, así como las enfermedades crónicas en general.