Todos deberíamos poder decidir dónde, cómo y con quién vivir. Sin embargo, para muchas personas con discapacidad, esto no es posible, a menudo debido a la falta de servicios en la comunidad, a un insuficiente apoyo a las familias y los cuidadores y a entornos y servicios inaccesibles. La pandemia de la COVID-19 ha desvelado los retos que afrontan las personas con discapacidad, tanto si viven en la comunidad como en instituciones. La Estrategia decenal sobre los derechos de las personas con discapacidad de la Comisión aborda esta desigualdad y establece medidas que darán a las personas con discapacidad un mayor control sobre este aspecto tan importante de sus vidas.

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El apoyo adecuado para vivir de forma independiente y formar parte de la comunidad

Más de un millón de personas con discapacidad menores de sesenta y cinco años viven en instituciones en la UE. Esta cifra alcanza los dos millones para las personas mayores de sesenta y cinco años. Algunas de ellas están separadas de su comunidad y no tienen suficiente voz respecto a sus propias vidas. Para devolverles más control y permitirles vivir de forma independiente, es necesario mejorar los servicios. Las personas con discapacidad necesitan servicios locales accesibles, asequibles y adaptados para vivir en su propia casa o con sus familias. Estos servicios pueden ser de atención regular, ayuda médica en el hogar, asistencia para viajar o ayuda para gestionar su vida cotidiana (presupuestos, compra, etc.). Además, esta asistencia tiene que estar disponible en las comunidades rurales más remotas, no solo en pueblos y ciudades.

La Estrategia propone una serie de medidas a fin de ayudar a las personas con discapacidad a elegir su forma de vida y ocupar el lugar que les corresponde en su comunidad. A continuación se enumeran algunas de las medidas.

• La Comisión elaborará guías sobre cómo mejorar la vida independiente para 2023.
• Los países de la UE deben promover y financiar viviendas sociales accesibles para personas con discapacidad y abordar el reto de la falta de vivienda entre las personas con discapacidad.
• La Comisión también desarrollará un marco para unos servicios sociales de excelencia destinados a personas con discapacidad para 2024 a fin de mejorar la ayuda disponible. También examinará cómo hacer de este sector un lugar más atractivo para trabajar dada su importancia.
• Los países de la UE deben emplear las buenas prácticas identificadas para garantizar el éxito del paso de una institución a una vida más independiente en la comunidad.

La sociedad tiene la responsabilidad de garantizar que las personas con discapacidad puedan tomar de verdad decisiones sobre dónde vivir y con quién.