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por John F. Ryan, director de la Comisión Europea para Salud Pública y Gestión de las Crisis Sanitarias

por John F. Ryan, director de la Comisión Europea para Salud Pública y Gestión de las Crisis Sanitarias

Las amenazas transfronterizas para la salud constituyen un reto importante tanto para los países desarrollados como para los subdesarrollados. Debido a la propagación de los vectores y al desarrollo de rápidas conexiones de transporte entre continentes, todas las partes del mundo pueden verse rápidamente afectadas por brotes de enfermedades. La posibilidad de graves consecuencias para la salud humana suele ir acompañada de trastornos sociales y económicos significativos. Por eso, una buena defensa contra esos efectos consiste en estar preparado, además de contar con unas sólidas capacidades básicas: sistemas de vigilancia y mecanismos de notificación, alerta y respuesta en los ámbitos de la salud humana y la salud animal. La coordinación a escala de la UE de las respuestas nacionales a las amenazas garantiza que las medidas adoptadas en cada país puedan ser compatibles entre sí y, por lo tanto, se refuercen mutuamente.

Aunque el riesgo de transmisión directa del virus del Zika en un ser humano a partir de un mosquito Aedes sea mínimo en Europa, desde que el brote actual del virus del Zika apareció por primera vez en el punto de mira, la UE ha estado en estrecho contacto con el ECDC, las autoridades de los Estados miembros, los sectores del turismo y el transporte, el centro para la prevención y el control de enfermedades de EE. UU. y demás autoridades sanitarias europeas e internacionales pertinentes con el fin de ayudar a los Estados miembros a estar mejor preparados para el brote de esa enfermedad. De acuerdo con las evaluaciones de riesgos realizadas por el ECDC, el Comité de Seguridad Sanitaria de la UE ha estudiado la respuesta coordinada al brote al tiempo que este evolucionaba y esta respuesta se está modificando ahora que el brote se propaga a Asia.

Nuestra capacidad de reacción aumentó hace tres años gracias a la Decisión 1082/2013/UE sobre las amenazas transfronterizas graves para la salud y a la reciente creación del Cuerpo Médico Europeo, que moviliza a expertos en medicina y salud pública de dentro y fuera de la UE como efectivos de la Emergencia Sanitaria Mundial. 

La Comisión pretende acelerar la aplicación del Reglamento Sanitario Internacional y colabora con la Organización Mundial de la Salud y otros grupos para mejorar su grado de preparación y su capacidad de respuesta mundial ante las amenazas químicas y biológicas, el terrorismo radionuclear y la gripe pandémica. Por otra parte, el objetivo del centro de conocimientos para la gestión del riesgo de catástrofes de la Comisión es impulsar la resistencia de la UE y los Estados miembros a las catástrofes y su capacidad para prevenir, prepararse y responder a las emergencias.

La Decisión sobre las amenazas transfronterizas para la salud también incrementa la coordinación en toda la UE de las medidas de preparación y permite la elaboración periódica de informes para determinar dónde pueden introducirse mejoras. Introduce también la posibilidad de que los Estados miembros se adhieran al acuerdo de adquisición conjunta de contramedidas médicas, un mecanismo que está siendo implantado con éxito.

Los Estados miembros pueden obtener beneficios de su colaboración para hacer frente a los retos comunes gracias al establecimiento de estrategias eficaces para prevenir enfermedades, como unos niveles elevados de vacunación o la prevención de la resistencia a los antibióticos, y al aumento de la prevención del VIH, la hepatitis y la tuberculosis.

Como conclusión, la importancia de la prevención y la preparación ante las enfermedades transmisibles y otras amenazas para la salud no puede subestimarse y es un aspecto fundamental de la protección de los ciudadanos y la sociedad.

Health Crisis Management

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