por Vytenis Andriukaitis, comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria
El brote de ébola fue el primer reto que tuve que afrontar al tomar posesión del cargo, hace ya casi un año. Junto con el comisario Stylianides, fui a los países afectados: Guinea, Liberia y Sierra Leona. Estuvimos tan solo unos días, pero no solo vimos, sino que vivimos lo que se estaba haciendo. Solo podía imaginar lo que es luchar contra esta letal enfermedad durante meses y contener su propagación.
La idea del Premio de Salud surgió poco después de nuestro regreso. Queríamos reconocer y premiar las iniciativas de las ONG que luchaban contra el ébola sobre el terreno y fomentar unos altos niveles de salud pública en Europa y en todo el mundo.
Así es cómo surgió el primer Premio Europeo de la Salud. Y como este año está dedicado a premiar los esfuerzos heroicos, el coraje y la determinación de las ONG que luchan contra el ébola en África occidental, lo más adecuado era anunciar los ganadores en la conferencia "Las lecciones del ébola" en Luxemburgo, organizada conjuntamente por la Comisión Europea y la Presidencia luxemburguesa del Consejo de la UE.
El Premio Europeo de la Salud quiere destacar las iniciativas y el compromiso de las organizaciones no gubernamentales internacionales, europeas, nacionales y regionales que aportan una contribución significativa a la salud pública dentro y fuera de las fronteras de la UE. Este año he querido que el Premio recompense la lucha contra el ébola, pero cada año se dedicará a un tema distinto. Me gustaría que el Premio, aunque reconozca el mérito por algo ya conseguido, anime a las organizaciones a proseguir su labor vital en el futuro.
Este año, los ganadores han dado muestra de los mejores ejemplos que pueden aumentar nuestra preparación para hacer frente a las crisis graves. Los ha seleccionado, entre 26 inmejorables candidatos, un jurado compuesto por especialistas de la sanidad pública y representantes de organizaciones no gubernamentales de la UE, presididos por la Comisión. Después de largas deliberaciones, los ganadores han sido tres: ALIMA (Alliance for International Medical Action), Concern Worldwide y la Cruz Roja Española.
ALIMA obtuvo el primer premio por contribuir a contener la propagación del virus en Mali y Senegal, por suministrar tratamiento, control de la transmisión y vigilancia mediante la construcción de un Centro de Tratamiento del Ébola en Guinea y por su aportación a la investigación del tratamiento de la enfermedad.
El segundo premio se concedió a Concern Worldwide por su colaboración en la realización de enterramientos seguros y dignos y por cartografiar las sepulturas en Freetown (Sierra Leona).
La Cruz Roja Española ganó el tercer premio por sus "cinco pilares de intervención" en respuesta al ébola: asistencia sanitaria directa, localización de contactos, vigilancia y apoyo psicosocial a las comunidades locales y ayuda para crear y poner en funcionamiento centros de tratamiento del ébola en África Occidental.
Una de las muchas "Lecciones del ébola" es que se necesita un esfuerzo unido y coordinado para proteger la salud mundial. Las enfermedades no conocen fronteras pero, como nos enseñan estas ONG, el coraje y la compasión tampoco.
