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COLABORACIONES


Traducción institucional, administraciones y expertos:
un cruce de senderos

El traductor institucional es un soñador, como todo mortal. Sueña que en su universo, poblado de documentos originales que ha de trasvasar a su lengua, cada palabra brilla con la luz del sentido unívoco y está respaldada por un autor siempre en disposición de proporcionarle la información necesaria para despejar toda duda respecto al contenido del texto. Las palabras de su traducción, a su vez, le permiten comunicarse, mediante invisibles vínculos, con los especialistas en la materia de la que trata el texto y con los destinatarios de este, que le confirman o le permiten rectificar el uso que ha hecho de ellas.

Cuando nuestro traductor despierta, asomado a la ventana en blanco de la pantalla de su ordenador, toma conciencia de su realidad y con frecuencia se da de bruces con ella. Es cierto que algunos traductores institucionales sí alcanzan a ver realizado su sueño, siquiera sea fugaz o parcialmente. Hay casos en los que el traductor cuenta con el privilegio de poder solventar sus dudas con el autor del texto y de obtener el refrendo o las observaciones de sus usuarios más cualificados o de los expertos del sector correspondiente, pero, por desdicha, no es esa la norma.

Los traductores de las instituciones de la Unión Europea suelen contar con un grado aceptable de comunicación con los autores (sus «clientes») y con información específica acerca del texto y otros textos afines. En cambio, la comunicación con los expertos o los usuarios posteriores de su traducción no siempre resulta fácil, en parte debido a lo apremiante de los plazos a los que ha de ajustarse el traductor, o sencillamente a la inexistencia de vías de comunicación con los usuarios y con los expertos.

El Departamento de Lengua Española de la Dirección General de Traducción de la Comisión, consciente de estas carencias, viene reflexionando desde hace algunos años acerca del modo de superar los obstáculos para dicha comunicación y postulando, al lado de otras entidades y grupos de profesionales, la instauración de una plataforma para la terminología en español (proyecto Terminesp1) y de foros de debate (como Valiter2) orientados a la validación de terminología. En coherencia con estas iniciativas, el Departamento se ha propuesto establecer un canal de comunicación institucional y permanente con la Administración central española y con las principales «autoridades terminológicas» que permita el intercambio de consultas de traducción y terminología, relacionadas esencialmente con la legislación de la Unión Europea.

Con la vista puesta en ese objetivo, he tenido la oportunidad de trabajar durante cuatro semanas en Madrid en el otoño que ahora termina, en el marco del programa Visiting Translator Scheme (VTS)3. En ese período he visitado la mayor parte de los ministerios españoles, así como otros organismos, como AENOR, el CSIC, la Real Academia de Ciencias, la Oficina Española de Patentes o el Banco de España. En todas las entrevistas que he celebrado, mis interlocutores han reconocido la importancia que tiene la precisión terminológica para la seguridad jurídica de los actos legislativos de la Unión Europea y de los textos de la legislación española que derivan de aquellos de manera directa (mediante la transposición de Directivas) o indirecta, así como el interés que comparten las instituciones nacionales y europeas en la búsqueda de vías de comunicación estables para prevenir los errores y adoptar las soluciones terminológicas óptimas.

Particularmente fructíferos han sido los contactos con la Administración central, con la que hasta ahora no era posible una comunicación rápida y directa. Ni que decir tiene que la comunicación que se está fomentando, como es lógico, excluye toda posibilidad de influencia de los intereses nacionales en los textos legislativos de la Unión por medio de la traducción a la lengua del país correspondiente. Es preciso señalar que los logros obtenidos durante mi estancia en Madrid han sido posibles gracias a la decisiva intervención de la Representación Permanente de España ante la Unión Europea y de la Secretaría de Estado para la UE, a través de su Dirección General de Asuntos Generales y de Coordinación de Políticas del Tratado de Funcionamiento de la UE y de la Subdirección General de Asuntos Institucionales, y a la inestimable colaboración de la Representación de la Comisión Europea en Madrid.

En uno de los ministerios cuya actividad legislativa relacionada con la Unión Europea es más intensa, el de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, tras un primer contacto, fui invitado a una reunión más amplia en la que participó una treintena de funcionarios, tanto del ámbito técnico como del jurídico, responsables de distintas áreas del ministerio. En la reunión se mencionaron algunos problemas terminológicos específicos y se sentaron las bases para una comunicación fluida. Sobre este modelo, mi Departamento propondrá a otros ministerios la celebración de reuniones análogas en las que se aborden las dificultades específicas de cada ámbito.

Aunque la iniciativa que aquí se ha expuesto ha correspondido a la Dirección General de Traducción de la Comisión Europea, se inscribe en el espíritu de colaboración y complementariedad de los servicios de traducción española de todas las instituciones de la Unión Europea, en especial los del Parlamento Europeo y del Consejo, que constituyen con la Comisión los eslabones principales de la cadena de elaboración legislativa de la Unión.

Los senderos de la traducción institucional, las administraciones y los expertos encuentran su punto de intersección en la terminología. Para que todo esto sea algo más que una ensoñación, será preciso dar nuevos pasos en el futuro.

ALBERTO RIVAS
Comisión Europea
alberto.rivas-yanes@ec.europa.eu

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1 Véanse los textos siguientes: puntoycoma, n.os 91 (informe y resumen del proyecto), 103 (comunicación y presentación), 113 y 123; Teresa Cabré, «La Plataforma Terminesp», Actas del III Congreso «El español, lengua de traducción». Contacto y contagio, http://cvc.cervantes.es/lengua/esletra/pdf/03/020_cabre.pdf; Teresa Cabré, «Una propuesta de organización de la terminología del español: el proyecto Terminesp», Donde dice… Boletín de la Fundación del Español Urgente, n.o 9, 2007, pp. 4-6, http://www.fundeu.es/files/revistas/DondeDiceN09.
pdf
; Teresa Cabré, «Organizar la terminología del español en su conjunto: ¿realidad o utopía?», IV Congreso Internacional de la Lengua Española, Cartagena de Indias, 26-29 de marzo de 2007, http://ec.europa.eu/translation/bulletins/puntoycoma/103/Jornada5.pdf. Puede consultarse también la sección «Terminesp» de la Terminoteca de la Wikilengua, http://www.wikilengua.org/index.php/Wikilengua:Terminesp.
2 Véanse puntoycoma n.o 121 y el sitio de Valiter (http://valiter.es/Portada).
3 Véase http://ec.europa.eu/dgs/translation/programmes/visiting/
index_en.htm.

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