CABOS SUELTOSPeligrosas paronimiasA principios de noviembre, traduciendo un acto legislativo sobre aditivos alimentarios, encontré varios términos químicos que pueden prestarse a confusión. Glicósidos y glucósidos Si consultamos el DRAE para que nos ilumine acerca de estos compuestos, encontraremos las definiciones siguientes:
Me parece que quienes ignoran de qué se trata no habrán quedado muy satisfechos. Sería mucho más sencillo decir, simplemente, que un glicósido es una molécula compuesta por dos partes: un azúcar (denominado genéricamente glicona) y otra molécula orgánica (deno-minada genéricamente aglicona, es decir, «la parte que no es azúcar»). En función de cuál sea la glicona que entre en su composición, un glicósido puede ser un fructósido (si tiene fructosa), un galactósido (si tiene galactosa) o, entre otros, un glucósido (si tiene glucosa). Es decir, un glucósido es, simplemente, un tipo de glicósido. Si ahora volvemos a leer las definiciones del DRAE, parecerán más claras, pues una menciona el azúcar y la otra, concretamente la glucosa (que una hable de «otra sustancia orgánica» y la otra, de «otros cuerpos» es un arcano tan incomprensible como que sitúe al glicósido en el ámbito de la bioquímica y al glucósido en el de la simple química: ¡misterios de la Academia!). ¿Qué hacer en caso de estar traduciendo un documento que no aclare de qué estamos hablando (por ejemplo, cuando el glicósido, o el glucósido, figure en una lista de productos)? Pues tener presente esta sencilla correspondencia:
Cabe señalar que Fernando A. Navarro, basándose en la larga tradición del término «glucósido» en español (introducido a partir del francés del siglo XIX, en donde glucoside significaba tanto «glucósido» como «glicósido»), defiende que se mantenga esta forma. A pesar de la pertinencia de muchos de sus argumentos, parece que, tanto el hecho de que el francés haya restablecido la distinción entre glucoside y glycoside, como, sobre todo, de que la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales defienda la forma glicósido, recomiendan la utilización de esta forma, recientemente consagrada por la propia Academia de la lengua española. Por cierto, los glicósidos que resultan de la hidrólisis de los ácidos nucleicos se denominan nucleósidos, y también ahí ha aparecido algún problema. Nucleósidos y nucleótidos A veces se intenta hacer corresponder al término inglés nucleoside el término español «nucleótido», cuando se trata de dos cosas distintas (quizá el hecho de que el DRAE incluya «nucleótido» pero no «nucleósido» haya contribuido a alimentar esta confusión). Empecemos por lo más sencillo: las nucleobases (o bases nucleicas) son simplemente bases nitrogenadas, moléculas heterocíclicas que pueden ser purinas (bicíclicas, con un anillo hexagonal y otro pentagonal, como la adenina y la guanina) o pirimidinas (monocíclicas, con un único anillo hexagonal, como la citosina, la timina y el uracilo). Los nucleósidos están formados por la unión de una nucleobase y una pentosa (glúcido formado por un anillo pentagonal). Según si la pentosa es una ribosa o una desoxirribosa, hablaremos de un ribonucleósido o de un desoxirribonucleósido. Son ribonucleósidos la citidina, la guanosina y la uridina, y son desoxirribonucleósidos la desoxicitidina, la desoxiguanosina y la timidina. Y esos nucleósidos pueden convertirse en nucleótidos incorporando un grupo fosfato (técnicamente, el nucleótido es un éster fosfórico de un nucleósido). La eliminación de ese grupo fosfato devuelve el nucleótido al estado de nucleósido. Un nucleótido célebre es el trifosfato de adenosina (ATP), indispensable para nuestro metabolismo. Cuando esta distinción se tiene clara, la traducción no presenta mayor problema, pues todas las lenguas de nuestro entorno siguen el mismo esquema:
De forma análoga a lo que sucede con las proteínas, estos nucleótidos pueden formar largas cadenas, que en este caso se denominan nucleicas. Las más conocidas son los famosos ácidos nucleicos (el ADN y el ARN), que almacenan y transmiten la información genética. Las nucleasas son unas enzimas que hidrolizan estos ácidos y separan sus componentes. Todos los prefijos nucleo- se refieren al núcleo de la célula, que es el lugar en donde se descubrieron esas sustancias, y no deben confundirse con los núclidos o nucleidos (que se refieren a otro núcleo: el núcleo atómico). De estos ya tendremos ocasión de hablar en números posteriores.
MIQUEL VIDAL |