por Nathalie Chaze, Jefa de la unidad de sistemas de asistencia sanitaria de la DG SANCO

Los sistemas de salud desempeñan un papel fundamental en nuestra sociedad, pues nos ayudan a cada uno a mantener y mejorar nuestra salud, lo que supone una enorme contribución al bienestar de todos.
Pero los sistemas de salud están cada vez más expuestos a una serie de factores de estrés: la población europea envejece y necesita más y mejor atención sanitaria, las tecnologías modernas permiten una asistencia eficaz, pero tienen su coste, el personal sanitario, distribuido desigualmente, sufre para cubrir las necesidades, y la crisis económica obliga a los gobiernos a tomar decisiones difíciles con presupuestos limitados.
Por todas estas razones, y a fin de estimular un amplio debate sobre los sistemas de salud de la UE, la Comisión Europea adoptó el pasado mes de abril una Comunicación sobre sistemas de salud eficaces, accesibles y resistentes.
Y es que, como condición previa a cualquier otra consideración, los sistemas de salud deben ser eficaces: deben poder presentar resultados positivos, esto es, ayudar a las personas a mejorar su salud.
Pero la eficacia por sí sola no es suficiente. Los sistemas de salud también deben ser accesibles: las personas que lo necesiten deben poder recibir la atención que merecen.
Y, por último, todo sistema de salud moderno debe ser resistente, esto es, capaz de adaptarse bien a la rápida transformación de su entorno y de afrontar grandes desafíos con recursos limitados.
La Comunicación enumera una serie de medidas que podemos tomar, tanto para medir y mejorar la eficacia y accesibilidad de los sistemas de salud nacionales, como para mejorar su resistencia: medidas, por ejemplo, sobre evaluación del rendimiento de los sistemas de salud, sobre salud electrónica o sobre previsión del personal sanitario en la UE. Tomadas en su conjunto, estas medidas plantean una posible agenda política que los Estados miembros podrían desarrollar de forma que contribuyera a ofrecer una mejor asistencia sanitaria a los pacientes de la UE y a reducir las desigualdades en materia de salud.