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Archive:Producción e importaciones de energía

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Datos de junio de 2019.

Fecha prevista para la actualización del artículo: octubre de 2020.

Highlights

En 2017, la producción de energía primaria en la UE fue un 12 % inferior a la registrada 10 años antes.
En 2017, Rusia fue el proveedor principal de petróleo crudo, gas natural, hulla y antracita de la UE.
[[File:Energy production and imports-FP2020-interactive-ES.XLSX]]

Desarrollo de la producción de energía primaria (según el tipo de combustible), EU-28, 2007-2017


La dependencia de la Unión Europea (UE) de las importaciones energéticas, especialmente de gas natural y petróleo, constituye el telón de fondo de las políticas en materia de seguridad del abastecimiento energético. Este artículo examina la producción de energía primaria dentro de la UE y, dada la disparidad entre producción y consumo, la creciente dependencia de la UE respecto de las importaciones de energía procedente de terceros países. En efecto, más de la mitad (el 55,1 %) de la energía disponible bruta de la EU-28 en 2017 corresponde a fuentes de energía importadas.

Full article

La producción de energía primaria disminuyó entre 2007 y 2017

En 2017, la producción de energía primaria en la EU-28 ascendió a 758 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep); véase la tabla 1. Esto significó solo un 0,1 % menos que el año anterior y se mantuvo la tendencia general a la baja observada en los últimos años, con la única excepción de 2010, año en el que la producción se recuperó después de una caída relativamente fuerte de la producción de energía en 2009, que coincidió con la crisis financiera y económica mundial. Si se considera un período más largo, en 2017 la producción de energía primaria en la EU-28 fue un 12,1 % inferior a la registrada 10 años antes. La tendencia descendente, en general, de la producción de energía primaria de la EU-28 puede atribuirse, al menos en parte, al agotamiento de los suministros de materias primas o a que los productores no consideran rentable la explotación de recursos limitados.

En 2017, el nivel más alto de producción de energía primaria entre los Estados miembros de la UE se registró en Francia, con una cuota del 17,4 % del total de la EU-28, seguida del Reino Unido (15,6 %) y de Alemania (15,3 %). En comparación con 10 años atrás, los principales cambios fueron el aumento de 17,8, 13,5 y 11,3 puntos porcentuales en las cuotas de Italia, España y Suecia, así como descensos de 41,7, 32,8 y 30,7 puntos porcentuales en las cuotas de Dinamarca, el Reino Unido y los Países Bajos.

En términos absolutos, diecisiete de los veintiocho Estados miembros de la UE registraron una expansión en su nivel de producción de energía primaria durante el período de 2007 a 2017. La mayor expansión de la producción se registró en Italia (incremento de 5,5 Mtep), seguida de España (4,1 Mtep), Suecia (3,7 Mtep), Irlanda (3,4 Mtep) y Finlandia (2,0 Mtep). En cambio, la producción de energía primaria en el Reino Unido disminuyó en 57,6 Mtep, mientras que Alemania (– 20,6 Mtep), los Países Bajos (– 18,5 Mtep) y Dinamarca (– 11,3 Mtep) también registraron contracciones que exceden los 10 Mtep.

Tabla 1: Producción de energía, 2007 y 2017
(millones de toneladas equivalentes de petróleo)
Fuente: Eurostat (nrg_bal_c)

La producción de energía primaria en la EU-28 en 2017 se repartió entre una serie de diferentes fuentes de energía, las más importantes de las cuales, en función del tamaño de su contribución, fueron las fuentes de energía renovable, con más de una cuarta parte (el 29,9 %) de la producción total de la EU-28.

La energía nuclear fue la segunda, con un 27,8 % del total de la producción de energía primaria. La importancia de la energía nuclear fue particularmente elevada en Francia, donde representó casi el 79 % de la producción nacional de energía primaria, mientras que en Bélgica este porcentaje fue exactamente de tres cuartas partes y en Eslovaquia, de más de tres quintas partes (el 62,6 %); en otros once Estados miembros, el porcentaje de energía nuclear en la producción primaria fue inferior a la mitad del total y en catorce Estados miembros de la UE no se registró ninguna producción de energía nuclear.

El porcentaje de combustibles fósiles sólidos (16,4 %, principalmente carbón) estuvo justo por debajo de una quinta parte y el porcentaje de gas natural fue algo inferior (13,6 %). El petróleo crudo (8,8 %) fue la única otra fuente importante de producción de energía primaria (véase el gráfico 1).


Gráfico 1: Producción de energía primaria, EU-28, 2017
(% del total, en toneladas equivalentes de petróleo)
Fuente: Eurostat (nrg_bal_c)

El aumento de la producción primaria de la EU-28 a partir de fuentes de energía renovables fue superior al de todos los demás tipos de energía; este crecimiento se mantuvo relativamente estable en el período 2007-2017, con un ligero descenso en la producción en 2011 (véase el gráfico 2). A lo largo de este período, la producción procedente de fuentes de energías renovables se incrementó un 65,6 %, sustituyendo, hasta cierto punto, la producción de otras fuentes de energía. Por el contrario, los niveles de producción de las otras fuentes cayeron, principalmente para el gas natural (– 39,4 %), el petróleo crudo (– 38,9 %) y los combustibles fósiles sólidos (– 30,5 %), con una caída más moderada, del 12,8 %, para la energía nuclear.

Gráfico 2: Evolución de la producción de energía primaria (por tipo de combustible), EU-28, 2007-2017
(2007 = 100, en toneladas equivalentes de petróleo)
Fuente: Eurostat (nrg_bal_c)

Tanto la UE como sus Estados miembros son importadores netos de energía

La caída en la producción primaria de hulla y antracita, lignito, petróleo crudo, gas natural y, más recientemente, energía nuclear, ha desembocado en una situación en la que la UE depende cada vez más de las importaciones de productos energéticos primarios y también productos derivados secundarios [por ejemplo, gas/diésel] para satisfacer su demanda, aunque esta situación se ha estabilizado tras la crisis financiera y económica mundial. En 2017, las importaciones de energía de la EU-28 superaron a las exportaciones en 948 Mtep. Los mayores importadores netos de energía en cifras absolutas fueron Alemania, Italia, Francia y España. En 2007, Dinamarca había sido el único exportador neto de energía entre los Estados miembros de la UE; no obstante, en 2013, sus importaciones de energía superaron a las exportaciones y la tendencia se confirmó en los cuatro años siguientes hasta 2017. Por ello, desde 2013 los veintiocho Estados miembros de la UE son importadores netos de energía (véase la tabla 2). En relación con el tamaño de la población, los mayores importadores netos en 2017 fueron Luxemburgo, Malta y Bélgica.

Tabla 2: Importaciones netas de energía, 2007-2017
Fuente: Eurostat (nrg_bal_s) y (demo_pjan)

El origen principal de las importaciones de energía de la EU-28 ha cambiado en cierta medida en los últimos años, si bien Rusia ha mantenido durante todo el período de 2007-2017 su posición de principal proveedor de la UE de los principales productos energéticos primarios: hulla y antracita, petróleo crudo y gas natural (véase la tabla 3).

Tabla 3: Principal origen de las importaciones de energía primaria, EU-28, 2007-2017
(% de importaciones adicionales de la EU-28)
Fuente: Eurostat (nrg_ti_sff), (nrg_ti_oil) y (nrg_ti_gas)

En 2017, un 38,9 % de las importaciones de hulla y antracita de la UE procedía de Rusia. Rusia ha sido de forma continuada el mayor proveedor de hulla y antracita de la UE en la última década. Entre 2007 y 2015, el porcentaje de importaciones de hulla y antracita de la EU-28 procedentes de Colombia casi se duplicó, al pasar del 11,8 % al 22,2 % del total, con una proporción que disminuyó a 16,9 % en 2017. Los Estados Unidos fueron el tercer proveedor principal de hulla y antracita de la EU-28 en 2017, con un 16,9 % del total.

Rusia fue también el principal proveedor de las importaciones de petróleo crudo de la UE. Su cuota se situó en el 33,7 % en 2007 y fluctuó entre el 34,7 % (que también fue el máximo registrado en 2011) y el 29,0 % (la cuota más baja, registrada en 2015). En 2017, su cuota ascendía al 30,3 %. Durante el mismo período, se observó un descenso relativamente lento en la cuota de importaciones de petróleo crudo de la EU-28 procedentes de Noruega, con una cuota que pasó del 15,0 % en 2007 al 11,4 % en 2017. Las cuotas relativas de las importaciones de petróleo crudo de la EU-28 provenientes de Iraq y Kazajistán aumentaron con rapidez entre 2007 y 2017 y alcanzaron un 8,2 % y un 7,4 %, respectivamente, por lo que se convirtieron en el tercer y el cuarto mayores proveedores de petróleo crudo por delante de Arabia Saudí.

El porcentaje de importaciones de la UE de gas natural procedentes de Rusia entre 2007 y 2017 no cambió (38,7 %); no obstante, el nivel más bajo se registró en 2010 (31,9 %) y el máximo de 41,1 % se registró en 2013. Durante el período mostrado en la tabla 3, Noruega siguió siendo el segundo proveedor más importante en relación con las importaciones de gas natural de la UE, con un porcentaje que disminuyó lentamente desde el 28,1 % en 2007 al 25,3 % en 2017. La cuota de importaciones de gas natural de la EU-28 procedentes de Argelia, el tercer proveedor más importante, se redujo entre 2007 y 2017, mientras que el porcentaje de Qatar se duplicó con creces.

La seguridad del abastecimiento de energía primaria de la UE puede verse amenazada si una alta proporción de las importaciones se concentra en relativamente pocos socios comerciales. Casi tres cuartas partes (el 74,6 %) de las importaciones de gas natural de la EU-28 en 2017 procedieron de Rusia, Noruega y Argelia. Un análisis similar muestra que cerca de tres cuartas partes (el 72,7 %) de las importaciones de hulla y antracita de la EU-28 se trajeron de Rusia, Colombia y los Estados Unidos, mientras que las importaciones de petróleo crudo estaban un poco menos concentradas entre los principales proveedores, pues Rusia, Noruega e Iraq aportaban aproximadamente la mitad (el 49,9 %) de las importaciones de la EU-28.

Las importaciones cubren más de la mitad de las necesidades energéticas de la EU-28

La dependencia de las importaciones de energía de la EU-28 pasó de poco más del 44 % de la energía disponible bruta en 1990 al 52,9 % en 2007 y posteriormente al 55,1 % en 2017 (véase el gráfico 3). Desde 2004, las importaciones netas de energía de la EU-28 han sido superiores a su producción primaria; en otras palabras, más de la mitad de la energía disponible bruta de la EU-28 se cubrió con importaciones netas y la tasa de dependencia superó el 50,0 %.

En 2017, la tasa de dependencia energética alcanzó el máximo nivel (el 55,1 %). Entre 2007 y 2017 se detectaron algunas variaciones: en 2008, se registró un máximo relativo del 54,6 %, mientras que la dependencia más baja (del 52,7 %) se registró en 2010. . Si se analiza en más detalle, se puede apreciar que las tasas más altas de 2017 se registraron para el petróleo crudo (86,7 %) y para el gas natural (74,3 %), mientras que la última cifra disponible para los combustibles fósiles sólidos fue del 43,9 %.

Gráfico 3: Tasa de dependencia energética, EU-28, 2007-2017
(% de las importaciones netas en la energía disponible bruta, en toneladas equivalentes de petróleo)
Fuente: Eurostat (nrg_ind_id)

Entre 2007 y 2017, la dependencia de la UE respecto de terceros países para el suministro de gas natural aumentó 14,8 puntos porcentuales, mucho más rápidamente que la dependencia del petróleo crudo (que aumentó 4,2 puntos porcentuales). Durante el mismo período, la dependencia de los combustibles fósiles sólidos aumentó más lentamente, en 1,9 puntos porcentuales.

Como ya no era un exportador neto, la tasa de dependencia energética de Dinamarca pasó a ser positiva en 2013, y siguió siéndolo en 2017, al igual que sucedió en todos los demás Estados miembros de la UE (véase el gráfico 4). Las tasas de dependencia energética más bajas de 2017 se registraron en Estonia, Dinamarca, Rumanía y Suecia. Por su parte, Malta, Chipre y Luxemburgo dependían (casi) totalmente de las importaciones de energía primaria, con tasas de dependencia superiores al 95,0 %.

Un análisis de la evolución experimentada entre 2007 y 2017 revela que Dinamarca, el Reino Unido, Lituania, los Países Bajos, Polonia y Chequia se volvieron cada vez más dependientes de las importaciones de energía para satisfacer su energía disponible bruta; estos patrones pueden atribuirse en gran medida a la caída de la producción de energía primaria (ligada al agotamiento de los suministros de materias primas). También se observó una dependencia cada vez mayor, aunque menos marcada, en Alemania, Malta, Hungría, Croacia, Chipre y Grecia. Todos los demás Estados miembros de la UE registraron un descenso de sus tasas de dependencia energética entre 2007 y 2017, con el cambio más acusado registrado en Estonia, donde la tasa descendió del 27,1 % al 4,1 %; las tasas también descendieron más de 10,0 puntos porcentuales en Irlanda, Letonia y Bulgaria, impulsadas por una combinación de un aumento de la eficiencia energética y un cambio en la combinación energética para promover la producción primaria procedente de fuentes renovables.

Gráfico 4: Tasa de dependencia energética, todos los productos, 2007 y 2017
(% de las importaciones netas en la energía disponible bruta, en toneladas equivalentes de petróleo)
Fuente: Eurostat (nrg_ind_id)

Datos de origen de las tablas y los gráficos

Fuentes de datos

Los productos energéticos extraídos u obtenidos directamente a partir de recursos naturales se denominan «fuentes de energía primaria», mientras que los productos energéticos producidos a partir de fuentes de energía primaria en plantas de transformación se denominan «productos derivados». La producción de energía primaria incluye la producción nacional de fuentes de energía primaria y tiene lugar cuando se explotan recursos naturales, por ejemplo, en minas de carbón, yacimientos petrolíferos o centrales hidroeléctricas, o se fabrican biocombustibles. Cuando el consumo es superior a la producción primaria, el déficit debe cubrirse con importaciones de productos primarios o derivados.

El calor producido en reactores a partir de la fisión nuclear se considera producción primaria de calor nuclear. Es lo que también se denomina «energía nuclear». Se calcula sobre la base de la producción real de calor o sobre la base de la producción bruta de electricidad notificada y la eficiencia térmica de la central nuclear. La producción primaria de hulla y lignito se calcula con arreglo a las cantidades de combustible extraídas o producidas, una vez realizadas las operaciones de eliminación de la materia inerte.

La transformación de una forma de energía en otra, como la generación de electricidad o calor a partir de centrales térmicas o la producción de coque en hornos de coque, no se considera producción primaria.

Las importaciones netas se calculan restando al total de las importaciones el total equivalente de las exportaciones. Las importaciones representan todas las entradas en el territorio nacional, excluidas las que están en tránsito (a través de gasoductos y oleoductos); del mismo modo, las exportaciones incluyen todas las cantidades exportadas desde el territorio nacional.

Contexto

Más de la mitad de la energía de la EU-28 procede de países no pertenecientes a la UE, proporción que, en general, ha ido en aumento a lo largo de las últimas décadas (si bien hay indicios de una estabilización de la tasa de dependencia durante los últimos años). Gran parte de la energía importada a la UE procede de Rusia, cuyas disputas con los países de tránsito han amenazado con perturbar el suministro en los últimos años. Las preocupaciones por la seguridad del suministro procedente de Rusia han aumentado debido al conflicto en Ucrania. Las nuevas medidas destinadas a los mercados del petróleo y del gas se concibieron para garantizar que todas las partes adopten medidas eficaces para prevenir y mitigar las consecuencias de posibles perturbaciones del abastecimiento, al tiempo que se crean mecanismos de colaboración entre los Estados miembros de la UE para hacer frente eficazmente a cualquier perturbación grave que pudiera surgir en dichos mercados; también se ha creado un mecanismo de coordinación que permite a los Estados miembros reaccionar de manera uniforme e inmediata en casos de emergencia.

En noviembre de 2010, la Comisión Europea aprobó una iniciativa titulada Energía 2020: Estrategia para una energía competitiva, sostenible y segura (COM(2010) 639 final). En esta estrategia se definen las prioridades energéticas para un período de 10 años y se establecen las medidas que deben adoptarse para abordar una serie de retos como los siguientes: la realización de un mercado con precios competitivos y abastecimiento garantizado; el estímulo del liderazgo tecnológico; y la negociación efectiva con los socios internacionales (por ejemplo, para forjar sólidas relaciones con los proveedores externos de energía de la UE y los países de tránsito energético). Este trabajo se ha ampliado con una en materia de energía para 2030 (en inglés), que ofrece un marco estratégico para las políticas en materia de energía y clima hasta 2030 y una hoja de ruta de la energía para 2050 (en inglés) en la que se fija el objetivo a largo plazo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE entre un 80 y un 95 % de aquí a 2050.

A través de Energy Community (en inglés) (creada en octubre de 2005), la UE trabaja también para integrar a los países vecinos en su mercado interior de la energía. Una amplia combinación de fuentes de energía y la diversidad de proveedores, de rutas de transporte y de mecanismos de transporte pueden desempeñar un importante papel en la seguridad del abastecimiento energético. Por ejemplo, hay una serie de iniciativas en curso para construir gasoductos entre Europa y sus vecinos del sur y del este, como el Nord Stream (entre Rusia y la UE a través del mar Báltico), que entró en funcionamiento en noviembre de 2011, y el gasoducto transadriático (que conecta Turquía con Italia a través de Grecia y Albania para conducir a la UE el gas de la región del mar Caspio). El establecimiento de asociaciones fiables con los países proveedores, los de tránsito y los países consumidores se considera una manera de reducir los riesgos asociados a la dependencia energética de la UE, por lo que en septiembre de 2011, la Comisión Europea adoptó una Comunicación titulada Template:EurLex| code=CELEX:52011DC0539:ES:NOT| title=La política energética de la UE: establecer asociaciones más allá de nuestras fronteras}} [COM(2011) 539 final].

En respuesta a la persistente inquietud sobre la dependencia de la UE de las importaciones de energía, en mayo de 2014, la Comisión Europea presentó su Estrategia Europea de la Seguridad Energética[Template:EurLex|code=CELEX:52014DC0330:ES:NOT|title=COM(2014) 330 final}}], que tiene por objeto garantizar la estabilidad y abundancia del abastecimiento de energía. Además de medidas a corto plazo centradas en las consecuencias de una interrupción de las importaciones de gas ruso o la perturbación de las importaciones a través de Ucrania, la Estrategia aborda los problemas de la seguridad de abastecimiento a largo plazo y propone acciones en cinco ámbitos, entre otras, aumentar la producción de energía en la UE y diversificar los países proveedores y las rutas, así como actuar con una sola voz en la política energética exterior. En 2015, la Comisión Europea publicó una Comunicación sobre una Estrategia Marco para una Unión de la Energía resiliente con una política climática prospectiva [COM(2015) 80 final], donde se afirmaba que una clave para garantizar la seguridad energética (en particular, por lo que respecta al gas) era la plena conformidad de los acuerdos relativos a la compra de energía de terceros países. En febrero de 2016, a dicha Comunicación le siguieron las propuestas de la Comisión Europea sobre nuevas medidas para garantizar la seguridad del suministro de gas de la UE [COM(2016) 52 final] y sobre nuevas normas relativas a los acuerdos entre los Estados miembros de la UE y terceros países en el sector de la energía [COM(2016) 53 final].

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