El caso evidente de las restricciones transfronterizas por la COVID-19
- 19 Mar 2021

La UE posee fronteras interiores entre veintisiete Estados miembros y fronteras exteriores con Andorra, Liechtenstein, Noruega y Suiza, junto a varios países más. Existen cerca de cuarenta fronteras terrestres y unos ciento cincuenta millones de europeos viven en regiones fronterizas. A lo largo de los últimos cinco años, la Comisión Europea ha presentado pruebas que mostraban que, a pesar de los grandes avances, todavía hay obstáculos significativos que influyen de forma negativa en la vida en las regiones fronterizas. Muchos aspectos de las vidas de los ciudadanos se ven afectados, como el acceso al empleo, la sanidad, la educación y la formación, la aplicación de determinadas normas técnicas, el no reconocimiento de las calificaciones y la falta de transporte público transfronterizo local.
Si bien no cabe duda de que las medidas de prevención para contener la propagación del virus son necesarias, estas no deberían dar lugar a limitaciones de movimiento injustificadas ni a vulneraciones de los cuatro principios europeos fundamentales.
Para referencia futura
La publicación consta de dos volúmenes: el informe principal, dividido en cuatro capítulos, y un compendio detallado de veinte estudios de caso sobre veinte fronteras europeas. En conjunto, pretenden extraer lecciones sobre una evaluación del impacto de las medidas contra la COVID-19 a lo largo de las fronteras interiores de la UE sobre las comunidades transfronterizas (negocios, trabajadores y ciudadanos) y presentar recomendaciones sobre cómo podría reforzarse la resiliencia de las regiones transfronterizas para futuras crisis que puedan surgir.
A escala de región fronteriza, recomienda centrarse en las necesidades de las comunidades transfronterizas locales, creando pruebas compartidas y confianza mutua, y habilitando a la Agrupación Europea de Cooperación Territorial para que lidere el camino. En cuanto al enfoque a varios niveles, este promueve las soluciones transfronterizas bilaterales y multilaterales, y reconoce la diversidad y complejidad de las regiones fronterizas. Por último, a escala de la UE, recomienda armonizar la gestión de crisis fronterizas y profundizar en la asociación entre la UE, los Estados miembros y las regiones transfronterizas, con acciones específicas propuestas por Interreg a todos los niveles.
Abiertos a nuevas oportunidades
Las regiones fronterizas y sus habitantes se han visto afectados más adversamente que el resto durante la crisis, lo cual aumenta el nivel de concienciación sobre la necesidad de una mayor solidaridad e integración europea tanto dentro de la UE como para las regiones fronterizas. La pandemia ha puesto de manifiesto que una frontera es un impedimento si genera obstáculos, pero es una ventaja cuando está abierta, al proporcionar oportunidades para concebir nuevas políticas, afrontar crisis y facilitar la vida de los ciudadanos.
Las regiones transfronterizas serán casos de prueba para la recuperación y más allá esta. A pesar de que la crisis actual es peligrosa, también presenta una oportunidad para que Europa supere, aprenda y desarrolle nuevas políticas que apoyen a los ciudadanos y al lugar donde estos residen.
La realidad de las interdependencias transfronterizas pide una dimensión política de la integración transfronteriza y europea. Las contribuciones de las partes interesadas transfronterizas, recogidas mediante el proceso iniciado por la Alianza Europea de Ciudadanos Transfronterizos del Comité de las Regiones en noviembre de 2020, deberían constituir una aportación importante a la futura Conferencia sobre el Futuro de Europa.