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Archive:Cuentas nacionales y PIB

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Datos extraídos en mayo de 2015. Datos más recientes: Más información de Eurostat, Tablas principales y Base de datos. Actualización prevista del artículo: agosto de 2016.
Gráfico 1: PIB a precios corrientes de mercado, 2004–2014
(miles de millones EUR)
Fuente: Eurostat (tec00001) y (nama_10_gdp)
Tabla 1: PIB a precios corrientes de mercado, 2003–2004 y 2012–2014
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp), (nama_10_pc) y (tec00114)
Gráfico 2: PIB per cápita a precios corrientes de mercado, 2003 y 2013 (1)
(EU-28 = 100; en EPA por habitante)
Fuente: Eurostat (tec00114)
Gráfico 3: Crecimiento real del PIB, 2004–2014
(% de cambio con respecto al año anterior)
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp)
Tabla 2: Crecimiento real del PIB, 2004–2014
(% de cambio con respecto al año anterior; media 2004–2014)
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp)
Tabla 3: Valor añadido bruto a precios básicos, 2003 y 2013
(% del valor añadido bruto total)
Fuente: Eurostat (nama_nace10_c)
Gráfico 4: Valor añadido bruto, EU-28, 2004–2014
(2005 = 100)
Fuente: Eurostat (nama_10_a10)
Gráfico 5: Valor añadido bruto, EU-28, 2004–2014
(2005 = 100)
Fuente: Eurostat (nama_10_a10)
Gráfico 6: Productividad laboral, EU-28, 2004 y 2014
(1 000 EUR por persona empleada)
Fuente: Eurostat (nama_10_a10) y (nama_10_a10e)
Tabla 4: Productividad laboral real, 2004–2014
(2010 = 100)
Fuente: Eurostat (nama_10_lp_ulc)
Gráfico 7: Gasto en consumo y formación bruta de capital a precios constantes, EU-28, 2004–2014
(2005 = 100)
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp)
Gráfico 8: Índice anual de variación
(real) de los componentes del gasto del PIB, EU-28, 2004–2014
(%)
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp)
Gráfico 9: Componentes del gasto del PIB, EU-28, 2014
(% del PIB)
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp) o (tec00009), (tec00010), (tec00011) y (tec00110)
Gráfico 10: Formación bruta de capital fijo, 2014
(% del PIB)
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp)
Tabla 5: Inversión, 2003, 2008 y 2013
(% del PIB)
Fuente: Eurostat (tsdec210)
Gráfico 11: Distribución de la renta, 2014
(% del PIB)
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp) o (tec00016), (tec00015) y (tec00013)
Gráfico 12: Distribución de la renta, EU-28, 2004–14
(2005 = 100)
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp) o (tec00016), (tec00015) y (tec00013)
Tabla 6: Gasto en consumo de los hogares, 2004, 2009 y 2014
Fuente: Eurostat (nama_10_gdp) y (nama_10_pc)

Las cuentas nacionales son la fuente de multitud de indicadores económicos conocidos que se presentan en este artículo. El producto interior bruto (PIB) es la medida más utilizada para el conjunto de una economía, mientras que se utilizan ampliamente indicadores derivados, como el PIB per cápita, por ejemplo en euros o ajustado en función de las diferencias de los precios, para comparar los niveles de vida o supervisar el proceso de convergencia en toda la Unión Europea (UE).

Por otra parte, el desarrollo de componentes específicos del PIB y de indicadores relacionados, como los relativos al output económico, las importaciones y las exportaciones, el consumo interior (privado y público) o las inversiones, así como los datos sobre la distribución de la renta y el ahorro, pueden ofrecer información valiosa sobre las fuerzas que impulsan a una economía y, por tanto, pueden constituir la base para concebir, supervisar y evaluar políticas específicas de la UE.

Principales resultados estadísticos

Evolución del PIB

El crecimiento del PIB de EU-28 se ralentizó sustancialmente en 2008 y se contrajo considerablemente en 2009 debido a la crisis económica y financiera mundial. El PIB de EU-28 experimentó una recuperación en 2010; esta evolución se mantuvo (aunque a un ritmo más lento) en 2011, 2012 y 2013, ya que aumentó a 13,075 billones EUR, su máximo nivel histórico a precios corrientes (véase el gráfico 1).

La zona del euro (AE-18) supuso el 73,4 % de dicho total en 2013, mientras que la suma de las economías de los cinco mayores Estados miembros de la UE (Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia y España) representó el 71,0 %. No obstante, las comparaciones entre países deben hacerse con precaución, ya que las fluctuaciones del tipo de cambio, en particular, pueden influir de forma significativa en la evolución de las cifras del PIB nominal en el caso de los Estados miembros de la UE que no han adoptado el euro.

Para evaluar los niveles de vida, es más apropiado utilizar el PIB per cápita en estándares de poder adquisitivo (EPA), es decir, ajustado según el tamaño de una economía en términos de población y según las diferencias de los niveles de precios entre países. La media del PIB per cápita en EU-28 en 2012 fue de 25 500 EPA, ligeramente superior al valor máximo (25 000 EPA) alcanzado en 2007 y 2008 antes de que se sintieran los efectos de la crisis económica y financiera. La posición relativa de los distintos países puede expresarse efectuando una comparación con esta media, siendo el valor de EU-27 igual a 100. El máximo valor relativo entre los Estados miembros de la UE correspondió a Luxemburgo, donde el PIB per cápita en EPA fue más de 2,6 veces la media de EU-27 en 2012 (lo que se explica en parte por la importancia de los trabajadores transfronterizos procedentes de Bélgica, Francia y Alemania). Por otra parte, en 2012 el PIB per cápita en EPA fue inferior a la mitad de la media de EU-27 en Rumanía y Bulgaria.

Aunque las cifras correspondientes a los EPA deben utilizarse, en principio, para comparaciones entre países en un único año más que a lo largo del tiempo, la evolución de dichas cifras durante los últimos diez años sugiere que los niveles de vida experimentaron cierto nivel de convergencia, ya que los Estados miembros que ingresaron en la UE en 2004, 2007 o 2013 se acercaron a la media de la UE pese a algunos contratiempos experimentados durante la crisis económica y financiera. Al comparar la situación de 2012 con la de 2002, mientras que Luxemburgo, Alemania, Suecia y Austria se alejaron aún más la media de EU-27, otros Estados miembros de EU-15, en especial el Reino Unido, Italia, Irlanda y Francia, se acercaron a la media de EU-27 (véase el gráfico 2). Partiendo de una posición inferior a la media de EU-27 en 2002, Lituania, Rumanía, Letonia, Eslovaquia, Estonia, Polonia y Bulgaria efectuaron el mayor acercamiento a dicha media hasta 2012 inclusive, mientras que Grecia y Portugal descendieron.

La crisis financiera y económica mundial dio lugar a una severa recesión en la UE, Japón y los Estados Unidos en 2009 (véase el gráfico 3), seguida de una recuperación en 2010. En Japón y los Estados Unidos los efectos de la crisis ya eran evidentes en 2008, cuando se produjo una reducción relativamente pequeña en el PIB real. En 2009 el PIB real cayó un 4,5 % en EU-28, mientras que se contrajo un 5,5 % en Japón y un 2,8 % en los Estados Unidos. La recuperación en EU-28 hizo que el PIB en precios constantes aumentase un 2,0 % en 2010, seguido de otro aumento del 1,6 % en 2011. Posteriormente, el PIB se contrajo un 0,4 % en 2012 y se mantuvo relativamente estable (0,1 %) en 2013. En la zona del euro (AE-18) las tasas de crecimiento correspondientes de 2010 y 2011 fueron similares a las de EU-28, mientras que la contracción en 2012 fue más acusada (‒0,7 %) y se mantuvo en 2013 (‒0,4 %). En Japón y los Estados Unidos, la recuperación en 2010 fue más intensa que en EU-28 y, mientras que los Estados Unidos mantuvieron esta tendencia en 2011, en Japón el PIB real se contrajo ligeramente (‒0,5 %), lo que reflejó, al menos parcialmente, el impacto devastador del terremoto y el tsunami de Tohoku de marzo de 2011. En 2012 y 2013 las economías de Japón y los Estados Unidos registraron crecimiento.

El crecimiento real del PIB varió considerablemente entre los Estados miembros de la UE, tanto a lo largo del tiempo como entre países. Después de una contracción en todos los Estados miembros de la UE, excepto Polonia, en 2009, el crecimiento económico se reanudó en veintidós países en 2010 y continuó en 2011, cuando se registró un crecimiento real del PIB en veinticinco Estados miembros de la UE. Sin embargo, en 2012 este avance se invirtió, ya que solo la mitad de los Estados miembros de EU-28 registraron una expansión económica, mientras que en 2013 esta cifra se elevó a diecisiete. El mayor crecimiento en 2013 se produjo en Letonia (4,1 %), Rumanía (3,5 %) y Lituania (3,3 %). La economía chipriota se contrajo con más fuerza en 2013 (‒5,4 %) que en 2012 (‒2,4 %), mientras que en Grecia sucedió lo contrario, donde la contracción del 3,9 % en el 2013 fue más suave que las contracciones en los dos años anteriores (ambos alrededor de ‒7 %).

Los efectos de la crisis económica y financiera redujeron el rendimiento global de las economías de los Estados miembros de la UE analizadas a lo largo de todo el último decenio. Las tasas anuales de crecimiento medias de EU-28 y la zona del euro (AE-18) entre 2003 y 2013 fueron del 1,1 % y del 0,8 % respectivamente. Medido así, el mayor crecimiento se produjo en Eslovaquia y Lituania (ambos un 4,2 % anual), seguidos por Polonia (4,0 %), Letonia (3,7 %), Estonia (3,6 %), Rumanía (3,5 %) y Bulgaria (3,3 %). Por el contrario, la evolución global del PIB real durante el periodo de 2003 a 2013 de Grecia, Italia y Portugal fue negativa.

Principales agregados del PIB

En cuanto al PIB desde la óptica de la producción, la tabla 3 proporciona una visión de conjunto de la importancia relativa de diez actividades en cuanto a su aportación al valor añadido bruto. Entre 2003 y 2013, la cuota del valor añadido de la industria en EU-28 cayó 1,2 puntos porcentuales, hasta el 19,1 %, manteniéndose justo por delante del sector de la distribución comercial, el transporte y la hostelería (19,0 %), que también registró una caída en su cuota con una bajada de 0,7 puntos porcentuales durante estos diez años. Por el contrario, la administración pública, la educación y la salud aumentaron su cuota en 1,0 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 19,4 % en 2013, por lo que se desplazan desde la tercera posición para convertirse en la actividad más importante (en este nivel de detalle) en términos de valor añadido. A continuación, las actividades más importantes en 2013 fueron las inmobiliarias (un 11,2 %), seguidas de las actividades profesionales, científicas, técnicas y administrativas y los servicios auxiliares (en adelante, servicios a las empresas) (un 10,4 %), la construcción (un 5,7 %), los servicios financieros y de seguros (un 5,4 %) y los servicios de información y comunicaciones (un 4,5 %). Las aportaciones menos importantes procedieron de los servicios de espectáculos y otros servicios (un 3,6 %) y de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (un 1,7 %).

Los servicios aportaron el 73,5 % del valor añadido bruto total de EU-28 en 2013 frente al 71,5 % en 2003. La importancia relativa de los servicios fue especialmente elevada en Luxemburgo, Chipre, Malta, Grecia, Francia (datos de 2012), Bélgica, Dinamarca y el Reino Unido, donde supusieron más de tres cuartos del valor añadido total.

El cambio estructural se debe, al menos parcialmente, a fenómenos como el cambio tecnológico, la evolución de los precios relativos, la externalización y la mundialización, lo que, a menudo, provoca que las actividades de fabricación se transfieran a zonas con costes laborales más bajos, tanto dentro como fuera de la UE.

Varias actividades se vieron afectadas especialmente por la crisis financiera y económica y sus consecuencias. La industria experimentó la contracción más pronunciada entre 2007 y 2009, el valor añadido en EU-28 descendió en total un 13,8 % (en volumen) y la producción industrial se redujo un 1,5 % adicional entre 2011 y 2013. La construcción experimentó la contracción más profunda y prolongada, su producción disminuyó un 18,9 % entre 2007 y 2013 y la producción disminuyó cada año durante este periodo. El valor añadido de los servicios a las empresas, así como de la distribución comercial, el transporte y los servicios de hostelería, disminuyó solo un año, entre 2008 y 2009, pero de manera sustancial, a saber, un ‒8,0 % y ‒5,5 %, respectivamente. La distribución comercial, el transporte y los servicios de hostelería registraron una contracción más pequeña de la producción en 2012. Tras alcanzar un máximo en 2009, la producción de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca cayó en 2010 un 3,8 % y de nuevo en 2012 un 5,5 %. Durante la crisis se experimentaron reducciones más pequeñas en el valor añadido de otras actividades, sobre todo en 2009, 2010 y 2012 para los servicios financieros y de seguros, y en 2009 para las artes, el entretenimiento, el ocio y otros servicios (véase el gráfico 4).

Productividad laboral

El análisis de la productividad laboral por empleado de 2003 a 2013 muestra que esta ha aumentado (en precios corrientes) en todas las actividades, desde el 17,4 % de la distribución comercial, el transporte y los servicios de hostelería, hasta el 35,9 % de la industria, mientras que los servicios de información y comunicaciones (4,4 %) y los servicios a las empresas (8,0 %) se sitúan por debajo de esta franja (véase el gráfico 5). Para eliminar los efectos de la inflación, también puede calcularse la productividad laboral por persona mediante cifras de producción a precios constantes. Unos datos más detallados sobre la evolución de la productividad medida por persona empleada o por hora trabajada muestran que la productividad laboral en los Estados miembros que ingresaron en la UE en 2004, 2007 o 2013 convergió hacia la media de EU-27 durante el último decenio (véase la tabla 4). Cabe destacar que la productividad del trabajo por persona empleada en Lituania aumentó del 49 % al 74 % de la media de EU-27 entre 2002 y 2012; Letonia, Rumanía, Eslovaquia, Estonia y Polonia también registraron avances importantes hacia la media de EU-27. Por otra parte, el Reino Unido, Italia, Bélgica y Grecia registraron considerables descensos en la productividad del trabajo por persona en relación con la media de EU-27.

Consumo e inversión

Si se analiza la evolución de los componentes del PIB desde la óptica del gasto, se observa que el gasto en consumo final en EU-28 aumentó un 9,7 % en volumen entre 2003 y 2013 (véase el gráfico 6), pese a un ligero descenso en 2009 y 2012. El gasto en consumo final de las administraciones públicas ascendió a un ritmo algo superior, hasta un 13,5 %, entre 2003 y 2013. Durante el mismo periodo, la formación bruta de capital disminuyó en un 2,9 %, debido, en gran parte, a las fuertes caídas en 2009, 2012 y 2013, mientras que el crecimiento de las exportaciones superó con creces el crecimiento de las importaciones en los últimos años.

Después de su caída en 2009, el gasto en consumo de los hogares y de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares se recuperó en 2010 (hasta un 1,1 % en volumen) y de nuevo en 2011 (0,3 %) antes de volver a caer en 2012 (‒0,7 %) para estabilizarse en 2013. Desde 2009 el ritmo de crecimiento del gasto de las administraciones públicas de EU-28 se desaceleró en términos de volumen y esta tasa de cambio pasó a ser negativa (‒0,2 %) en 2011 y permaneció así en 2012 (también ‒0,2 %) antes de regresar a un ligero crecimiento (0,3 %) en 2013. A pesar de un pequeño aumento en 2011 (1,6), la formación bruta de capital fijo de EU-28 no pudo recuperarse plenamente de su fuerte caída en 2009 (‒13,4 %) y regresó a una tasa de variación negativa en 2012 y 2013.

En términos de precios corrientes, el gasto en consumo de los hogares y de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares aportó un 58,3 % del PIB de EU-28 en 2013, mientras que la cuota del gasto de las administraciones fue de un 21,5 % y la de la formación bruta de capital fijo de un 17,3 % (véase el gráfico 8).

Entre los Estados miembros de la UE se produjo una gran variación en la intensidad de la inversión global, lo que puede reflejar, en parte, las distintas fases del desarrollo económico y la dinámica del crecimiento a lo largo de los últimos años (véase el gráfico 9). En 2013, la formación bruta de capital fijo como cuota del PIB fue de un 17,3 % en EU-28 y de un 17,7 % en la zona del euro. Las más altas se registraron en Estonia (25,3 %), Rumanía (23,6 %), Chequia (22,1 %), Letonia, Austria (ambas 21,1 %) y Bulgaria (20,7 %), y las más bajas en Irlanda (10,7 %, datos de 2012), Chipre (11,6 %) y Grecia (12,1 %).

La gran mayoría de la inversión fue realizada por el sector privado, como puede observarse en la tabla 5: en 2012 las inversiones de empresas y hogares supusieron el 16,0 % del PIB de EU-28, mientras que las inversiones del sector público solo alcanzaron el 2,3 %. En términos relativos, la inversión pública fue más alta en Estonia (5,4 % del PIB), y la inversión por el sector empresarial en Bulgaria (16,5 %) y Letonia (16,1 %), mientras que la inversión de los hogares fue más alta en Finlandia (6,9 %), Italia (6,5 %), Alemania (6,3 %), Francia (6,2 %) y Bélgica (6,0 %).

Ingresos

El análisis del PIB en EU-28 desde la óptica de la renta muestra que la distribución entre los factores de producción de la renta resultante del proceso de producción se vio dominada por la remuneración de los empleados, que supuso un 49,4 % del PIB en 2013. La cuota del excedente de explotación bruto y de la renta mixta fue de un 38,6 % del PIB, mientras que la correspondiente a los impuestos sobre la producción y las importaciones menos las subvenciones fue de un 12,1 % (véase el gráfico 10). El gráfico  11 muestra que, en 2011 o 2012, los respectivos agregados de la renta se habían recuperado de las pérdidas experimentadas durante la crisis financiera y económica. En 2009 la remuneración de los empleados se redujo un 3,0 % pero en 2013 fue un 5,5 % superior a su nivel correspondiente registrado en 2008. En cuanto al excedente de explotación bruto y la renta mixta, se produjo un estancamiento en 2008, seguido de una caída del 8,6 % en 2009; en 2012 este agregado de ingresos había vuelto a un nivel por encima del anterior a la crisis (en 2007), y en 2013 fue de 1,2 % por encima del nivel máximo. La caída de los impuestos sobre la producción y las importaciones, menos las subvenciones, ya había comenzado en 2008 (‒2,7 %) y se aceleró en 2009 (‒8,5 %); en 2011 estas pérdidas se habían recuperado y en 2013 este agregado de ingresos ascendía al 6,1 % por encima de su máximo anterior (también en 2007).

Consumo de los hogares

El gasto en consumo final de los hogares supuso al menos la mitad del PIB en la mayoría de los Estados miembros de la UE en 2012. Ese porcentaje fue mayor en Grecia (76,7 %, datos de 2011), Chipre (73,9 %), Bulgaria (70,1 %) y Malta (69,1 %). En cambio, el más bajo fue en Luxemburgo (38,1 %), que tuvo, sin embargo, el mayor gasto en consumo medio de los hogares per cápita (30 800 EUR), véase la tabla 6.

Con unos datos más detallados sobre la estructura del gasto total en consumo de los hogares en EU-28 en 2012, se puede ver que casi una cuarta parte (24,1 %) se dedicó a la vivienda, el agua, la electricidad, el gas y otros combustibles (véase el gráfico 12). El gasto en transporte (13,0 %) y en alimentos y bebidas no alcohólicas (también 13,0 %) fueron las dos categorías siguientes en orden de importancia. Juntas, las restantes categorías de gasto en consumo del gráfico 12 supusieron casi la mitad (49,8 %) del gasto en consumo total de los hogares.

Fuentes y disponibilidad de los datos

El Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y Regionales de la Unión Europea (SEC) establece la metodología de las cuentas nacionales en la UE. La versión actual, SEC 95, es completamente coherente con las orientaciones mundiales relativas a las cuentas nacionales, el SCN 1993. A raíz de un acuerdo internacional en 2008 sobre una versión actualizada del SCN, en mayo de 2013 se adoptó una actualización respectiva del SEC ESA 2010, que se aplicará a partir de septiembre 2014.

PIB y componentes principales

Los principales agregados de las cuentas nacionales se compilan a partir de unidades institucionales: las instituciones financieras o sociedades no financieras, el sector de las administraciones públicas, los hogares y las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH).

Los datos de las cuentas nacionales incluyen la información sobre los componentes del PIB, el empleo, los agregados relativos al consumo final y el ahorro. Muchas de estas variables se calculan por años o trimestres.

El PIB es la medida más importante de las cuentas nacionales que resume la posición económica de un país (o región). Puede calcularse utilizando distintos enfoques: el enfoque de la producción, el enfoque del gasto y el enfoque de los ingresos.

El análisis de PIB per cápita elimina la influencia del tamaño absoluto de la población, lo que facilita la comparación entre distintos países. El PIB per cápita es el indicador económico general de los niveles de vida. Los datos del PIB expresados en monedas nacionales pueden convertirse en estándares de poder adquisitivo (EPA) utilizando las paridades de poder adquisitivo (PPA), que reflejan el poder adquisitivo de cada moneda, en vez de utilizar los tipos de cambio del mercado; así se eliminan las diferencias en los niveles de precios entre países. El índice de volumen del PIB per cápita en EPA se expresa en relación a la media de EU-27 (que es igual a 100). Si el índice de un país es mayor/menor que 100, el nivel del PIB per cápita de este país está por encima / por debajo de la media de EU-27; este índice está diseñado para realizar comparaciones entre países en lugar de comparaciones temporales.

El cálculo de la tasa anual de crecimiento del PIB a precios constantes, en otras palabras, el cambio del PIB en términos de volumen, pretende permitir comparar la dinámica de la evolución económica a lo largo del tiempo y entre economías de distintos tamaños, independientemente de los niveles de los precios.

Datos complementarios

La producción económica también puede analizarse por actividad: en el nivel más agregado de análisis hay diez rúbricas de la NACE rev. 2: agricultura, caza y pesca; industria; construcción; sector de la distribución, transporte, servicios de hostelería; servicios de información y comunicación; servicios financieros y de seguros; actividades inmobiliarias; servicios profesionales, científicos, técnicos, administrativos y de apoyo; administración pública, defensa, educación, salud humana y trabajo social; artes, entretenimiento, ocio, otros servicios y actividades de los hogares y de las organizaciones y organismos extraterritoriales. Analizar la producción por actividad a lo largo del tiempo puede verse facilitado si se utiliza una medida de volumen: en otros términos, cada actividad se deflacta por separado para reflejar los cambios en los precios de sus productos asociados.

En el contexto de los análisis de competitividad se utiliza otro conjunto adicional de datos de las cuentas nacionales, a saber, indicadores relativos a la productividad del trabajo, como medidas relativas a la productividad laboral. Las medidas relativas a la productividad expresadas en EPA son particularmente útiles para efectuar comparaciones entre países. El PIB en EPA por empleado tiene por objetivo ofrecer una idea general de la productividad de las economías nacionales. No obstante, ha de tenerse en cuenta que esta medida depende de la estructura del empleo total y, por ejemplo, puede verse reducida por un cambio de jornada completa a jornada parcial. El PIB en EPA por hora trabajada ofrece una imagen más clara de la productividad, ya que la incidencia del empleo a jornada parcial varía mucho entre países y actividades. Los datos se presentan en forma de índice en relación con la media de la UE: si el índice es superior a 100, la productividad del trabajo se sitúa por encima de la media de la UE.

Los datos sobre el gasto en consumo pueden desglosarse con arreglo a la Clasificación del Consumo Individual por Finalidad (CCIF), que identifica doce rúbricas distintas en su nivel más agregado. La información anual sobre el gasto de los hogares se obtiene a partir de las cuentas nacionales compiladas mediante un enfoque macroeconómico. Otra fuente para analizar el gasto de los hogares es la encuesta de presupuestos familiares (EPF): esta información se obtiene pidiendo a los hogares que lleven un diario de sus compras y ofrece muchos más detalles sobre los bienes y servicios y los tipos de análisis socioeconómicos disponibles. La EPF solo se lleva a cabo y se publica cada cinco años: el último año de referencia disponible actualmente es 2005.

El ahorro de los hogares es la principal fuente interior de fondos para financiar la inversión de capital. El sistema de cuentas prevé que tanto la renta disponible como el ahorro se expresen en bruto, es decir, que ambos agregados incluyan el consumo de capital fijo.

Contexto

Las instituciones europeas, las administraciones públicas, los bancos centrales y otros organismos económicos y sociales de los sectores público y privado necesitan un conjunto de estadísticas comparables y fiables en las que basarse para tomar decisiones. Las cuentas nacionales pueden utilizarse para varios tipos de análisis y evaluación. El empleo de conceptos y definiciones aceptados a escala internacional permite analizar economías distintas, como la interdependencia entre las economías de los Estados miembros de la UE, o la comparación entre los Estados miembros de la UE y terceros Estados.

Ciclo económico y análisis de la política macroeconómica

Uno de los usos principales de las cuentas nacionales está relacionado con la necesidad de sustentar las decisiones en materia de política económica europea y la consecución de los objetivos de la unión económica y monetaria (UEM) con estadísticas a corto plazo de alta calidad que permitan supervisar la evolución en el ámbito macroeconómico y obtener asesoramiento relativo a la política macroeconómica. Por ejemplo, uno de los usos más básicos y antiguos de las cuentas nacionales consiste en cuantificar la tasa de crecimiento de una economía, es decir, el crecimiento del PIB. Las cifras de las cuentas nacionales esenciales se utilizan en particular para desarrollar y supervisar las políticas macroeconómicas, mientras que los datos detallados de las cuentas nacionales sirven para desarrollar políticas industriales o sectoriales, en especial mediante el análisis de las tablas input-output.

Desde el inicio de la UEM en 1999, el Banco Central Europeo (BCE) es uno de los principales usuarios de las cuentas nacionales. Su estrategia para evaluar los riesgos para la estabilidad de los precios se basa en dos perspectivas analíticas, llamadas «los dos pilares»: el análisis económico y el análisis monetario. Por tanto, se evalúa una gran cantidad de indicadores monetarios y financieros en relación con otros datos pertinentes que permiten combinar el análisis monetario, financiero y económico, como los agregados clave de las cuentas nacionales. De esta forma es posible analizar los indicadores monetarios y financieros en el contexto del resto de la economía.

La Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros elabora las previsiones macroeconómicas de la Comisión Europea dos veces al año, en primavera y otoño. Estas previsiones incluyen a todos los Estados miembros de la UE a fin de obtener previsiones para la zona del euro y la UE, y también contienen previsiones relativas a los países candidatos y algunos terceros países.

Estas estadísticas también se utilizan desde hace tiempo para analizar las finanzas públicas a través de las cuentas nacionales. En el seno de la UE se desarrolló una aplicación específica en relación con los criterios de convergencia de la UEM, dos de los cuales se refieren directamente a la hacienda pública. Dichos criterios se han definido en términos de cifras de las cuentas nacionales, a saber, el déficit de las administraciones públicas y la deuda de estas en relación con el PIB. Para obtener más información, véase el artículo sobre estadísticas de las finanzas públicas.

Políticas regionales, estructurales y sectoriales

Además del análisis del ciclo económico y de la política macroeconómica, hay otros usos de los datos de las cuentas nacionales y regionales europeas relacionados con la política, en particular en relación con asuntos regionales, estructurales y sectoriales.

La asignación del gasto para los fondos estructurales se basa en parte en las cuentas regionales. Asimismo, las estadísticas regionales se utilizan para la evaluación ex-post de los resultados de la política regional y de cohesión.

Fomentar el crecimiento y el empleo es una prioridad estratégica de la UE y los Estados miembros, y forma parte de la Estrategia Europa 2020. Para apoyar estas prioridades estratégicas se aplican políticas comunes en todos los sectores de la economía de la UE, mientras que los Estados miembros aplican sus propias reformas estructurales nacionales. Para garantizar que ello sea lo más beneficioso posible y preparar los desafíos que se presentarán, la Comisión Europea analiza dichas políticas.

La Comisión Europea efectúa análisis económicos que ayudan a desarrollar la política agrícola común (PAC) analizando la eficiencia de sus distintos mecanismos de apoyo y desarrollando una perspectiva a largo plazo. Ello supone, entre otras cosas, efectuar investigaciones, análisis y evaluaciones de impacto sobre temas relacionados con la agricultura y la economía rural en la UE y en terceros países, en parte utilizando las cuentas económicas para la agricultura.

Establecimiento de objetivos, evaluación comparativa y contribuciones

Las políticas de la UE establecen cada vez más objetivos a medio o largo plazo, de tipo vinculante o no. Para algunos de estos se utiliza el PIB como denominador para una evaluación comparativa, por ejemplo estableciendo un objetivo de gasto en investigación y desarrollo del 3 % del PIB.

Las cuentas nacionales también se emplean para determinar los recursos de la UE con las normas básicas establecidas en una Decisión del Consejo. El importe global de recursos propios necesarios para financiar el presupuesto de la UE viene determinado por el gasto total menos otros ingresos, y el volumen máximo de los recursos propios está vinculado a la renta nacional bruta de la UE.

Además de usarse para establecer las contribuciones presupuestarias en la UE, los datos de las cuentas nacionales también se emplean para determinar las aportaciones a otros organismos internacionales, como las Naciones Unidas. Las contribuciones al presupuesto de las Naciones Unidas se basan en la renta nacional bruta y una serie de ajustes y límites.

Analistas y elaboradores de previsiones

Los analistas y los investigadores también utilizan ampliamente las cuentas nacionales para examinar la situación y la evolución de la economía. Los interlocutores sociales, como los representantes de las empresas (por ejemplo, asociaciones profesionales) o de los trabajadores (como los sindicatos) también se interesan por las cuentas nacionales para analizar los fenómenos que afectan a las relaciones laborales. Los investigadores utilizan las cuentas nacionales, entre otras cosas, para analizar los ciclos económicos, también a largo plazo, y relacionarlos con fenómenos económicos, políticos o tecnológicos.

Véase también

Más información de Eurostat

Tablas principales

Cuentas nacionales anuales (t_nama)
PIB y componentes principales (t_nama_10_gdp)

Base de datos

Cuentas nacionales anuales (nama)
PIB y componentes principales (nama_gdp)
Exportaciones e importaciones por los Estados miembros de los países de la UE / terceros países (nama_exi)
Agregados de consumo finales (nama_fcs)
Renta, ahorro y capacidad/necesidad de financiación (nama_inc)
Desgloses detallados de las cuentas nacionales (por sector, por producto, por finalidad del consumo) (nama_brk)
Indicadores auxiliares de las cuentas nacionales - datos anuales (nama_aux)
Cuentas económicas regionales - SEC 95 (nama_reg)
Tablas de origen y destino e input-output (naio)
Tablas de origen y destino e input-output - agregados de la UE (naio_agg)
Tablas de origen y destino e input-outpu (productos*producto) - datos nacionales (naio_ckp)

Sección especializada

Metodología / Metadatos

Archivos de metadatos ESMS

Manuales de metodología

Otra información metodológica

Fuente de los datos de las tablas y los gráficos (MS Excel)

Otra información

Enlaces externos