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Propuestas varias

Elegir la solución idónea

El nefando sustantivo elegibilidad, que tan a menudo nos tienta desde todo tipo de convocatorias comunitarias, resulta, aún más si cabe que las formas adjetivas de la misma familia, difícilmente substituible por una paráfrasis no indigesta. Una posible solución sería quizá recurrir a idoneidad, que evita toda paráfrasis y recoge lo esencial del significado que se trata de comunicar.

Correo electrónico

El hecho de que nuestros queridos primos francófonos no tengan inconveniente en enviarse "es-maltes" a diestro y siniestro no debería ser óbice para que el hablante hispanófono buscara soluciones autóctonas con que designar abreviadamente un medio de comunicación de la importancia del aludido. Por una onírica asociación de ideas con aquello tan castizo de "correveidile", se me ocurre la posibilidad de traducir e-mail por corr.el. (pronunciado "correl"), que es tan oligosilábico como su tío de América y además casi se entiende solo.

Evitar susceptibilidades

Convendría no llevar nuestra susceptibilidad al extremo de considerarnos "susceptibles" de influir en los usos lingüísticos imperantes con innovaciones transpirenaicas como la aquí mismo practicada. Tradicionalmente, los hispanófonos, sufridos como nadie, sólo hemos sido susceptibles de padecer acciones, nunca de realizarlas.

No fiarse de los datos

Pase que un motor moderno sea fiable (los motores antiguos no lo eran en absoluto; a lo sumo, eran seguros). Pero si también declaramos fiables los datos, por ejemplo, de nuestros servicios estadísticos, corremos el riesgo de creer que metiendo la cabeza en el congelador y los pies en el horno mantendremos nuestro cuerpo a la temperatura ideal. Los datos y la información en general, piensa uno, a lo máximo a lo que pueden aspirar es a ser fidedignos.

Miguel Candel
Comisión Europea
miguel.candel-sanmartin@ec.europa.eu

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