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Unas palabras sobre el término "pedofilia" y otros compuestos

Los sucesos relacionados con el abuso sexual de menores, ocurridos en diversos países de nuestro entorno, han traído a la palestra los términos "pedofilia", "paidofilia" y "pederastia". Lo inicuo de estos hechos no debería ser óbice para plantear también una discusión meramente lingüística sobre unos términos que se han venido utilizando no sólo en la prensa sino también en textos institucionales y que, por otro lado, figuran en enciclopedias, diccionarios, glosarios y libros de referencia. Lo que no está claro es que los campos semánticos de "pederastia" y "pedofilia" (incluyendo la variante de ésta: "paidofilia") sean idénticos y que se puedan utilizar como sinónimos. Es muy probable que el compuesto acabado en "-filia" tenga una semántica más amplia que el otro.

Según una opinión muy extendida, "pedofilia" es un término cacofónico en español, y así lo expone en su Vademécum la Agencia EFE y lo planteaba, si no recuerdo mal, Luis Antonio de Villena en un largo artículo aparecido este verano en El Mundo del Siglo XXI. En cualquier caso, lo que no parece de recibo para rechazar el uso de ese término es recurrir a una etimología popular simplista que se presta al chiste fácil, con la que se falsea el origen de un compuesto formado legítimamente a partir de dos raíces cultas griegas, independientemente de que nos lo haya prestado el francés o no. Veámoslo.

Como ocurre muy a menudo en nuestra lengua, raíces de orígenes etimológicos muy distintos acaban convirtiéndose en homónimas, por ejemplo: no tienen el mismo origen los respectivos "hipo-" de hipotenusa y de hipopótamo. Por el contrario, también ocurre que elementos que hoy día no parecen tener el mismo origen, en realidad sí lo tienen, como ocurre con "apo-" en apócope y "bo-" en botica o bodega.

La raíz griega paid-, que es ped- ante vocal (pediatra, pedagogo), se convierte en pedo- ante consonante, con una vocal de enlace -o- como ocurre con numerosas raíces griegas en casos similares, por ejemplo: otorrinolaringólogo, toracoplastia, flebotomía, etc.

Ahora bien, queda el recurso de evitar "pedofilia" y hablar de "paidofilia", manteniendo en español el diptongo original griego. En ese sentido se manifestaban ya hace años tanto José M. Pabón en su Diccionario manual griego-español1 (véase paidonómos, que él transcribe como "paidónomo") y Manuel Fernández-Galiano en su célebre La transcripción castellana de los nombres propios griegos2, quien propugna "necesarias 'excepciones'" en la transcripción del diptongo -ai- (que habitualmente pasa al latín como -æ- y se convierte en español en -e-, como ocurre por ejemplo en los siguientes casos: etiología, paleontólogo, cenozoico, demonio, etc.). Una de esas "excepciones", según Fernández-Galiano, ha de ser la palabra "paidología" por razones de eufonía. De modo que si se considera que "pedofilia" y "pederastia" no son exactamente lo mismo y se quiere marcar la diferencia, pero no utilizar un término supuestamente cacofónico, se podría emplear "paidofilia"3. Resumiendo: no tiene sentido recurrir a la etimología popular en casos como éste, sobre todo cuando se trata de palabras compuestas cultas.

Por otra parte, no debería olvidarse que también plantearían problemas otras palabras cultas pertenecientes al ámbito de la ciencia, que no evocan nada escabroso y contienen una raíz pedo-, como la que aparece en "paralelepípedo" y que no guarda relación con los niños ni con la educación (a no ser que se considere que era una de las palabras, junto con "esternocleidomastoideo", que más trabajo nos costaba aprender en la escuela) sino con algo más –o menos– llano: el suelo, el terreno. La raíz pedo- (pédo-, que forma pedon y pedion), sin diptongo, es pariente más o menos lejana del latín pes, pedis (pie), raíz esta última que nos daría otro término no menos controvertido "pedómetro": cuentapasos.

Uno busca en la Malla Mundial y descubre que en una universidad chilena, por ejemplo, se pueden cursar estudios de "pedología", en los que se trata de las ciencias del suelo; uno busca en SdTvista4 y aparece el adjetivo "pedológico" un par de veces también con ese significado. José Martínez de Sousa nos aclara, eso sí, que es un barbarismo, un galicismo, y que el término correcto es "edafología" (otro cultismo griego). Sobre si la pedología y la edafología son o no lo mismo, no es éste el momento de pronunciarse, pero, desde luego, aunque no lo recoja la Academia, "pedología" y sus derivados también constan en numerosas fuentes lexicográficas.

Miguel A. Navarrete
Comisión Europea
miguel.navarrete@ec.europa.eu




1. José M. Pabón, Diccionario manual griego-español, Biblograf, Barcelona, 1967 (15ª ed. 1982).
2. Manuel Fernández-Galiano, La transcripción castellana de los nombres propios griegos, SEEC, Madrid, 1969 (2ª ed.).
3. No está de más recordar que el Glosario sobre asuntos relacionados con la mujer de las Naciones Unidas, concretamente en la entrada nº 670, sí recoge pedofilia junto al inglés paedophilia y el francés pédophilie.
4. Servidor de documentos del Servicio de Traducción de la Comisión Europea.

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