COLABORACIONESImágenes en palabras. La audiodescripción como generadora de estrategias alternativas de traducción
Estos
segmentos de las audiodescripciones española e inglesa de los DVD de la película
Los abrazos rotos (Pedro Almodóvar, 2009), específicamente compuestos
para espectadores visualmente discapacitados con el objetivo de compensar la
falta de percepción del componente visual, nos permiten comprobar que son
guiones autónomos que verbalizan las imágenes de una misma película, sin ser
uno la traducción de otro, y que establecen su propio orden de prioridades. En
la versión española, encargada por la Fundación Orange a Navarra Decine SL, se
recrea verbalmente el contexto situacional de una escena que está filmada con
un plano general, mientras que en la versión inglesa, que Pathé Films encomendó
a la compañía londinense International Broadcast Facilities, se resalta la
importancia de un pequeño elemento del atrezzo
que posteriormente merecerá su propio plano detalle. Como concepto básico de sintaxis audiovisual,
el plano del salón del bungalow en
Lanzarote que Judit (Blanca Portillo) observa antes de cruzarlo y encontrarse
al otro extremo con la foto que Mateo (Lluís Homar), el director de cine que
ahora se hace llamar Harry Caine, sacó en compañía de la actriz Lena (Penélope
Cruz) antes del accidente automovilístico que acabó con la vida de ella y le
dejó ciego a él, nos aporta una información visual que verbalmente equivaldría
a una oración subordinada adverbial de lugar. En el guion español se incluye
esta información, pero en el texto inglés se considera más relevante dirigirse
descriptivamente al objeto de mayor relevancia argumental. Como consecuencia,
la imagen mental recreada será distinta. Pero el objetivo de este artículo no es el desarrollo
de una teorización sobre la diferencia perceptiva entre un plano general y un
plano detalle, sino contrastar los guiones de audiodescripción de una misma
película para dos países de la Unión Europea, analizar las diferencias de
composición, principalmente en aspectos socioculturales, y deducir la viabilidad
de una hipotética percepción transnacional de un mismo texto dentro de este
espacio geográfico. Esta reflexión nos permitiría incluso llegar más allá del
campo de estudio de la accesibilidad para plantear estrategias alternativas de
traducción que tiendan puentes lingüísticos que complementen las implicaturas
perdidas en canales no verbalizados. Es decir, con una pragmática comunicativa
contemporánea en la que el componente visual cobra cada vez mayor peso
(segmentos de vídeo en periódicos on-line,
publicidad multimedia, etc.), el análisis de la traslación verbal de la imagen
que tiene lugar en los guiones de audiodescripción nos da la posibilidad de
discernir cómo cargas semánticas visuales pueden quedar sin descodificación por
lagunas de conocimiento sociocultural. La elección como corpus de análisis de Los
abrazos rotos, la película de Pedro Almodóvar más recientemente editada en
DVD a la hora de redactar estas líneas, se justificaría por diversos motivos.
Su director puede considerarse actualmente el auteur transnacional por
excelencia dentro del espacio europeo; en un país como Francia, por ejemplo,
tan defensor de su producción propia, es un cineasta que goza de mayor
popularidad incluso que en España. En su conjunto, la cinematografía de este
director presenta unas características recurrentes, lo que podríamos llamar
estilemas, que la hacen reconocible en naciones tan dispares como Japón y
Estados Unidos, que consideran su obra como muy representativa de su país de
origen por su incorporación de elementos hipotéticamente arquetípicos pese a
que, por otra parte, su excelente dominio de las convenciones canónicas de la cinematografía
universal contribuye en gran medida a facilitar su traslación a muy diversos
contextos culturales. Esta película en concreto incorpora características que la hacen incluso más atractiva para nuestro estudio. Su localización en la isla de Lanzarote durante una pequeña parte de su metraje, en comparación con la tradicional contextualización madrileña del resto de la película, nos permite analizar la percepción de extrañamiento geográfico en ambas versiones y contrastarla con la presentación de un espacio tan conocido para el autor como es la capital de España. Los elementos culturales específicos llevan siendo durante bastante tiempo la punta de lanza de numerosos debates traductológicos que oscilan entre la extranjerización y la naturalización, y con la intención de percibir la Unión Europea como una colectividad: la traslación de un texto en una de sus lenguas a las demás que coexisten en su espacio geográfico podría orientarse hacia una recepción conjunta lo más próxima posible a la que tuviera un nativo del contexto origen, lo cual requeriría la mediación cultural del traductor o, en este caso, del guionista de audiodescripción. Con Los abrazos rotos observaremos cómo en la versión inglesa se hace hincapié en algunos elementos arquetípicamente vinculados a la cultura origen, pero aprovecharemos otro de los estilemas singulares de la obra de Almodóvar, las referencias culturales metacinematográficas, aún más acusadas en una película donde el protagonista es un director de cine, para analizar si películas, actores o productos relacionados con la profesión aportarían los mismos significados en otro contexto. La descripción física de los personajes,
tanto en su apariencia como en su actuación, es otra cuestión que puede
trascender el área de la accesibilidad hacia aspectos de la traducción general.
Las implicaturas vinculadas a gestos o movimientos, según la representación
verbal que se haga de ellos para discapacitados visuales de nacionalidades
distintas, nos puede aportar información relevante sobre requerimientos
añadidos para realizar traducciones audiovisuales o de otro tipo. Y también
resultará interesante tener en cuenta consideraciones de tipo moral. Otra de
las características singulares del cine de Almodóvar es su desparpajo en
cuestiones relativas al sexo. Resulta muy chocante internacionalmente que de un
país considerado tradicionalmente de honda raigambre católica pueda surgir un
cineasta tan atrevido con respecto a este tema tabú, aunque el hecho de que
este aspecto sea tan destacado en otros países puede sugerir más sobre las
convenciones morales de los nuevos contextos de recepción que sobre la cultura
origen de la que procede. Los abrazos rotos no es particularmente
reseñable en este sentido, comparada con otras películas suyas, pero sí incluye
alguna escena de cierto voltaje sexual explícito en la que las elecciones
tomadas con respecto a su descripción en los dos guiones de audiodescripción nos
pueden hacer reflexionar sobre los distintos niveles de aceptabilidad moral. En suma, un estudio sobre la representación
verbal del conocimiento general que se transmite mediante las imágenes de una
misma película en distintos países del espacio europeo puede aportar una
información valiosa sobre las barreras socioculturales que nos siguen separando
y la posibilidad de reducirlas. Este es un estudio evidentemente incompleto e
insuficiente, ya que solo se contrastan dos versiones, pero cabría la esperanza
de que se emprendieran en un futuro próximo iniciativas que, idealmente,
pudieran incluir todos los idiomas y nacionalidades que componen la Unión
Europea. Localización espacial Matamala / Rami
(2010: 2491) explican que «unas mismas
imágenes son traducidas de modo distinto por descriptores que no comparten un
mismo espacio cultural», una afirmación con la que estamos de acuerdo a la
vista de los aún escasos análisis descriptivos que hemos podido contrastar. Hay
que reseñar, sin embargo, que cuando lo que se describe resulta excepcional
para la recepción canónica de las diversas culturas, sí suele producirse una
coincidencia que radica precisamente en el énfasis en los elementos que sean
más diferenciados de sus propios contextos. La elección de Lanzarote como
localización parcial de Los abrazos rotos durante dieciséis minutos (entre
01.14.53 y 01.30.40), nos permite disfrutar de su peculiar paisaje, y ambas
audiodescripciones se recrean en describir las características que lo hacen
excepcional:
La singularidad espacial de esta isla canaria
justifica esta detallada descripción del contexto situacional, incluso rayando
en la apología desbordante en la versión española. El extrañamiento orográfico
producido por el paisaje volcánico de la isla hace coincidente la enfatización
de los aspectos distintivos. Por lo que respecta a Madrid, el contexto
espacial habitual de la cinematografía de Pedro Almodóvar, la perspectiva
varía, ya que es más comparable con cualquier otra capital europea. La
acumulación de detalles, por ejemplo, en la descripción de donde se reúnen
Mateo, Judit y Diego (Tamar Novas) para tomar algo, «los tres están sentados en
la coctelería Chicote, junto al ventanal que da a la Gran Vía; el tráfico se
refleja en él», no aporta ninguna implicatura que no se resuelva con su
equivalente inglés «the three are seated at a window in a restaurant»
(01.35.10), aunque el hecho de que la escasa clientela del local solo esté
bebiendo podría haber servido para clarificar la categorización del contexto
situacional. Sin embargo, hay otros aspectos en la elección
de localizaciones madrileñas que sí son relevantes y tienen su efecto en la
determinación de algunos conceptos macrotextuales de la película, como sería,
por ejemplo, el cambio de estatus económico que experimenta Lena tras iniciar
su relación con el empresario Ernesto Martel (José Luis Gómez). La primera aparición
del alto ejecutivo tiene lugar, según el guion de audiodescripción, en «un gran despacho en un rascacielos de oficinas», edificio situado en el reconocible complejo Azca junto al Paseo de la
Castellana, del que tenemos un plano general antes de entrar a su interior. Por
otra parte, el domicilio de los padres de Lena al que ella les lleva en taxi
desde un ambulatorio médico está en «un barrio popular de la periferia de la
ciudad», con lo que se empieza a contrastar para el espectador visualmente
discapacitado la diferencia social y económica entre ambos personajes. El
espectador vidente nacional quizás podría identificar el complejo Azca pero no
el barrio donde viven los padres de Lena, aunque sí apreciaría visualmente las
diferencias sociales entre las dos localizaciones, trasladadas verbalmente por
el descriptor. Sin embargo, en la audiodescripción inglesa Ernesto es
presentado «at the phone in his office» (12.04), mientras que, por otra parte, «the taxi pulls up in a busy
street» (15.32) que, ante la ausencia de más datos, podría haber sido el propio
Paseo de la Castellana. Otra consecuencia del inicio de la relación
entre Ernesto y Lena es que el padre pasará a ser atendido en una clínica
privada en lugar del lúgubre ambulatorio suburbano en el que le hemos
encontrado por primera vez. La temática médica es una constante en el cine de Almodóvar,
con Todo sobre mi madre (1999), Hable con ella (2002) y Volver
(2006) como ejemplos más recientes, pero en Los abrazos rotos se
lleva a la máxima expresión con la utilización de hasta cinco espacios
hospitalarios distintos que, pese a rodarse en escenarios reales, requerirían
un cierto trabajo de caracterización espacial por parte del departamento de
dirección artística. La ingestión accidental de estupefacientes
en una discoteca por parte del hijo de Judit, Diego, tiene como consecuencia su
traslado a la prestigiosa clínica Quirón (cuyo nombre se menciona en ambas
versiones), adonde acude a visitarle en taxi Mateo/Harry, ya que su madre está
de viaje. Tras su paso por la recepción del centro, el descriptor español
especifica: «La imagen funde a negro. Algún día después, en casa de Harry.
Permanece sentado junto a la cama en la que descansa Diego. Despierta lentamente».
En la audiodescripción inglesa se presenta este plano de la siguiente manera: «Harry
sits silently on the chair next to Diego’s hospital bed. He watches as Diego
stares and opens his eyes» (37.10). La mera escenografía creada para la
habitación aclararía que, por muy lujosa que sea la clínica, la variedad de
objetos personalizados colocados en la misma nos inducen a pensar que se trata
de un domicilio particular, bastante alejado de la asepsia hospitalaria tradicional.
Pero si un guionista profesional de otra cultura puede confundirse en la
identificación espacial, cabría plantearse la posibilidad de una glosa
intratextual en la traducción del texto que contribuyera a evitar una descodificación
visual errónea que podría ser compartida por el público general. Por ejemplo,
en la subtitulación (código de transferencia verbal del audiovisual foráneo en
el Reino Unido), al diálogo siguiente entre Diego y Mateo «—Did you tell her
about the coma? —No! Are you crazy? Anyway, it was only six hours», se le
podría añadir un complemento de lugar como, por ejemplo «... in the e.r. of
that hospital» para indicar que ya no se encuentran allí. Esta inadecuación con respecto al contexto
médico se extiende a la identificación física personal. Cuando Ernesto, una vez
ha empujado a Lena por las escaleras de su mansión tras su anuncio de
separación, llega en coche con ella al ala de urgencias de otro hospital, «sale
un enfermero. Los dos camilleros se la llevan rápidamente al interior». En la
versión inglesa, sin embargo: «a doctor races over to the car. The doctor leans
into the car, and lifts her out of the back seat; then carries her to the
hospital. As he sets her down on a stretcher, Lena flinches» (01:06:12). La
riqueza descriptiva de la segunda versión se valoraría más si se hubiera tenido
en cuenta que en España no es el médico quien sale a recibir a las ambulancias u
otros vehículos que llegan al área de urgencias. En resumen, la ardua localización espacial
que requiere una película incorpora unas explicaturas e implicaturas visuales
que, al comprobarse la falta de percepción de las mismas en el ejercicio de
verbalización que constituye su audiodescripción en otro idioma, podría generar
una reflexión sobre la necesidad de replantear unas estrategias de traducción general
que incluyan estos semas que desaparecen en la mera traslación lingüística. Elementos culturales Los arquetipos culturales
con respecto a otras nacionalidades están muy arraigados, y más aún en
situaciones de proximidad geográfica, como sucede entre distintos países que componen
el arco europeo, quizás porque la identidad propia también depende en cierta
medida de la diferencia con los demás. Pedro Almodóvar ha sabido interpretar
muy bien las hipotéticas expectativas internacionales que se pueden tener de su
obra, en buena medida vinculadas a su nacionalidad, y ha orientado su indudable
talento creativo hacia una combinación de clichés folclóricos y elementos
vanguardistas que confluyen en un Kitsch perfectamente asimilado por una amplia variedad de
públicos. Un ejemplo característico sería este elemento de atrezo que
encontramos en casa de los padres de Lena, «A huge wooden rosary
adorns the bedroom wall», que resulta destacable en ambos contextos: «Sobre la puerta hay un gran rosario con un crucifijo» (15.50). Pero si
contrastamos la descripción de cómo, en plena tensión entre Ernesto y Lena una
vez regresan del hospital, «he sips his wine and stares at her over the top of his glass», con la
versión española, donde simplemente «suspira, baja la mirada y asiente»
(01.09.40), podemos interpretar la presencia de este arquetípico líquido como un
ejemplo de satisfacción de expectativas culturales nacionales. Incluso se ha
hecho un alarde descriptivo importante, entre otros ejemplos, apenas un par de
minutos antes cuando, ante la llegada del coche de Ernesto a la mansión
procedente del hospital con Lena escayolada, «the servants bow respectfully and
hurry over to the car, foreseeing over Lena. The housekeeper directs another
servant to help her. They watch nervously as Lena limps into the house in
crutches», mientras que, en la versión española, «Lena sale del coche con
muletas, tiene la pierna derecha escayolada. Entra en la casa» (01.08.03).
Sorprende este énfasis en la versión inglesa sobre la presencia de los criados
como elemento distintivo de clase social (contrastable con la falta de
información sobre la localización espacial descrita anteriormente), como si
fuera una característica nacional definitoria, cuando podría considerarse, en
todo caso, igual de representativa del contexto cultural meta. Pero quisiera incidir en este apartado en un
aspecto cultural mucho más característico del director. La cinefilia de Pedro
Almodóvar suele estar presente en su obra con una amplia gama de recursos
semióticos que van desde el mero guiño visual de un plano que evoque a otra
película hasta la propia referencia verbal a la misma. Internacionalmente su
filmografía se considera representativa del cine español (algo harto
discutible, ya que difícilmente se encuentra otro director nacional que reúna
sus características), pero la realidad es que se trata de un director que
culturalmente ha bebido de fuentes principalmente extranjeras, como él ya deja
entrever más o menos abiertamente en muchas de sus películas. En el caso de Los
abrazos rotos, quiero ceñirme exclusivamente a las referencias
metacinematográficas transnacionales como ejemplos de elementos culturales
específicos con unas implicaturas potencialmente descodificables de forma
equivalente por las distintas nacionalidades del espacio europeo. La afición de Almodóvar por incluir metraje
de sus películas predilectas es una constante en su cine, desde Duelo al sol
(King Vidor, 1946) en Matador (1986) y Ensayo de un crimen (Luis
Buñuel, 1955) en Carne trémula (1997), hasta llegar a la que es
probablemente la más memorable, Eva al desnudo (Joseph L. Mankiewicz, 1950)
en Todo sobre mi madre, que incluso incorpora un reflexión sobre la
traducción del título en su diálogo. Todas estas referencias fílmicas siempre
están semánticamente vinculadas al desarrollo argumental de sus respectivas
películas. Por lo que respecta a Los abrazos rotos, la película que Lena
y Mateo ven en DVD en su bungalow de
Lanzarote es descrita en ambas audiodescripciones:
La referencia al componente volcánico es muy
relevante, ya que nuestros enamorados protagonistas ven la película en una isla
canaria con un paisaje de idénticas características. Sin embargo, quisiera
recalcar la inclusión del nombre del director de la película en la audiodescripción
española, ya que la actriz Ingrid Bergman había abandonado a su marido tras su
primera participación en una película de Rossellini, Stromboli (1950),
para casarse con el director, causando un considerable revuelo en el Hollywood
de la época. Por tanto, se incorpora una vinculación semántica añadida por la
relación sentimental que mantienen Mateo y Lena, director y actriz, habiendo
ella abandonado a Ernesto también tras el rodaje de su primera película juntos,
Chicas y maletas. En el diálogo original
no se menciona a Rossellini, así que la descodificación quedaría en manos de
los connaisseurs cinematográficos, pero la audiodescripción española
incorpora su nombre, aunque sin descifrar la implicatura. Es, en todo caso,
motivo de reflexión hasta dónde se podría llegar en una traslación de un código
a otro para enriquecer su descodificación, respetando siempre el nivel de
sutileza apreciado en el texto original. En la escena del primer día de rodaje de Chicas y maletas, cuando Lena se prueba
distintas pelucas frente al espejo ante la atenta mirada de Mateo, el peluquero
y su asistenta, se producen distintas referencias metacinematográficas a
actrices americanas. Con su primera estilización capilar, la asistenta comenta
que es «igualita que Audrey», y la audiodescripción incluso glosa el comentario
con: «La imagen de Lena recuerda a la actriz Audrey Hepburn». En la version
inglesa no se traduce la línea de diálogo, pero se parafrasea, incluso con mayor
detalle: «On set Mateo watches as Lena starts to look like Audrey Hepburn, with
a short dark bob» (43.55). A continuación, cuando Mateo pide una peluca rubia,
el peluquero le informa: «—Tengo una tipo Goldie Hawn con mucho más volumen que
queda fabulosa. —Sí, pero que no parezca un caniche. —¿Caniche no? Si no es
caniche, no es Goldie», estableciendo una burlona comparación entre el perro y
la conocida actriz norteamericana. La versión inglesa, por su parte, parafrasea
que «The gay hairdresser recommends a blonde wig with much more volume that he
thinks will look fabulous. Mateo is concerned that she might look like a poodle,
but the hairdresser assures him she won’t» (44.45). Además de una interpretación
inadecuada del diálogo original, se omite incomprensiblemente la referencia a
una actriz que sería igualmente, o incluso con mayor facilidad, identificada por
el público británico. Por último, ante la elección de otra peluca rubia, la
apariencia de Lena remite a una de las iconografías más célebres de la historia
del cine sin que se mencione en el diálogo, por lo que la audiodescripción
especifica que se coloca «una peluca rubio platino con la que se parece a
Marilyn Monroe». Sin embargo, la versión inglesa no hace mención al obvio sema
visual, con lo que su audiencia no estará percibiendo la escena con la misma
información que la española: «Mateo decides on a platinum blonde wig and
instructs the make up team to change the make up» (45.21). La última referencia intercultural visual a
la que aludiremos está solo indirectamente vinculada al cine, ya que se trata
de la utilización de un atuendo perteneciente a una conocida marca que suele
ceder, como muchas otras, su ropa a las actrices más importantes para que la
luzcan en sus películas. En la primera escena tras la consumación de la
relación entre Ernesto Martel y Lena, la vemos mirándose en el espejo del
dormitorio común de la mansión del empresario mientras se preparan para salir.
En la versión española se describe que «lleva un vestido de Chanel noche negro ceñido con cadenas de oro por
todas partes» (27:14), mientras que en la versión inglesa no hay referencia
alguna a su indumentaria. La omisión de la marca redundaría en la indiferencia
al ascenso socioeconómico de Lena, pero con la ausencia de la descripción del
vestido se evapora la implicatura transmitida por las cadenas de oro, la
pérdida de libertad que supone para Lena su relación con Martel. Rodríguez Posadas (2010: 199)2, guionista de audiodescripción, destaca la
importancia de «the appearance on screen of an implicit cultural reference,
which will have to be researched so that it can be made explicit, if possible,
in the image-to-word transfer». El nivel de explicitación dependerá de la
sutileza u obviedad evidenciada en el original y de la hipotética falta de
conocimiento intercultural que sería necesario compensar, incluso, como acabamos
de comprobar, afectando indirectamente a la descripción física de los personajes
que, como veremos en el siguiente apartado, también aporta una carga semántica
significativa y no necesariamente descodificada en igualdad de condiciones por
las distintas culturas.
Descripción
física La apariencia física de los
personajes y la actividad física que realizan es un componente visual
importante para la adecuada interpretación de la trama argumental. Un medio
como el cinematográfico, en el que el star-system sigue siendo un elemento
crucial de su mercadotecnia, requiere una articulación coherente de actitudes y
emociones por parte de los actores que transmita sensaciones explícitas e
implícitas vinculadas al desarrollo de cada escena. Estos aspectos necesitarán,
por tanto, una adecuada reconstrucción verbal en el guion de audiodescripción
para que el espectador visualmente discapacitado pueda asimilar esta
información. Y mediante el análisis de esta explicitación podremos alcanzar
conclusiones sobre la variabilidad en su descodificación dependiendo del
contexto cultural hacia la que vaya dirigida. En el caso de Los
abrazos rotos, la mera presentación
física de los protagonistas nos permite apreciar diferencias de percepción en
una cuestión tan aparentemente banal como es la edad. Por ejemplo, Judit, la
ayudante de producción de Mateo, interpretada por Blanca Portillo, es descrita
respectivamente como una mujer de «unos cuarenta y cinco años» en la versión
española e «in her mid-fifties» (05.30) en la versión inglesa, mientras que
Ernesto Martel (José Luis Gómez), «un alto ejecutivo trajeado, impecable, de
unos 55 años», también da una zancada cronológica hacia «his mid sixties»
(12:17). Curiosamente, incluso cuando, mediante un flash-back, se nos presenta a Diego,
el hijo de Judit, «que aquí tiene unos ocho años», no parece estar tan
desarrollado desde una perspectiva inglesa, que le describe como un
«six-year-old boy» (01:24:28). Estas circunstancias, aparte de sugerir que el
ciudadano medio español aparenta más envejecido desde una perspectiva inglesa
(¡y los niños menos desarrollados!), nos permiten reflexionar sobre si en la
práctica traductora general habría que modificar el factor edad dependiendo del
país al que vaya dirigido el texto, y no solo el campo de la ficción, sino en
otras áreas que podrían considerarse más relevantes como sería una denuncia
policial. En cuanto a la actitud emotiva de los personajes, la coincidencia
descriptiva es mucho mayor entre ambas versiones. Es destacable un abuso
generalizado de adjetivos y adverbios que expresan estados de ánimo como manera
de transmitir las sensaciones expresadas por los personajes. En el caso de
Judit, por ejemplo, nada más aparecer por primera vez «she looks slightly
disapprovingly at Mateo» (05.43), una tónica general hermenéutica repetida
durante la película en las dos audiodescripciones. Es una estrategia muy
efectiva para determinar una emoción, y podría incluso incentivar, desde una
perspectiva investigadora, una catalogación de concordancias útiles que
contribuyera a una práctica guionista más estandarizada para facilitar la
descodificación del espectador invidente. Sin embargo, hay otra estrategia de composición basada en la
descripción de una actividad física que transmite simultáneamente información
sobre la actitud o estado emocional y que da la sensación de permitir que el receptor
realice su propia interpretación. Si volvemos a la escena en la que Diego
pierde el conocimiento por la ingestión de estupefacientes, su amigo Alex
(Alejo Sauras) está a la puerta de la discoteca cuando llega la ambulancia y,
siguiendo la pauta general de claridad descriptiva antes mencionada, se nos
informa de que «Alex
looks fraught with worry» (35.48). Pero cuando, a continuación, se describe cómo
«a paramedic pushes Alex into the ambulance», la elección léxica implica que
Alex era reacio a ocuparse del estado de su amigo, algo que no se logra en la
versión española con «Alex sube a la ambulancia» (36.15). La ausencia de léxico emocionalmente descriptivo
reducirá la sensación de condescendencia que a veces producen descodificaciones
más determinantes. Las metáforas fosilizadas son otro recurso
efectivo para, mediante la descripción de una actividad física, implicar una
sensación emotiva. También resulta útil porque, en situaciones traductoras de
restricción espacial o temporal como puede ser la audiovisual, se economizaría
el texto de forma muy conveniente. Por ejemplo, en la escena inicial de la
película, ya mencionada, al entrar Judit en casa de Mateo cuando este acaba de
mantener una relación sexual con una desconocida, «Judit’s expression hardens and the blonde woman looks uncomfortable.
Judit hands the woman her handbag and turns her back on her» (06.44). Gracias a
que se ha producido un tenso silencio hay tiempo para extenderse en la
narración, pero la última frase, que simultanea en cinco palabras un
movimiento físico y una implicatura emocional, tiene un valor descriptivo mucho
mayor. Esta última escena
nos puede dirigir indirectamente hacia otra cuestión que también tiene su
influencia en la traducción, la moral establecida en los distintos contextos
socioculturales hacia los que se dirige un mismo texto. La efímera relación que
mantiene Mateo al principio de la película con esta mujer es visualmente
recatada, ya que la cámara está situada detrás del sofá donde tienen lugar los
hechos. Pero hay escenas más explícitas durante la película en las que la
cantidad de información aportada por las dos audiodescripciones es
sustancialmente distinta. A continuación transcribimos la narración (que se
escucha con un fondo sonoro de jadeos de los protagonistas) de la primera vez
que Mateo/Harry y Lena se encuentran en una situación de intimidad física:
El contraste es tan llamativo que hasta podría
dar la impresión de que se trata de dos películas distintas. El dilema radica
entonces en la limitación de la verbalización de un aspecto tabú como puede ser
el sexo basada en los usos y costumbres de un contexto sociocultural
determinado. En un país en el que se da la circunstancia recurrente de que un
canal de televisión pueda quedar inundado de llamadas telefónicas de protesta
porque se haya emitido una palabra considerada soez en un horario de máxima
audiencia, se puede entender, pero no necesariamente compartir, el cuidado con
el que el guionista de la audiodescripción inglesa ha abordado la escena para
no ofender a su audiencia. Pero, en consecuencia, a esta audiencia visualmente
incapacitada se le ha hurtado una información necesaria para interpretar una
escena que podía incluso encontrarse entre sus expectativas de recepción,
tratándose de una película de Pedro Almodóvar. En la otra escena destacable por su
naturaleza sexual, aunque de menor intensidad que la anterior, Ernesto y Lena
están pasando un fin de semana en Ibiza, y la audiodescripción inglesa parece
atreverse aquí a llegar un poco más lejos quizás porque, como especifica al
principio de la secuencia, «Lena and Ernesto make love under a white sheet». A
partir de ahí continúa la descripción: «The white sheet is entangled around
their heads and limbs. Frantic movements cease as Ernesto sighs deeply and
relaxes». Sin embargo, el guionista de la versión española hace uso de su
imaginación para aportar una información más precisa a su audiencia: «Por la
forma de los cuerpos se intuye que Ernesto está colocado sobre Lena. Ernesto
llega al orgasmo. Se relaja y deja caer su cuerpo sobre ella» (53.00). La concienciación de que la moral establecida
en los diversos países que conforman el espacio europeo pueda diferir
considerablemente no supone abogar por una censura en la audiodescripción ni,
dando un paso más allá, en la práctica traductora, sino de nuevo recalcar, a
raíz del análisis de estos ejemplos aportados, que la traslación de un texto a
otro contexto cultural requiera una modificación lingüística que vaya más allá
del mero cambio de idioma. Conclusiones El
presupuesto inicial de este artículo consistía en el análisis comparativo de
dos guiones para la audiodescripción de un mismo producto audiovisual, en este
caso la película Los abrazos rotos, teniendo en cuenta que se trata de
dos creaciones autónomas destinadas a complementar la recepción de una audiencia
visualmente discapacitada. En este sentido debemos felicitarnos de que la
práctica de la audiodescripción esté cada vez más extendida dentro del espacio
de la Unión Europea, y de que este colectivo pueda mejorar su propia percepción
de un producto audiovisual en una sociedad cada vez más orientada hacia una
comunicación intersemiótica. En nuestro estudio hemos podido constatar, en
primer lugar, cómo en la percepción de la localización espacial, la
excepcionalidad orográfica de la isla de Lanzarote era compartida por ambos
contextos culturales de manera similar mediante el énfasis en sus
características más distintivas. Sin embargo, las lagunas de conocimiento
observadas en la descodificación británica de los componentes visuales del
espacio más convencional de la película, como sería Madrid, han tenido como
consecuencia no solo una pérdida de implicaturas relevantes al desarrollo
argumental, sino que incluso se haya incurrido en algún error descriptivo. Este
ejercicio de verbalización inadecuada del sema visual nos conduce a reflexionar,
dentro del campo más amplio de la traducción general, sobre la necesidad de
abordar la traslación de un texto a otra cultura como un ejercicio en el que la
mera transferencia lingüística requiera ser completada con mayor información de
la que se encuentra reflejada léxicamente en el texto origen. Y este
planteamiento se puede extender al área más amplia de los elementos culturales
específicos donde, curiosamente, en la versión inglesa se ha incidido más en las
características arquetípicas de la cultura origen dejando de lado implicaturas
mucho más relevantes en referencias transnacionales de una facilidad
descodificadora equiparable para ambos contextos, ya que el hipotético
extrañamiento cultural sería idéntico. Por último, la percepción de la apariencia,
gesticulación y actividad física de los personajes también genera unas
interpretaciones que no son necesariamente coincidentes pese a que el espacio
europeo comparta, en líneas generales, un canon comunicativo audiovisual común.
Ha sido ilustrativo comprobar cómo, ante un mismo actor español, la recepción
inglesa modificaba sustancialmente su hipotética edad con respecto a la versión
española. Sin embargo, por lo que respecta a la expresión de la emoción, el
grado de acuerdo interpretativo ha sido mucho mayor, aunque hemos comentado
nuestra preferencia por una opción descriptiva de gestos y movimientos que diera
al receptor visualmente discapacitado la impresión de que realiza sus propias
interpretaciones. Y, por último, cuando nos hemos sumergido en un tema tabú como
las relaciones sexuales, se ha podido comprobar que las convenciones morales de
las respectivas culturas pueden alertarnos sobre la adecuación de una toma de
decisiones descriptivas que, en el caso de los guiones aquí analizados, han sido
radicalmente distintas. En suma, habría que alentar la investigación
en este novedoso campo de estudio sobre las variantes textuales que facilitan la
accesibilidad a un colectivo discapacitado, para así generar avances en tan
loable propósito. El sucesivo desarrollo de una gramática más o menos
estandarizada basada en las concordancias observadas beneficiaría, sin duda,
tanto a guionistas como a receptores. También hay que recalcar que la estrategia
investigadora de comparación de guiones de audiodescripción es aplicable a la de
las técnicas de traducción interlingüística, porque este ejercicio de
verbalización de información transmitida por el canal visual nos puede orientar
hacia una práctica alternativa de la traducción general en un mundo donde
diversas variables inter-semióticas se van extendiendo gracias al avance de la
tecnología informática. John D. Sanderson
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