¿Por qué la resistencia a los antimicrobianos se denomina «pandemia silenciosa»?

La resistencia a los antimicrobianos se conoce bien como la «pandemia silenciosa», porque aunque las bacterias resistentes a los fármacos llevan al menos 35,000 vidas en la UE cada año, con una estimación de 10 millones de muertes en todo el mundo al año (con un coste para la economía mundial de hasta 100 billones USD) de aquí a 2050, el problema rara vez ocupa espacio en las columnas de nuestros periódicos. Y esto resulta sorprendente cuando volvemos atrás y consideramos que la resistencia a los antimicrobianos mata a tantos ciudadanos cada año como el VIH, la tuberculosis y la gripe combinados.

No solo se dice muy poco sobre la resistencia a los antimicrobianos, sino que encuestas recientes muestran que solo el 39 % de las personas sigue creyendo que los antibióticos actúan contra los virus, algo que no es cierto.

Nuestro uso — o más bien el uso exagerado- de antimicrobianos debe cuestionarse si queremos ganar esta batalla que gana la vida de millones de personas en todo el mundo cada año. La resistencia a los antimicrobianos debe abordarse con premura antes de que esta «pandemia silenciosa» se convierta en nuestra próxima crisis mundial. 

¿Qué está haciendo la Comisión para hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos?

Ya se ha avanzado mucho en el sector veterinario, en particular a través del Reglamento sobre los medicamentos veterinarios. Prevé una serie de medidas complementarias destinadas a garantizar el uso prudente y responsable de los animicrobianos en los animales y, como tal, es una de las principales herramientas para alcanzar el objetivo de reducción de las ventas de antimicrobianos para los animales de granja y la acuicultura establecido en la Estrategia «De la Granja a la Mesa». Una medida notable adoptada en la UE es el establecimiento, por primera vez, de una lista de antimicrobianos que no pueden utilizarse en animales con el fin de preservar su eficacia para tratar infecciones en seres humanos.

Actualmente estamos aplicando el segundo Plan de Acción contra la resistencia a los antimicrobianos, que pone de relieve la importancia del enfoque «Una sola salud» y se han propuesto dos acciones principales como parte del paquete farmacéutico adoptado el 26 de abril de 2023: 1) la revisión de la legislación farmacéutica incluye medidas para mejorar el uso prudente de los antibióticos, así como nuevos incentivos en forma de bonos de exclusividad transferibles para superar las deficiencias del mercado en el desarrollo de antibióticos nuevos, seguros y eficaces; y 2) una propuesta de Recomendación del Consejo sobre la resistencia a los antimicrobianos complementa el plan de acción de 2017 sobre la resistencia a los antimicrobianos.

De cara al futuro, el programa EU4Health demostrará una vez más su utilidad con planes para desplegar 50 millones EUR para una acción conjunta sobre la resistencia a los antimicrobianos con el fin de apoyar a los Estados miembros en sus esfuerzos nacionales, incluida la futura aplicación de la Recomendación del Consejo. Esta inversión, que será operativa a partir de 2024, impulsará los planes de acción nacionales de los Estados miembros sobre la resistencia a los antimicrobianos, la prevención y el control de las infecciones, la gestión de los antimicrobianos, la vigilancia, el acceso a los antibióticos y la sensibilización.

También estamos colaborando estrechamente con nuestros amigos mundiales, como los Estados Unidos, Canadá, Noruega y el Reino Unido, en el marco del Grupo de Trabajo Transatlántico sobre Resistencia a los Antimicrobianos (TATFAR), y la Comisión acoge la próxima reunión presencial del TATFAR en Luxemburgo en noviembre de 2023. 

Al igual que con la COVID-19, estamos liderando esta lucha mundial. La Comisión aboga por la inclusión de la resistencia a los antimicrobianos en un Acuerdo Global sobre Preparación y Respuesta frente a las Pandemias. La Comisión también desea impulsar la conversación en el contexto del G7 y el G20 para hacer más hincapié en aspectos clave como la prevención y el control de las infecciones, la gestión de los antimicrobianos y la mejora de los datos de vigilancia, entre otros.

Permanecer en nuestros respectivos rincones y trabajar solos simplemente no funcionará. No ha trabajado con la COVID-19 ni con la resistencia a los antimicrobianos. Solo será suficiente la cooperación a escala mundial.

¿Cómo contribuirá la Recomendación del Consejo sobre la resistencia a los antimicrobianos que se está negociando actualmente a la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos?

La Recomendación del Consejo tiene por objeto reforzar los planes de acción nacionales «Una sola salud» en materia de resistencia a los antimicrobianos, vigilancia y seguimiento de la resistencia a los antimicrobianos y su consumo: prevención y control de las infecciones, gestión de los antimicrobianos y uso prudente de los antimicrobianos.

La Recomendación incluye objetivos nacionales y de la UE para la resistencia a los antimicrobianos y el consumo de antimicrobianos en la salud humana y promueve la sensibilización, la educación, la investigación y el desarrollo, así como incentivos para la innovación y el acceso a antimicrobianos y otras contramedidas médicas contra la resistencia a los antimicrobianos. Por último, pide una mayor cooperación entre los Estados miembros y acciones mundiales reforzadas, ya que la UE por sí sola no puede hacer frente a esta pandemia.

Los objetivos de resistencia a los antimicrobianos y consumo se diseñaron con el apoyo del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) y tienen en cuenta muchos factores, como los diferentes niveles de resistencia a los antimicrobianos en los Estados miembros, y permitirán tanto el apoyo específico como el seguimiento de los avances en toda la UE en los próximos años. Como hablamos hoy, la propuesta se está negociando en el Consejo. 

¿Por qué tenemos que hacer frente a los retos que plantean las amenazas para la salud mediante un enfoque «Una sola salud»?

La resistencia a los antimicrobianos es una cuestión «Una sola salud», transfronteriza y transversal. Esto significa que afecta a las personas, los animales y las plantas, así como al medio ambiente, y afecta a los sistemas sanitarios y de producción de alimentos. Esto significa también que debe abordarse en todos estos sectores, con la participación de una amplia gama de partes interesadas y a todos los niveles, también a nivel mundial.

La UE y los Estados miembros tienen diferentes niveles de competencia en el enfoque «Una sola salud». Además, la resistencia a los antimicrobianos afecta de manera diferente a los Estados miembros, ya que algunos países se enfrentan a más retos que otros a la hora de abordar la resistencia a los antimicrobianos y aplicar la perspectiva «Una sola salud».

La cooperación intersectorial de los Estados miembros y la participación de las partes interesadas son cruciales para garantizar la aplicación plena y efectiva de las políticas y acciones en materia de resistencia a los antimicrobianos «Una sola salud», y se propone reforzar esta cooperación, en particular a través de la red de la UE «Una sola salud» que preconiza.

La creación de una Dirección específica «Una sola salud» es una clara indicación de las intenciones de la DG SANTE y de la Comisión de extraer lecciones de la COVID-19 y aplicarlas a la hora de prepararse para futuras amenazas para la salud, al tiempo que se aborda la tarea de prevenir lo que podemos prevenir hoy, es decir, evitar las peores consecuencias de la resistencia a los antimicrobianos.

Aunque la propia Dirección puede ser nueva, tenemos toda la experiencia, los conocimientos y la dedicación necesarios para hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos y a otras amenazas para la salud. Me siento orgulloso de estar liderando este equipo en nuestra lucha.

Para más información sobre la resistencia a los antimicrobianos, visite:  Resistencia a los antimicrobianos (europa.eu)