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Una base sólida para hacer frente a los retos que plantea la COVID-19

Editorial de Sandra Gallina, directora general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea

fecha:  17/12/2021

Un nuevo año llega a su fin, y Europa se enfrenta una vez más a los nuevos retos que plantea la COVID-19. Sin embargo, aunque estamos asistiendo a un repunte en los casos de COVID-19, la Unión Europea se encuentra en una situación mucho mejor que hace doce meses.

Ahora tenemos acuerdos con varios productores de vacunas que ya han suministrado más de 1 000 millones de dosis a los Estados miembros. Todo ello se traduce en las cifras que importan: tres de cada cuatro adultos en Europa están ahora totalmente vacunados contra la COVID-19, a pesar de que la tasa de vacunación no es igual en todos los Estados miembros, ni siquiera dentro de cada Estado miembro. Estas diferencias son importantes y la Comisión, junto con el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), está haciendo todo lo posible para «colmar la brecha».

Las vacunas funcionan. Han demostrado su eficacia, en particular frente a la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte. El despliegue generalizado de la vacunación ha permitido que, aunque se hayan vuelto a aplicar algunas restricciones, no sean en ningún lugar tan graves como el año pasado. 

Los europeos también han podido volver a una cierta normalidad gracias al éxito de la campaña de vacunación de la UE. Aunque las vacunas están cumpliendo su función al protegernos, no son una solución mágica por sí solas. Como todos hemos aprendido a hacer, debemos seguir conviviendo con este virus y adoptar nuevos «hábitos», como el uso de mascarillas, la ventilación de espacios interiores y el distanciamiento físico.

Debemos permanecer alerta y tener presente que ninguno de nosotros estará seguro hasta que todos estemos seguros. Esto es especialmente importante a medida que siguen apareciendo nuevas variantes del virus.

La tasa de vacunación de Europa es una de las más elevadas del mundo, pero no debemos eludir nuestra responsabilidad mundial de conseguir un aumento significativo de las tasas de vacunación en todo el mundo. 

Por lo tanto, debemos redoblar nuestros esfuerzos para aumentar aún más las tasas de vacunación de todos los grupos que pueden vacunarse. Cuanto más vacunemos, mayor será nuestra protección. Como se ha observado recientemente en Sudáfrica, la amenaza que plantean las nuevas variantes seguirá existiendo hasta que la vacunación mundial alcance un nivel lo suficientemente elevado. No puedo dejar de insistir en ello.

Se están enviando millones de vacunas desde los Estados miembros a países de renta media y baja. Europa ha permanecido abierta incluso en tiempos difíciles y ha garantizado la exportación de unas vacunas que son indispensables.

Asimismo, Equipo Europa reforzará los importantes esfuerzos que ha realizado para garantizar la igualdad de acceso a las vacunas a fin de alcanzar el objetivo mundial de vacunación del 70 % en 2022, tal como se acordó en la cumbre del G-20 de octubre de 2021.

Hemos recorrido un largo camino en poco tiempo y estamos mejor preparados para lo que pueda suceder en el futuro. A lo largo de la actual oleada de casos en toda Europa, las vacunas han seguido desempeñando su labor de actuar como un escudo contra las enfermedades graves y la pérdida de vidas humanas. 

Sin embargo, observamos la presión que el aumento de las hospitalizaciones puede ejercer sobre sistemas sanitarios que ya están sobrecargados, mientras se requerirán nuevas medidas para paliar el efecto de progresiva disminución de la eficacia de las propias vacunas.

Para hacer frente a los desafíos actuales, la Comisión pidió a los Estados miembros a principios de este mes que abordaran estos retos actuales y nuevos relacionados con la COVID-19, y que lo hicieran de forma rápida y conjunta. 

Si bien las vacunas han desempeñado un papel eficaz en la prevención de enfermedades graves y hospitalizaciones, los Estados miembros deben tener en cuenta las recomendaciones del ECDC y de la Agencia Europea de Medicamentos en relación con la administración de dosis de refuerzo. Es de capital importancia que, en nuestra respuesta a una situación en constante evolución, sigamos basándonos en la ciencia.

Como ya se ha mencionado, estamos mucho mejor preparados y equipados para abordar el SARS-CoV-2 de lo que estábamos hace tan solo un año. 

La secuenciación genómica, que recientemente nos permitió identificar la variante ómicron, seguirá desempeñando un papel importante. Cuanto más sepamos sobre cómo se comporta este virus, mejor podremos reaccionar a esta situación. La Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA) contribuirá a este objetivo. 

El aumento de la capacidad para realizar pruebas (tanto pruebas PCR como pruebas rápidas de antígenos), como muchos Estados miembros están empezando a hacer, junto con un rastreo de contactos sólido, el formulario digital europeo de localización de pasajeros y el seguimiento de las aguas residuales, son todos ellos pasos que pueden permitir que nos anticipemos al SARS-COV-2 y, en última instancia, reducir el número de casos.

Un marco actualizado de la UE para las amenazas transfronterizas para la salud garantizará que Europa pueda actuar de manera coordinada a la hora de identificar y evaluar las amenazas sanitarias actuales y futuras, y responder a ellas y recuperarse de las mismas.

Hemos recorrido un largo camino desde enero de 2020. La Estrategia de la UE sobre las opciones terapéuticas contra la COVID-19 está empezando a dar sus frutos. Tres tratamientos ya cuentan con una autorización condicional de comercialización en la UE y se están examinando otros más. A medida que se dispone de tratamientos más prometedores, la Comisión se encarga de la adquisición europea conjunta de tratamientos terapéuticos para que los ciudadanos puedan tener un acceso a tiempo e igualitario a estos medicamentos. Como segunda línea de defensa después de las vacunas, los tratamientos terapéuticos están ayudando a reducir las hospitalizaciones y prevenir enfermedades graves y fallecimientos.

Nos enfrentamos a grandes retos, pero no debemos perder de vista los grandes pasos que hemos dado juntos. Mientras pasamos un tiempo precioso con la familia y los amigos estas Navidades, podemos confiar en que seguiremos avanzando a partir de las sólidas bases que hemos creado estos dos últimos años y que podremos seguir trabajando juntos en favor de una Unión Europea de la Salud más fuerte.