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El aumento más acusado de las emisiones se registró en el sector de la industria eléctrica (+25 %), y las cifras correspondientes al sector del transporte (+11 %) fueron también malas.

Desde principios del siglo XXI y hasta 2019, las emisiones de gases de efecto invernadero han seguido una tendencia al alza debido principalmente al aumento de las emisiones en China y otras economías emergentes. Debido a la pandemia de COVID-19, las emisiones mundiales disminuyeron un 3,7 % en 2020 en comparación con los niveles de 2019, interrumpiendo una tendencia al alza continua de más de diez años. No obstante, las emisiones mundiales volvieron a crecer justo después del pico de la pandemia.

Las emisiones de los 27 países de la UE se mantuvieron por debajo de los niveles anteriores a la COVID-19, manteniendo la tendencia decreciente que se prolonga desde hace décadas. De hecho, las emisiones de la EU-27 fueron un 27,0 % inferiores a las de 1990, y representaron el 6,7 % de las emisiones mundiales, lo que también muestra un fuerte descenso desde 1990, cuando representaban el 14,8 %.

El informe del JRC se elaboró en cooperación con la Agencia Internacional de la Energía (AIE), y su fundamento es la Base de Datos de Emisiones para la Investigación Atmosférica Global (EDGAR) de la Comisión Europea.

El año 2022 fue el peor de la década en términos de superficie forestal afectada, según el último informe del JRC sobre incendios en la región paneuropea publicado por el EFFIS, el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales. Ese año, 57 incendios quemaron más de 500 hectáreas. El más grande se produjo en julio en Losacio, Zamora, donde se quemaron más de 26 000 hectáreas, seguido del incendio en Riofrío de Aliste, también en la provincia de Zamora, en junio (alrededor de 24 000 hectáreas).

Es el tercer año consecutivo que unos incendios forestales sin precedentes causan grandes daños medioambientales y económicos en la UE y, a veces, trágicas pérdidas de vidas humanas. Si bien la mayoría de los incendios (96 %) son provocados por acciones humanas, se ven agravados por el aumento de las condiciones de peligro de incendio debido al cambio climático.

Cerca de 900 000 hectáreas de terreno ardieron en 2022, de las cuales aproximadamente 365 000 pertenecen a espacios de la red Natura 2000. Esto convierte a 2022 en el segundo peor año desde que se inició el seguimiento a través del EFFIS en 2000.

El EFFIS comenzó como un proyecto piloto entre la Comisión y los países de la UE y fronterizos con el objetivo de proporcionar información armonizada sobre incendios forestales y evaluar sus efectos. En la actualidad, esta red reúne a 43 países y se ha convertido en una plataforma de intercambio de buenas prácticas en materia de prevención, extinción, restauración y otras actividades de gestión de incendios.

El incendio se propagó rápidamente debido al fuerte viento. La evolución de las llamas obligó a evacuar a unas seiscientas personas de varias urbanizaciones. El servicio de cartografiado rápido de Gestión de Emergencias de Copernicus se activó más tarde ese mismo día para proporcionar una cartografía de la extensión del incendio y una evaluación de los daños.

Pocos días después se elaboró un producto de clasificación que mostraba el impacto del incendio forestal: una superficie quemada de 2 005 hectáreas, con unas 100 personas potencialmente afectadas. Según el Servicio de Prevención de Incendios Forestales: «Tanto los productos entregados como las notificaciones se presentaron de manera correcta y oportuna».

El SGEC es uno de los seis servicios básicos del programa europeo de observación de la Tierra «Copernicus». Proporciona geoinformación obtenida principalmente de imágenes vía satélite para apoyar a las personas que participan en la gestión de catástrofes. El JRC es responsable del SGEC y de la aplicación de una parte del mismo a través de contratos de servicios con la industria y el mundo académico europeos.

Durante el invierno, la sequía en curso ya estaba teniendo efectos críticos, según el informe elaborado por el Observatorio Europeo de la Sequía, gestionado por el JRC.

El 1 de febrero, se declaró en Cataluña la emergencia por sequía con estrictas restricciones hídricas, ya que las reservas de agua cayeron por debajo del 16 %.

En enero de 2024, el JRC publicó el informe «Sequía en el Mediterráneo» sobre las sequías persistentes y su impacto en toda la región. Además, el último JRC MARS Bulletin destaca que el déficit de lluvia y las altas temperaturas sin precedentes afectaron a los cultivos de invierno y a los árboles frutales de las costas de España, Italia, Grecia y las islas mediterráneas.

También apunta a previsiones estacionales que predicen una primavera más cálida en el sur de Italia, Grecia, las islas mediterráneas y el norte de África. Dado que se espera que la gravedad de la sequía persista, la preocupación por sus repercusiones en la agricultura, los ecosistemas, la disponibilidad de agua potable y la producción de energía también está creciendo.

Además de mejorar la salud de la ciudadanía, esta investigación informa a los responsables políticos sobre las lagunas tecnológicas y les ayuda a programar las medidas de preparación.

Ana trabaja en sistemas de biodetección para controlar la presencia de patógenos en el aire. Estos sistemas pueden comprobar la calidad del aire en interiores para ayudar a prevenir la propagación de virus, algo especialmente importante en caso de pandemia.

Ana también dirige un nuevo y apasionante proyecto de investigación exploratoria para desarrollar modelos celulares bioimpresos en 3D con el fin de evaluar la seguridad de las nanomedicinas, que son medicamentos innovadores que aprovechan el poder de las nanotecnologías. Mediante la bioimpresión en 3D, Ana y su equipo pretenden crear modelos celulares in vitro que reproducen la compleja arquitectura y funcionalidad de los tejidos humanos.

«Las biotecnologías abren la puerta a soluciones innovadoras a las crisis sanitarias. Por ejemplo, se utilizaron para desarrollar rápidamente la vacuna contra la COVID-19», explica Ana. «En el JRC, siento que los desarrollos científicos que llevamos a cabo tienen un impacto positivo en las políticas y en la sociedad. Me gusta trabajar en el entorno multicultural de la Comisión porque me permite colaborar no solo con expertos en investigación, sino también con médicos, emprendedores, responsables políticos y representantes de la sociedad civil de todo el mundo. Allí realmente veo que la ciencia no tiene fronteras».

La Comisión Europea está a la vanguardia de la promoción de la igualdad de género. En el JRC, las mujeres que desempeñan funciones científicas representan casi el 40 % del total. El número de mujeres científicas ha aumentado de forma constante en los últimos cuatro años.

Esta cifra podría descender hasta el 51 % en un escenario de baja migración para España, lo que equivaldría a una caída de alrededor de 14 puntos porcentuales, dado que las personas migrantes representan actualmente una parte importante en determinados sectores clave del mercado laboral español.

En el sector sanitario español, la proporción de migrantes nacidos fuera de la UE que trabajaban como cuidadores personales alcanzó el 21 % en 2020 (por encima de la media de la UE del 18 %), mientras que la proporción de trabajadores migrantes nacidos en la UE solo se situó en el 3 % (por debajo de la media del 6 % de la UE).  Las personas migrantes desempeñan un papel importante, en particular en un sector como el de los cuidados de larga duración, donde se prevé que las necesidades aumenten en consonancia con el envejecimiento de la población.

El Atlas de Demografía lo publica el Centro de conocimiento sobre la migración y la demografía de la Comisión. Se trata de una herramienta de referencia en línea que guía a los responsables políticos, los profesionales y el público en general a través de las complejidades del cambio demográfico. El Atlas, de acceso gratuito en línea, ofrece un acceso rápido a un conjunto exhaustivo de datos e información demográficos presentados con el máximo nivel de detalle geográfico, que alcanza a los municipios.