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Fue la primera visita de alto nivel del JRC a un Estado miembro de la UE tras la interrupción por la COVID-19.

El director general del JRC, Stephen Quest, estuvo acompañado por Sabine Henzler, directora de Estrategia e Impacto, y Mikel Landabaso, director de Economía Justa y Sostenible, que dirige el centro científico del JRC con sede en Sevilla. En el contexto de las relaciones con el Consejo Superior de Investigación Científica (CSIC), se celebró un taller en su sede, en el que el JRC presentó sus principales actividades de desarrollo científico.

Se discutió también cómo reforzar las sinergias entre ciencia y política con el Ministerio de Ciencia e Innovación, el secretario de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Ministerio de Economía, así como con la Oficina de Prospectiva y la Oficina C. Fue un viaje muy fructífero que permitió al JRC presentar su papel y su organización, así como algunos ejemplos concretos recientes de su contribución a las prioridades de la Comisión Europea, como la Ley sobre la industria de cero emisiones netas y la Ley de Materias Primas Fundamentales. En su sede de Sevilla, el 18 de abril, el JRC puso en marcha el nuevo Centro Europeo para la Transparencia Algorítmica.

La erosión del suelo debida al agua es un proceso de degradación importante. La medida en que el suelo se erosiona depende de la pluviosidad (intensidad, frecuencia, duración y cantidad), la erodabilidad del suelo (es decir, su resistencia a las precipitaciones), la topografía (pendientes), la cobertura del suelo por vegetación y la gestión del suelo.

El cuadro de indicadores señala la ubicación y calcula la extensión de los suelos poco sanos en la UE, así como los procesos de degradación subyacentes. Recientemente se incluyó en el Observatorio Europeo del Suelo, desarrollado y gestionado por el JRC.

Un asombroso 61 % de los suelos de la UE se encuentra en estado poco sano, según el cuadro de indicadores. La mayoría de ellos están sometidos a más de un tipo de degradación del suelo. El cuadro de indicadores de salud del suelo del Observatorio Europeo del Suelo («EUSO», por sus siglas en inglés) se basa en un conjunto de quince indicadores de procesos de degradación del suelo, que abarcan los nueve ámbitos siguientes: erosión del suelo, contaminación del suelo, nutrientes, pérdida de carbono orgánico del suelo, pérdida de biodiversidad del suelo, compactación del suelo, salinización del suelo, pérdida de suelos orgánicos y sellado del suelo.

En un plazo de 24 horas a partir de la solicitud de servicio, se elaboró una primera estimación que mostraba la situación. La monitorización diaria mediante mapas de delimitación geográfica hasta el 28 de marzo mostró los cambios en la extensión de los incendios y los daños causados a edificios, carreteras e instalaciones. La superficie máxima quemada fue de 4 524 hectáreas, en su mayoría arbustos y bosques, pero también se vieron afectados 171 edificios.

El SGEC es uno de los seis servicios básicos del programa de observación de la Tierra Copernicus de la Unión Europea. Proporciona información geográfica obtenida principalmente a partir de imágenes por satélite para apoyar a los agentes que intervienen en la gestión de catástrofes naturales. El JRC es el responsable del SGEC y de la ejecución de una parte de él a través de contratos de servicios suscritos con la industria y el mundo académico europeos.

El mayor de ellos ocurrió en el municipio de Tábara, en la provincia de Zamora, en julio, y abarcó 32 528 hectáreas. Un segundo incendio en Zamora, en junio, fue de algo más de 28 000 hectáreas y el tercero, cartografiado en Castellón, fue de casi 20 000 hectáreas. Se cartografiaron otros cinco incendios de más de 10 000 hectáreas.

El informe del JRC ofrece una visión general de la temporada de incendios de 2022 basada en los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS). Precede al informe anual de 2022, que se publica con las contribuciones nacionales de los países en el grupo de expertos de la Comisión sobre incendios forestales, que se publicará en octubre de 2023.

La nueva versión del RMIS proporciona conocimientos sobre materias primas, tanto originales (extraídas/cosechadas) como secundarias (por ejemplo, procedentes del reciclado). Esta versión proporciona información a todos los Estados miembros de la UE sobre materias primas y países específicos, así como sobre diferentes sectores y tecnologías. Estos datos respaldan la Ley de Materias Primas Fundamentales de la UE, presentada recientemente por la Comisión Europea.

Para que la Unión Europea pueda alcanzar los ambiciosos objetivos que se ha fijado para las transiciones energética y digital y su agenda de defensa y del espacio, necesita un acceso ininterrumpido a las materias primas fundamentales y a muchos productos que las contienen. Europa puede actuar ahora para evitar depender de otros países por lo que respecta a dichas materias primas.

La última investigación del JRC incluye análisis tanto de la oferta como de la demanda actual y futura. Se espera que la demanda de materias primas que impulsan las transiciones ecológica y digital aumente significativamente. La investigación presenta un análisis sistemático de las cadenas de valor completas, desde las materias primas y procesadas hasta los componentes, conjuntos y sistemas, para quince tecnologías clave en cinco sectores estratégicos: las energías renovables, la electromovilidad, el industrial, el digital y el aeroespacial / de defensa.

Por el contrario, en la mayoría de las regiones españolas, la intensidad de la financiación procedente de la política de cohesión con cargo a la I + i es superior a la media de la UE y mayor que la contribución de Horizonte 2020. Por ejemplo, a las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Extremadura se les asignó una parte de los fondos de la política de cohesión para la I + i nueve veces superior a la media del país, y solo atrajeron una pequeña cantidad de fondos de Horizonte 2020.

La I + i es un motor clave del crecimiento regional y una de las principales prioridades del presupuesto de la UE. En el período 2014-2020, los principales programas de la UE destinados a apoyar la investigación e innovación fueron la política de cohesión y Horizonte 2020 (Horizonte 2020). El visualizador de datos económicos territoriales («TEDv», por sus siglas en inglés) del JRC muestra la contribución de ambos programas de financiación al gasto total en I + D de las regiones de la UE.