Archive:Cuentas nacionales y PIB
- Datos de septiembre y octubre de 2012. Datos más recientes: Más información de Eurostat, tablas principales y base de datos.
Las cuentas nacionales son la fuente de una multitud de indicadores económicos muy conocidos, que se presentan en este artículo. El producto interior bruto (PIB) es la medida más utilizada para el conjunto de una economía, mientras que se utilizan ampliamente indicadores derivados, como el PIB per cápita – por ejemplo en euros o ajustados en función de las diferencias de los precios – para comparar los niveles de vida o supervisar el proceso de convergencia en toda la Unión Europea (UE).
Por otra parte, el desarrollo de componentes específicos del PIB y de indicadores relacionados, como los relativos al output económico, las importaciones y las exportaciones, el consumo interior (privado y público) o las inversiones, así como los datos sobre la distribución de la renta y el ahorro, pueden ofrecer información valiosa sobre las fuerzas que impulsan a una economía y, por tanto, pueden constituir la base para concebir, supervisar y evaluar políticas específicas de la UE.
La evolución de la producción, la generación y (re)distribución de renta, el consumo y la inversión pueden entenderse mejor cuando es analizada por el sector institucional. En particular, las cuentas de los sectores proporcionan varios indicadores clave sobre los hogares y las sociedades no financieras, como la tasa de ahorro de los hogares y la participación de los beneficios de las empresas.
Principales resultados estadísticos
Evolución del PIB
El PIB de la EU-27 creció a un ritmo lento en 2008 y se contrajo considerablemente en 2009 debido a la crisis económica y financiera mundial. El PIB de la EU-27 experimentó una recuperación en 2010; esta evolución se mantuvo (aunque a un ritmo más lento) en 2011, ya que aumentó a 12,638 billones EUR, su máximo nivel histórico en precios corrientes (véase el gráfico 1).
La zona del euro supuso el 74,5 % de dicho total en 2011, mientras que la suma de las economías de los cinco mayores Estados miembros de la UE (Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia y España) representó el 71,1 %. No obstante, las comparaciones entre países deben hacerse con precaución ya que las fluctuaciones del tipo de cambio, en particular, pueden influir en la evolución de las cifras del PIB nominal en el caso de los Estados miembros de la UE que no han adoptado el euro.
Para evaluar los niveles de vida, es más apropiado utilizar el PIB per cápita en estándar de poder adquisitivo (EPA), es decir, ajustado según el tamaño de una economía en términos de población y según las diferencias de los niveles de los precios entre países. La media del PIB per cápita en la EU-27 en 2011 fue de 25 130 en EPA, ligeramente superior al valor máximo (25 020 en EPA) alcanzado en 2008 antes de que se sintieran los efectos de la crisis económica y financiera. La posición relativa de los distintos países puede expresarse efectuando una comparación con esta media, siendo el valor de la EU-27 igual a 100. El máximo valor relativo entre los Estados miembros de la UE correspondió a Luxemburgo, donde el PIB per cápita en EPA fue más de 2,7 veces la media de la EU-27 en 2011 (lo que se explica en parte por la importancia de los trabajadores transfronterizos procedentes de Bélgica, Francia y Alemania). Por otra parte, el PIB per cápita fue inferior a la mitad de la media de la EU-27 en Rumanía y Bulgaria.
Aunque las cifras correspondientes al EPA deben utilizarse, en principio, para comparaciones entre países en un único año más que a lo largo del tiempo, la evolución de dichas cifras durante la última década sugiere que los niveles de vida convergieron un poco, ya que los Estados miembros que ingresaron en la UE en 2004 o 2007 se acercaron a la media de la UE pese a algunos contratiempos experimentados durante la crisis económica y financiera. Al comparar la situación den 2011 con la de 2001, mientras que Luxemburgo, Alemania, Suecia y Austria superaron aún más la media de la EU-27, otros Estados miembros de la EU-15, como Italia, el Reino Unido, Francia, Irlanda y Bélgica, se acercaron a la media de la EU-27. Partiendo de una posición inferior a la media de la UE-27, Rumanía, Eslovaquia, Estonia, Lituania, Letonia, Polonia y Bulgaria efectuaron el mayor acercamiento a dicha media hasta 2011 inclusive, mientras que Grecia y Portugal descendieron.
La crisis financiera y económica mundial provocó una recesión grave en la UE, Japón y los Estados Unidos en 2009 (véase el Gráfico 3), seguida de una recuperación en 2010 y 2011. En 2009, el PIB real cayó un 4,3 % en la EU-27, un 5,5 % en Japón y un 3.1 % en los Estados Unidos; en las economías de estos dos últimos países los efectos de la crisis ya se hicieron sentir en 2008, cuando se produjo una reducción relativamente pequeña del PIB real. La recuperación en la EU-27 hizo que el PIB en precios constantes aumentase un 2,0 % en 2010, seguido de otro aumento del 1,6 % en 2011; en la zona del euro el porcentaje correspondiente fue idéntico en 2010 y 0,1 puntos porcentuales inferior en 2011. En Japón y los Estados Unidos, la recuperación en 2010 fue más intensa que en la EU-27 y, mientras que los Estados Unidos mantuvieron esta tendencia en 2011, en Japón el PIB real se contrajo ligeramente (-0,8 %), lo que reflejó, al menos parcialmente, el impacto devastador del terremoto y el tsunami de Tohoku de marzo de 2011.
El crecimiento real del PIB varió considerablemente entre los Estados miembros de la UE, tanto a lo largo del tiempo como entre países. Después de una contracción en todos los Estados miembros de la UE excepto Polonia en 2009, el crecimiento económico se reanudó en 22 países en 2010 y continuó en 2011, cuando se registró un crecimiento real del PIB de 24 de los Estados miembros de la UE. El mayor crecimiento en 2011 se produjo en Estonia (7,6 %), Lituania (5,9 %) y Letonia (5,5 %). Las economías de Eslovenia (-0,2 %) y Portugal (-1,7 %) se contrajeron en 2011, mientras que la recesión se agravó en Grecia, ya que el PIB disminuyó por cuarto año consecutivo (-6,9 % en 2011).
Los efectos de la crisis económica y financiera redujeron el rendimiento global de las economías de los Estados miembros de la UE al analizarlas a lo largo de toda la última década. Las tasas anuales de crecimiento medias de la EU-27 y la zona del euro entre 2002 y 2011 fueron del 1,4 % y del 1,2 % respectivamente. Medido así, el mayor crecimiento se produjo en Eslovaquia y Lituania (ambas un 4,7 % anual), seguidas por Letonia (un 4,2 %), Estonia (un 4,1 %), Rumanía y Polonia (ambas un 4,0 %). En cambio, las tasas de crecimiento más bajas en cuanto a la evolución del PIB real en el período 2002-2001 se registraron en Italia y Portugal (un 0,.4 % anual) y en Dinamarca (0,6 %).
Principales agregados del PIB
En cuanto al PIB desde el lado de la producción, la tabla 3 proporciona una visión de conjunto de la importancia relativa de diez actividades en términos de su aportación al valor añadido bruto de la EU-27. Pese a una reducción de 2,0 puntos porcentuales entre 2001 y 2011, la industria (un 19,5 %) siguió siendo la actividad más importante(a este nivel de detalle) en 2011, seguida de cerca por la distribución comercial, el transporte, el alojamiento y los servicios de hostelería (un 19,4 %) y la administración pública, la educación y la sanidad (un 19,1 %); la cuota de la última actividad fue 1,3 puntos porcentuales mayor que en 2001. A continuación, las actividades más importantes en 2011 fueron las inmobiliarias (un 10,3 %), seguidas de las actividades profesionales, científicas, técnicas, administrativas y los servicios auxiliares (en adelante, servicios a las empresas) (un 10,0 %), la construcción (un 6,3 %), los servicios financieros y de seguros (un 5,7 %) y los servicios de información y comunicaciones (un 4,5 %). Las aportaciones menos importantes procedieron de los servicios de espectáculos y otros servicios (un 3,5 %) y de agricultura y ganadería, silvicultura y pesca (un 1,7 %).
Los servicios aportaron el 72.5 % del valor añadido bruto total de la EU-27 en 2011 frente al 70,2 % en 2001. La importancia relativa de los servicios fue especialmente elevada en Chipre, Malta, Francia (datos de 2010), Grecia, Bélgica, Dinamarca y el Reino Unido, donde supusieron más de tres cuartos del valor añadido total.
El cambio estructural se debe, al menos parcialmente, a fenómenos como el cambio tecnológico, la evolución de los precios relativos, la externalización y la mundialización, lo que, a menudo, provoca que las actividades se transfieran a zonas con costes laborales más bajos, tanto dentro como fuera de la UE.
Cuatro actividades se vieron afectadas en especial por la crisis financiera y económica: la industria experimentó la mayor contracción, de forma que el valor añadido se redujo globalmente un 13,8 % (en volumen) entre 2007 y 2009; la construcción experimentó la contracción más larga, de forma que su producción disminuyó un 10,4 % entre 2007 y 2010; el valor añadido de los servicios a las empresas, así como de la distribución comercial, el transporte y los servicios de hostelería, disminuyó solo un año, entre 2008 y 2009, pero de manera sustancial, a saber, un -7,3 % y -5,7 %, respectivamente. Otras actividades experimentaron reducciones más pequeñas durante la crisis, en especial en 2009 y 2010 en el caso de la agricultura, la silvicultura y la pesca, y en 2010 y 2011 en el caso de los servicios financieros y de seguros.
El análisis de la productividad laboral por empleado en la década de 2001 a 2011 muestra que esta ha aumentado (en precios corrientes) en todas las actividades, desde el 13,8 % de los servicios de información y comunicaciones al 38,0 % de la industria, mientras que los servicios a las empresas (un 4,1 %) y los servicios financieros y de seguros (un 51,0 %) se sitúan por debajo y por encima, respectivamente, de esta franja (véase el gráfico 5). Para eliminar los efectos de la inflación, la productividad laboral por persona también puede calcularse mediante cifras de producción a precios constantes. Unos datos más detallados sobre la evolución de la productividad medida por persona empleada o por hora trabajada muestran que la productividad laboral en los Estados miembros que ingresaron en la UE en 2004 o 2007 convergió hacia la media de la EU-27 durante la última década (véase la tabla 4). En particular, la productividad laboral por persona empleada en Rumanía pasó del 26 % al 49 % de la media de la EU-27 entre 2001 y 2011; Estonia, Eslovaquia, Lituania, Letonia y Bulgaria también registraron importantes acercamientos a la media de la EU-27. Por otra parte, Italia registró una reducción considerable de su productividad laboral por persona con respecto a la media de la EU-27, así como, en menor medida, Bélgica, el Reino Unido y Francia.
Si se analiza la evolución de los componentes del PIB desde el lado del gasto, se observa que el gasto en consumo final en toda la EU-27 aumentó un 13,2 % en volumen entre 2001 y 2011 (véase el gráfico 6), pese a una ligera reducción en 2009; el gasto en consumo final de las administraciones públicas ascendió a un ritmo algo superior, hasta un 7,1 %, entre 2001 y 2011. El crecimiento global de la formación bruta de capital durante el mismo período fue más bajo (un 5,6 %) debido, en su mayor parte, a una reducción drástica en 2009 mientras que el crecimiento de las exportaciones superó significativamente el crecimiento de las importaciones en 2010 y 2011.
Después de su caída en 2009, el gasto en consumo de los hogares y de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares se recuperó en 2010 (aumentó un 1,1 % en volumen) y de nuevo en 2011 (0,1 %). A partir de 2009, el ritmo de crecimiento del gasto de las administraciones de la EU-27 se ralentizó en términos de volumen y esta ratio de cambio se volvió negativa (-0,2 %) en 2011. Pese a los modestos aumentos de 2010 (0,2 %) y 2011 (1,4 %), la formación bruta de capital fijo en la EU-27 no consiguió recuperarse completamente de su abrupta caída de 2009 (-13,0 %).
En términos de precios corrientes, el gasto en consumo de los hogares y de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares aportó un 58,0 % del PIB de la EU-27 en 2011, mientras que la cuota del gasto de las administraciones fue de un 21,7 % y la de la formación bruta de capital fijo fue de un 18,6 % (véase el gráfico 8).
Entre los Estados miembros de la UE, se produjo una gran variación en la intensidad de la inversión global (pública y privada combinadas), lo que puede reflejar, en parte, las distintas fases del desarrollo económico y la dinámica del crecimiento a lo largo de los últimos años (véanse la tabla 5 y el gráfico 9). En 2011, la formación bruta de capital fijo (inversión total) como cuota del PIB fue de un 18,5 % en la EU-27 y de un 19,2 % en la zona del euro. La más alta fue en Rumanía (22,7 %), la República Checa (23,9 %) y Eslovaquia (22,4 %), y la más baja en Irlanda (10,1 %), Grecia (14,0 %) y el Reino Unido (14.2 %). La gran mayoría de la inversión fue realizada por el sector privado: en 2011, la inversión de este supuso un 16,1 % del PIB de la EU-27, mientras que la cifra equivalente relativa a la inversión del sector público fue un 2,5 %. Con un 5,7 % y un 5,2 %, la mayor inversión pública se produjo en Polonia y Rumanía, mientras que la mayor inversión privada tuvo lugar en Austria (20,3 %).
El análisis del PIB en la EU-27 desde el lado de la renta muestra que la distribución entre los factores de producción de la renta resultante del proceso de producción se vio dominada por la remuneración de los empleados, que supuso un 49,1 % del PIB en 2011. La cuota del excedente de explotación bruto y de la renta mixta fue de un 39,0 % del PIB, mientras que la correspondiente a los impuestos sobre la producción y las importaciones menos las subvenciones fue de un 11,8 % (véase el gráfico 10). La figura 11 muestra que, en 2011, los respectivos agregados de la renta se habían recuperado de las pérdidas experimentadas durante la crisis financiera y económica. En 2009, la remuneración de los empleados se redujo un 3,0 % pero en 2001 fue un 2,2 % superior a su nivel correspondiente registrado en 2008. El excedente de explotación bruto y la renta mixta se estancaron en 2008 y se redujeron un 8,5 % en 2009; en 2001 este agregado de la renta había vuelto a un 0,6 % de su máximo anterior a la crisis (en 2007). La reducción de los impuestos sobre la producción y las importaciones menos las subvenciones ya había empezado en 2008 (-2,7 %) y se intensificó en 2009 (-8,6 %); estas pérdidas se recuperaron en 2011, cuando dicho agregado de la renta se situó un 1,1 % por encima de su máximo anterior (también en 2007).
Consumo de los hogares
El gasto en consumo final de los hogares supuso al menos la mitad del PIB en la mayoría de los Estados miembros de la UE en 2011. Las mayores cuotas fueron en Grecia (un 76,2 %, datos de 2010), Chipre (72,2 %) y Malta (70,3 %). En cambio, la más baja fue en Luxemburgo que tuvo, sin embargo, el mayor gasto en consumo medio de los hogares per cápita (EPA 24 140, datos de 2010) – véase la tabla 6.
Con unos datos más detallados sobre la estructura del gasto total en consumo de los hogares en la EU-27 se puede ver que casi una cuarta parte (23,6 %) se dedicó a la vivienda, el agua, la electricidad, el gas y otros combustibles (véase el gráfico 12). El gasto en transporte (13,0 %) y en alimentos y bebidas no alcohólicas (12,9 %) fueron las dos categorías siguientes en orden de importancia. Juntas, las restantes categorías de gasto en consumo del gráfico 12 supusieron casi la mitad (48,6 %) del gasto total en consumo de los hogares.
Ahorro nacional
En 2011, el ahorro nacional bruto como proporción de la renta nacional bruta disponible supuso una media del 19,1 % y del 19,9 % en la EU-27 y en la zona del euro. Los Estados miembros de la UE con la proporción más elevada fueron Estonia (26.7 %), los Países Bajos (26,5 %) y Suecia (26,0 %), mientras que la proporción más baja se produjo en Grecia (3,3 %). Con respecto a 2001, se produjo una reducción relativa del ahorro nacional bruto en la UE-27, la zona del euro y la mayoría de los Estados miembros de la UE. Las reducciones más importantes tuvieron lugar (en puntos porcentuales) en Irlanda, Finlandia, Grecia y Portugal, donde el ahorro como proporción de la renta disponible se redujo 6,0 puntos porcentuales como mínimo, mientras que los mayores aumentos se experimentaron en Bulgaria y Rumanía, donde la importancia relativa del ahorro aumentó 10,4 y 6,9 puntos porcentuales respectivamente.
Cuentas de los sectores
La tabla 7 muestra que la tasa de ahorro de los hogares en 2011 fue 2,1 puntos porcentuales mayor en la zona del euro (13,2 %) que en la EU-27 (11,1 %). Esta diferencia se explica principalmente por la tasa de ahorro relativamente baja del Reino Unido (6,0 %) y las tasas relativamente alta de Alemania (16,5 %) y Francia (15,7 %). Entre los Estados miembros de la zona del euro, ocho (incluyendo uno con datos desde 2009) presentaron tasas superiores a la media de la EU-27 y siete, inferiores; no se dispuso de las tasas correspondientes a dos de ellos (Grecia y Malta) (véase el gráfico 14). Suecia registró la mayor tasa de ahorro de los hogares de los Estados miembros no pertenecientes a la zona del euro (12,9 %)
Tras haberse reducido 1,5 puntos porcentuales en 2010, la tasa de ahorro de los hogares de la EU-27 disminuyó otros 0,6 puntos porcentuales en 2011, que a grandes rasgos fue la misma disminución registrada en la zona del euro (-0,5 puntos). En Lituania y Chipre (ambos -4,8) y en Letonia (-4,2 puntos) se observaron las mayores disminuciones de la tasa de ahorro entre 2010 y 2011; en otros Estados miembros los cambios fueron de una reducción de 2,1 puntos a un aumento de 1,6 puntos.
En 2011 la tasa de inversión de los hogares fue de 8,3 % en la EU-27. Esta tasa se situó entre el 10 % o más en Bélgica, Italia, los Países Bajos y Finlandia y el 5,1 % en Hungría; en Letonia (4,2 %) y en Lituania (3,4 %) se situó por debajo de este rango (véase el gráfico 15). La tasa de inversión de los hogares permaneció relativamente estable en la EU-27 y en la zona del euro en 2011 en comparación con el año anterior. Se redujo 1 punto porcentual o más en la República Checa, Chipre, Hungría y Luxemburgo (datos de 2009). En cambio, aumentó 1,0 punto porcentual en Letonia y 1,1 puntos porcentuales en Estonia.
En 2011, la deuda en relación con la renta de los hogares varió considerablemente entre Estados miembros de la UE. Fue inferior al 50 % en Eslovenia, Eslovaquia y Lituania, mientras que superó el 200 % en Irlanda, los Países Bajos y Dinamarca (una relación de 200 % indica que los hogares necesitarían dos años de renta disponible para saldar su deuda). En varios Estados miembros del norte de Europa y en la Península Ibérica se registró una relación comparativamente elevada. En cambio, en la Europa central y del este la relación fue comparativamente baja y la deuda de los hogares nunca superó la renta anual disponible. Debe tenerse en cuenta que un nivel elevado de deuda de los hogares hasta cierto grado puede reflejar altos niveles de activos financieros, como se muestra en el análisis de relación entre la renta y los activos financieros netos de los hogares También puede reflejar la propiedad de activos no financieros, como viviendas, o verse afectado por disposiciones nacionales que impulsan la obtención de préstamos (p. ej., los intereses se deducen de los impuestos).
En 2011, la mayor disminución de la deuda en relación con la renta de los hogares (con respecto a 2010) se produjo en Letonia (-9,0 puntos) y, en menor grado, en el Reino Unido (-4,6 puntos), mientras que el mayor aumento se produjo en Bélgica (4,0 puntos) ––en Luxemburgo se produjo un aumento aún mayor (5,6 puntos), pero los últimos datos son de 2009 (comparados con 2008).
Al igual que la deuda en relación con la renta de los hogares, la relación entre la renta y el patrimonio financiero neto de los hogares varió considerablemente entre Estados miembros de la UE. Los Países Bajos y Bélgica registraron las relaciones más altas en 2011, que se situaron en alrededor de un 325 %, y también se observaron valores relativamente altos en el Reino Unido y en Suiza. Letonia y Noruega presentaron una relación notablemente baja entre la renta y los activos financieros netos (véase el gráfico 16).
El gráfico 17 muestra que la tasa de inversión de las empresas fue de un 20,2 % en la EU-27. Las mayores tasas entre los miembros de la UE se registraron en Eslovaquia, Austria y la República Checa, que fue en todos ellos superior al 25 %; la tasa más baja, con mucho, se registró en Irlanda (un (8,1 %). Las tasas de inversión de las empresas de las cinco mayores economías de la EU-27 presentaron diferencias bastante significativas: en España e Italia, las tasas se situaron claramente por encima de la media de la EU-27; en Francia la tasa se situó en la media; no obstante, en Alemania y el Reino Unido las tasas fueron claramente inferiores a la media. La tasa de inversión de las empresas aumentó en la mayoría de Estados miembros de la UE (con los datos disponibles de 2010 y 2011), sobre todo en los Estados miembros del Báltico y Eslovaquia, y una media de 0,5 puntos porcentuales en la EU-27 en su conjunto. La tasa de inversión de las empresas se redujo más de 2 puntos porcentuales en Polonia (en 2010 con respecto a 2009), Chipre y Luxemburgo (en 2009 frente a 2008) —véase la tabla 8.
La participación de los beneficios de las sociedades no financieras fue del 38,2 % en la EU-27. Las tasas más bajas se registraron en Francia y Eslovenia, de alrededor de un 30 %, mientras que fueron superiores al 50 % en Letonia, Eslovaquia, Irlanda, Lituania y Noruega. Las participaciones de beneficios permanecieron estables en la EU-27 en su conjunto entre 2010 y 2011. En Irlanda y Estonia se produjeron los mayores aumentos en puntos porcentuales entre 2010 y 2011, de hasta 3,2 puntos y 3,1 puntos respectivamente, mientras que en Lituania y España se registraron aumentos superiores a 2 puntos; también se produjo un gran aumento en Suiza (de hasta 3,9 puntos porcentuales). En 2011 se produjeron reducciones de las participaciones de beneficios de nueve Estados miembros de la UE con los datos disponibles de 2010 y 2011 y, de manera particular, en Francia (-1,5 puntos porcentuales).
Fuentes y disponibilidad de los datos
El Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y Regionales de la Unión Europea (SEC 95) establece la metodología de las cuentas nacionales en la UE. La versión actual, SEC95, es completamente coherente con las orientaciones mundiales relativas a las cuentas nacionales, el SCN 93. A raíz de un acuerdo internacional sobre una versión actualizada del SCN en 2008, en el momento de redactar este texto se finalizará en breve la actualización correspondiente del SEC (SEC 2010).
PIB y componentes principales
Los principales agregados de las cuentas nacionales se compilan a partir de unidades institucionales, a saber, las instituciones financieras o sociedades no financieras, el sector de las administraciones públicas, los hogares y las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (ISFLSH).
Los datos de las cuentas nacionales incluyen la información sobre los componentes del PIB, el empleo, los agregados relativos al consumo final y el ahorro. Muchas de estas variables se calculan por años o trimestres.
El PIB es la medida más importante de las cuentas nacionales que resume la posición económica de un país (o región). Puede calcularse utilizando distintos enfoques: el enfoque de la producción, el enfoque del gasto y el enfoque de la renta.
El análisis de PIB per cápita elimina la influencia del tamaño absoluto de la población, lo que facilita la comparación entre distintos países. El PIB per cápita es el indicador económico general de los niveles de vida. Los datos del PIB expresados en monedas nacionales puede convertirse en estándares de poder adquisitivo (EPA) utilizando paridades de poder adquisitivo, que reflejan el poder adquisitivo de cada moneda, en vez de utilizar los tipos de cambio del mercado; de esta manera se eliminan las diferencias en los niveles de los precios entre países. El índice de volumen del PIB per cápita en EPA se expresa en relación a la media de la EU-27 (que es igual a 100). Si el índice de un país es superior o inferior a 100, el nivel de PIB per cápita del país es superior o inferior a la media de la EU-27; el objetivo de este índice es efectuar comparaciones entre países, más que comparaciones temporales.
El cálculo de la tasa anual de crecimiento del PIB a precios constantes, en otras palabras, el cambio del PIB en términos de volumen, pretende permitir comparar la dinámica de la evolución económica a lo largo del tiempo y entre economías de distintos tamaños, independientemente de los niveles de los precios.
Datos complementarios
La producción económica también puede analizarse por actividad: en el nivel más agregado de análisis hay diez rúbricas de la [[Glossary:NACE|NACE rev. 2]: agricultura, ganadería, caza y pesca; industria; construcción, distribución comercial, transporte, hostelería; servicios de información y comunicaciones; servicios financieros y de seguros; actividades inmobiliarias; servicios profesionales, científicos, técnicos; administrativos y auxiliares; administración pública y defensa, educación; actividades sanitarias y de servicios sociales; actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, actividades de los hogares y organismos extraterritoriales. Analizar la producción por actividad a lo largo del tiempo puede verse facilitado si se utiliza una medida de volumen —en otros términos, deflactando el valor de la producción para eliminar el impacto de los cambios en los precios; cada actividad se deflacta por separado para reflejar los cambios en los precios de sus productos asociados.
En el contexto de los análisis de competitividad se utiliza otro conjunto adicional de datos de las cuentas nacionales, a saber, indicadores relativos a la productividad del trabajo, como medidas relativas a la productividad del trabajo. Las medidas relativas a la productividad del trabajo como EPA son particularmente útiles para comparaciones entre países. El PIB en EPA por empleado tiene por objetivo ofrecer una idea general de la productividad de las economías nacionales. No obstante, ha de tenerse en cuenta que esta medida depende de la estructura del empleo total y, por ejemplo, puede verse reducida por un cambio de jornada completa a jornada parcial. El PIB en EPA por hora trabajada ofrece una imagen más clara de la productividad, ya que la incidencia del empleo a jornada parcial varía mucho entre países y actividades. Los datos se presentan en forma de índice en relación con la media de la UE: si el índice es superior a 100, la productividad del trabajo se sitúa por encima de la media de la UE.
Los datos sobre el gasto en consumo pueden desglosarse con arreglo a la Clasificación del Consumo Individual por Finalidad (COICOP), que identifica 12 rúbricas distintas en su nivel más desagregado. La información anual sobre el gasto de los hogares se obtiene a partir de las cuentas nacionales compiladas mediante un enfoque macroeconómico. Otra fuente para analizar el gasto de los hogares es la encuesta de presupuestos familiares (EPF): esta información se obtiene pidiendo a los hogares que lleven un diario de sus compras y ofrece mucho más detalles sobre los bienes y servicios y los tipos de análisis socioeconómicos disponibles. La EPF solo se lleva a cabo y se publica cada 5 años —el último año de referencia disponible actualmente es 2005 .
El ahorro de los hogares es la principal fuente interior de fondos para financiar la inversión de capital. El sistema de cuentas prevé que tanto la renta disponible como el ahorro se exprese en bruto, es decir, que ambos agregados incluyan el consumo de capital fijo.
Cuentas de los sectores
Las cuentas de los sectores agrupan sujetos económicos con un comportamiento similar en sectores institucionales, como: los hogares, las sociedades no financieras, las instituciones financieras y la administración. Agrupar así los sujetos económicos ayuda enormemente a entender el funcionamiento de la economía. El comportamiento de los hogares y las sociedades no financieras es particularmente pertinente al respecto.
El sector de los hogares incluye a personas o grupos de ellas que actúan como consumidores y empresarios siempre que, en este último caso, sus actividades como productores en el mercado no sean realizadas por entidades distintas. A efectos del análisis en el presente artículo, este sector se ha unido al relativamente pequeño de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares (p. ej., asociaciones y entidades benéficas).
Las sociedades no financieras incluyen a empresas cuya actividad principal es la producción de bienes y servicios no financieros para su venta en el mercado. Incluye a las empresas constituidas en sociedad y también a las empresas que no lo están en la medida en que lleven un conjunto completo de cuentas y se comporten económica y financieramente de forma similar a las sociedades. Las pequeñas empresas (como los comerciantes y empresarios individuales) están registrados en el sector de los hogares.
En principio, las cuentas sectoriales registran todas las transacciones entre sujetos económicos durante un período determinado y pueden utilizarse también para mostrar las existencias iniciales y de cierre de pasivos y activos financieros en los balances. Estas transacciones se agrupan en varias categorías que tienen distinto significado económico, como las compensación de los empleados (incluidos los sueldos y los salarios, antes de que se deduzcan impuestos y contribuciones sociales, y las contribuciones sociales pagadas por los empleadores).
En cambio, estas categorías de transacciones se muestran en una secuencia de cuentas, cada una de las cuales abarca un proceso económico específico. Dicha secuencia va desde la producción, la generación de renta y su (re)distribución, pasando por la utilización de la renta, para el consumo y el ahorro, y la inversión, como se muestra en la cuenta de capital, a las transacciones financieras como la necesidad y la capacidad de financiación. Cada transacción no financiera se registra como un aumento de los recursos de determinado sector y un aumento de los usos de otro sector. Por ejemplo, el lado de los recursos de la categoría de transacciones relativa a los intereses registra los importes de intereses a cobrar por distintos sectores de la economía, mientras que el lado de los usos muestra los intereses a pagar. Para cada tipo de transacción, el total de los recursos de todos los sectores y el resto del mundo es igual al total de los usos. Cada cuenta permite obtener un saldo contable significativo, cuyo valor es igual al total de los recursos menos el total de los usos. Normalmente estos saldos contables, como el PIB o el ahorro neto, constituyen indicadores económicos importantes; son transferidos a la cuenta siguiente.
El análisis de este artículo se centra en algunos indicadores de la gran cantidad de datos relativos a las cuentas de los sectores. El comportamiento de los hogares se describe mediante indicadores que abarcan la tasa de inversión y ahorro, así como la deuda en relación con la renta y la relación entre la renta y los activos financieros. El análisis de las sociedades no financieras se basa en la tasa de inversión de las empresas y en la participación de los beneficios de las empresas.
Contexto
Las instituciones europeas, los gobiernos, los bancos centrales y otros organismos económicos y sociales de los sectores público y privado necesitan un conjunto de estadísticas comparables y fiables en las que basarse para tomar decisiones. Las cuentas nacionales pueden utilizarse para varios tipos de análisis y evaluación. El empleo de conceptos y definiciones aceptados a escala internacional permite analizar economías distintas, como la interdependencia entre las economías de los Estados miembros de la UE, o la comparación entre los Estados miembros de la UE y los Estados que no pertenecen a la misma.
Ciclo económico y análisis de las política macroeconómica
Uno de los usos principales de las cuentas nacionales está relacionado con la necesidad de sustentar las decisiones en materia de política económica europea y la consecución de los objetivos de la Unión Económica y Monetaria (UEM) con estadísticas a corto plazo de alta calidad que permitan supervisar la evolución en el ámbito macroeconómico y obtener asesoramiento relativo a la política macroeconómica. Por ejemplo, uno de los empleos más básicos y antiguos de las cuentas nacionales consiste en cuantificar la tasa de crecimiento de una economía, es decir, el crecimiento del PIB. Las cifras de las cuentas nacionales esenciales se utilizan en particular para desarrollar y supervisar las políticas macroeconómicas, mientras que los datos detallados de las cuentas nacionales se emplean para desarrollar políticas industriales o sectoriales, en especial mediante el análisis de las tablas input-output.
Desde el inicio de la UEM en 1999, el Banco Central Europeo (BCE) es uno de los principales usuarios de las cuentas nacionales. Su estrategia para evaluar los riesgos para la estabilidad de los precios se basa en dos perspectivas analíticas, llamadas «los dos pilares»: el análisis económico y el análisis monetario. Por tanto, se evalúa una gran cantidad de indicadores monetarios y financieros en relación con otros datos pertinentes que permiten combinar el análisis monetario, financiero y económico, como los agregados clave de las cuentas nacionales y las cuentas de los sectores. De esta forma es posible analizar los indicadores monetarios y financieros en el contexto del resto de la economía.
La Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros elabora las previsiones macroeconómicas de la Comisión Europea dos veces al año, en primavera y en otoño. Estas previsiones incluyen a todos los Estados miembros de la UE a fin de obtener previsiones para la zona del euro y la EU-27, y también contienen previsiones relativas a los países candidatos y algunos países no miembros.
Estas estadísticas también se utilizan desde hace tiempo para analizar las finanzas públicas a través de las cuentas nacionales. En el seno de la UE se desarrolló una aplicación específica en relación con los criterios de convergencia de la UEM, dos de los cuales se refieren directamente a las finanzas públicas. Dichos criterios se han definido en términos de cifras de las cuentas nacionales, a saber, el déficit de las administraciones públicas y la deuda de estas en relación con el PIB. Para obtener más información, véase el artículo sobre estadísticas de las finanzas públicas .
Políticas regionales, estructurales y sectoriales
Además del análisis del ciclo económico y de la política macroeconómica, hay otros usos de los datos de las cuentas nacionales y regionales europeas relacionados con la política, en particular en relación con asuntos regionales, estructurales y sectoriales.
La asignación del gasto para los fondos estructurales se basa en parte en las cuentas regionales. Por otra parte, las estadísticas regionales se utilizan para la evaluación ex-post de los resultados de la política regional y de cohesión.
Fomentar el crecimiento y el empleo es una prioridad estratégica de la UE y los Estados miembros, y forma parte de la Estrategia Europa 2020. Para apoyar estas prioridades estratégicas, se aplican políticas comunes en todos los sectores de la economía de la UE mientras los Estados miembros aplican sus propias reformas estructurales nacionales. Para garantizar que ello sea lo más beneficioso posible y prepara los desafíos que se presentarán, la Comisión Europea analiza dichas políticas.
La Comisión Europea efectúa análisis económicos que ayudan a desarrollar la política agrícola común (PAC) analizando la eficiencia de sus distintos mecanismos de apoyo y desarrollando una perspectiva a largo plazo. Ello supone, entre otras cosas, efectuar investigaciones, análisis y evaluaciones de impacto sobre temas relacionados con la agricultura y la economía rural en la UE y en países terceros, en parte utilizando las cuentas económicas para la agricultura.
Establecimiento de objetivos, evaluación comparativa y contribuciones
Las políticas de la UE establecen cada vez más objetivos a medio o largo plazo, de tipo vinculante o no. Para algunos de estos, se utiliza el PIB como denominador para una evaluación comparativa, por ejemplo estableciendo un objetivo de gasto en investigación y desarrollo del 3 % del PIB.
Las cuentas nacionales también se emplean para determinar los recursos de la UE con las normas básicas establecidas en una Decisión del Consejo. El importe global de recursos propios necesarios para financiar el presupuesto de la UE viene determinado por el gasto total menos otros ingresos, y el volumen máximo de los recursos propios está vinculado a la renta nacional bruta de la UE.
Además de usarse para establecer las contribuciones presupuestarias en la UE, los datos de las cuentas nacionales también se emplean para determinar las aportaciones a otros organismos internacionales, como las Naciones Unidas (ONU). Las contribuciones al presupuesto de las Naciones Unidad se basan en la renta nacional bruta y una serie de ajustes y límites.
Analistas y elaboradores de previsiones
Los analistas y los investigadores también utilizan ampliamente las cuentas nacionales para examinar la situación y la evolución de la economía. El interés de las instituciones financieras en las cuentas nacionales puede ir del análisis general de la economía a información específica sobre el ahorro, la inversión o la deuda en los hogares, las sociedades no financieras u otros sectores institucionales. Los interlocutores sociales, como los representantes de empresas (por ejemplo, asociaciones profesionales) o los representantes de los trabajadores (como los sindicatos) también se interesan por las cuentas nacionales para analizar los fenómenos que afectan a las relaciones laborales. Los investigadores utilizan las cuentas nacionales, entre otras cosas, para analizar los ciclos económicos, también a largo plazo, y relacionarlos con fenómenos económicos, políticos o tecnológicos.
Más información de Eurostat
Publicaciones
- EU economic data pocketbook – quarterly (en inglés)
Tablas principales
- Cuentas nacionales (incluido el PIB) (t_na), ver (en inglés):
- cuentas nacionales anuales (t_nama)
- cuentas nacionales trimestrales (t_nama)
Base de datos
- Cuentas nacionales (incluido el PIB) (na), ver (en inglés):
- cuentas nacionales anuales (nama)
- cuentas nacionales trimestrales (namq)
- Tablas de origen y destino y de input-output (naio)
Sección especial
- Cuentas nacionales (incluido el PIB) (en inglés)
- Cuentas europeas de los sectores (en inglés)
Metodología / Metadatos
- Annual national accounts (ESMS metadata file - nama_esms) (en inglés)
- Annual sector accounts (ESMS metadata file - nasa_esms) (en inglés)
- Sistema Europeo de Cuentas. SEC 1995 (publicación) (en inglés)
- Eurostat-OECD methodological manual on purchasing power parities (publicación) (en inglés)
- Handbook on quarterly national accounts (publicación) (en inglés)
- Handbook on price and volume measures in national accounts (publicación) (en inglés)
- Quarterly national accounts (ESMS metadata file - namq_esms) (en inglés)
- Quarterly sector accounts (ESMS metadata file - nasq_esms) (en inglés)
- Supply, use and Input-output tables (ESMS metadata file - naio_esms) (en inglés)
Fuente de los datos de las tablas y los gráficos (MS Excel)
- National accounts: tables and figures (en inglés)
Otra información
- NACE Rev. 1 – Nomenclatura estadística de actividades económicas de la Comunidad Europea (publicación) (en inglés)
Enlaces externos
Ver también
- European sector accounts (en inglés)
- Main users of national accounts (Artículo de documentación) (en inglés)
- Update of the SNA 1993 and revision of ESA95 (Artículo de documentación) (en inglés)