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RESEÑAS


El desplazamiento lingüístico del español por el inglés

Francisco Gimeno Menéndez y María Victoria Gimeno Menéndez
El desplazamiento lingüístico del español por el inglés
Ediciones Cátedra, Madrid, 2003, 357 pp.
ISBN: 84-376-2063-5

El libro se propone objetivos tan ambiciosos como el de ofrecer, para enmarcar sus facetas más concretas, «una teoría global de las relaciones entre la lengua y la sociedad, la cual pueda comprender y explicar los problemas históricos de conservación y sustitución lingüística». Aunque la exposición de tal teoría resulta algo deslavazada, la obra reúne, en ese sentido, comentarios y resúmenes de muy diversos estudios sobre las formas de contacto entre lenguas y sus efectos, y en especial sobre las interferencias en situaciones multilingües.

Aunque se mencionan otros tipos de interferencia, el interés de los autores se centra en el léxico, en las transferencias léxicas que dan pie a neologismos. En ese plano establecen, basándose en los estudios de Haugen, la distinción básica entre «préstamos» y «calcos», con algunas subdivisiones de ambos conceptos (préstamos puros e híbridos, no asimilados, parcialmente asimilados y asimilados, con hibridación en la raíz, en la derivación o en la formación de compuestos, etc.).

En cuanto al modo de aparición de los «préstamos puros no asimilados», es decir, con importación lexemática total y sin adaptación de los lexemas importados a la fonología de la lengua receptora, se define el concepto de «cambio de código», aunque este no solo se aplica al léxico y permite describir saltos entre lenguas distintas «en el transcurso de una conversación» en unidades de expresión que pueden ser más amplias (frases enteras y enunciados aún más extensos). Los autores hacen referencia a estudios específicos en los que se ofrecen interpretaciones diversas y hasta divergentes de los cambios de código, que pueden manifestar desde «un alto grado de competencia comunicativa bilingüe» hasta «una estrategia para compensar la competencia reducida en una lengua».

El núcleo empírico del estudio trata de los neologismos en la prensa de lengua española. Se analizan seis diarios, tres españoles (El País, ABC y La Vanguardia) y tres americanos (El Diario/La Prensa, de Nueva York, La Opinión, de Los Ángeles, y El Nuevo Día, de San Juan de Puerto Rico), y se toman para cada uno de ellos las ediciones de cinco días. Las listas de neologismos registrados resultan interesantes, al igual que las indicaciones sobre las secciones en las que aparecen más profusamente: en primer lugar las de anuncios comerciales, seguidas por las de deportes y, con más diferencias entre los periódicos de América y los peninsulares, economía, espectáculos e internacional; entre las secciones con menos neologismos a ambos lados del Atlántico están las de artículos de opinión y editoriales y las de cultura.

El estudio cuantifica numerosas observaciones, codificadas, según se explica, en una base de datos. Resultado de ello son abundantes cuadros y gráficos que indican cifras absolutas y porcentajes comparativos de algunos de los fenómenos neológicos analizados en los distintos diarios. Esas cuantificaciones permiten a los autores llegar a conclusiones significativas, aunque en ocasiones previsibles, como la de que los cambios de código y los calcos léxicos son mucho más abundantes en la prensa hispana de Estados Unidos que en la española. El lector no especializado hubiera agradecido quizá un enfoque más selectivo en la presentación de los datos, en función de hipótesis de interpretación significativas.

La obra plantea el problema general mencionado en el título, el de la sustitución del español por el inglés, especialmente entre los inmigrantes de tercera generación en Estados Unidos. Define incluso imperativos prácticos:

«La comunidad idiomática, la cultura y la lengua española deben responder radicalmente a la influencia indiscutible de la lengua, cultura y sociedad anglosajonas, con una auténtica política de planificación lingüística sobre la inversión del proceso de la sustitución lingüística y el mantenimiento de la transmisión intergeneracional».

Es evidente por numerosos comentarios que a los autores les interesa la problemática sociolingüística general de la sustitución de lenguas en situaciones de diglosia. Pero entre ese plano y el estudio de los neologismos hay en el libro un gran salto, que no se argumenta ni encuentra apoyo evidente en los análisis cuantitativos.

El lector puede preguntarse, por ejemplo, si la cincuentena de cambios de código categóricos en los que coinciden la prensa peninsular y la americana (algunos como CIA, jazz o hockey), y la decena corta de calcos léxicos categóricos también comunes, junto con los demás fenómenos detenidamente analizados, son realmente una prueba de que el inglés está desplazando al español y no hechos relativamente marginales, en comparación con el caudal general de la lengua en los periódicos. Por otra parte, el hecho mismo de que sea en las secciones de anuncios, y en particular las de anuncios clasificados, donde aparece con diferencia el mayor número de neologismos puede dar pie a diversas conclusiones; por ejemplo la de que el lenguaje de los periodistas es quizá menos favorable a la penetración de neologismos de lo que a veces se supone, o que en ese sentido otros registros lingüísticos (relacionados con el consumo y la actividad económica en general) resultan más permeables.

A pesar de las objeciones que puede suscitar, la obra comentada ofrece numerosos aspectos de interés. Desde los breves resúmenes de publicaciones recientes hasta el ejemplo central de aplicación práctica del análisis lexicográfico cuantitativo, el lector no especializado que se interese por los efectos de los contactos e influencias entre lenguas, por las posibilidades de analizarlos en concreto, encontrará en ella numerosos estímulos para la reflexión sobre la vida del idioma.

Alejandro Pérez Vidal
Consejo de la Unión Europea
Alejandro.PerezVidal@consilium.europa.eu

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