CABOS SUELTOSCuando durable es «sostenible»La noción de sustainability, acuñada en el Informe sobre nuestro futuro común (1987-1988), coordinado por Gro Harlem Brundtland, provocó en su día un debate conceptual que aún sigue abierto. La polémica de fondo en torno a este término, pronto convertido en expresión talismán del discurso político, alimentó las dudas sobre cuál sería su mejor traducción. En dos artículos cuya lectura recomendamos, el profesor José Manuel Naredo se remonta a los orígenes de la discusión entre especialistas y critica la intencionada ambigüedad semántica de esta expresión1. En el aspecto puramente denominativo, el más acuciante para los traductores, conviene recordar que la traducción más extendida de sustainable, desde hace más de una década, es sostenible, forma recomendada además por las Naciones Unidas2. En aras de una equivalencia biunívoca -tanto más deseable cuanto mayor es la ambigüedad conceptual-, deberíamos evitar traducciones como «sustentable», «durable», «duradero», y formas derivadas: «sustentabilidad», «durabilidad», etc. Esta recomendación habría de aplicarse también ante un original en francés, lengua que se alejó militantemente de la literalidad del inglés al proponer [développement] durable y durabilité como traducciones oficiales en las Naciones Unidas, según las siguientes equivalencias:
El principio de desarrollo sostenible (principe du développement durable / principle of sustainable development) se encuentra recogido en el Tratado de la Unión Europea (preámbulo y artículo 2). PUNTOYCOMA
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