BUZÓNAcerca de «Tallin»Algo sorprendido, leí en el número 72 de PUNTOYCOMA que la grafía castellana para el nombre de la capital estonia debería ser Tallin, sin acento sobre la i pero con una sola ene final. El no acentuar la i me parece lógico, por ser llana la palabra estonia y porque escrita así, la palabra española se pronuncia casi igual que la estonia, ya que además en este caso la doble ele se palataliza y suena muy próxima a la elle castellana pronunciada a lo clásico. Lo que me llamó más la atención fue la omisión de la segunda ene final, tan evidente en la forma autóctona Tallinn (y tan importante para los estonios, como veremos más adelante). Me pregunto si la simple ene final en la forma Tallin que parece figurar en tantas fuentes oficiales españolas -no precisamente en la vanguardia del desarrollo lingüístico o político- traduce el respeto al protocolo soviético de antaño*. Таллин era la forma consagrada en la República Soviética Socialista de Estonia, donde el primer idioma oficial era el ruso y el estonio ocupaba el segundo lugar. Esa grafía no les gustaba nada a los independentistas estonios, y en los últimos años de los ochenta, ya en vísperas de la caída del poder soviético, se libró una «batalla de las dos enes» la cual condujo efectivamente a que la grafía rusa se cambiara por Таллинн, con dos enes, forma que sigue utilizándose en la Rusia poscomunista. Quisiera citar otro ejemplo de la «resistencia lingüística» en la Estonia soviética de los ochenta. En la URSS hubo una reforma del registro de vehículos que abarcaba a todas las repúblicas soviéticas: era el aspecto de las placas lo que iba a cambiar, pero manteniendo el alfabeto cirílico. Pero como resultado de una campaña de protestas, los estonios lograron que en las placas distribuidas en el territorio estonio, «por casualidad» sólo se utilizaran aquellas letras cirílicas que «por casualidad» coincidieran con las latinas (A, C, E, H, K, M, O, P, T, X, Y). Detalles lingüísticos como este pueden cobrar cierta importancia cuando los pueblos reivindican el reconocimiento de su identidad. ¿No se cambió en las placas españolas el código GE (Gerona) por GI (Girona)? Jyrki Lappi-Seppälä
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