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Capital de alto riesgo

Aun a riesgo de dilapidar el menguado capital profesional que me queda, me atreveré a intervenir finalmente en la polémica sobre la traducción de risk capital. En los últimos números de PUNTOYCOMA he asistido con perplejidad al debate sobre el asunto y he leído cosas buenas, malas y peores, con predominio de las dos últimas.

Me ha inducido a lanzarme al ruedo la colaboración de un colega de Nueva York, publicada en el número 68 de PUNTOYCOMA, quien afirma que en determinados contextos (?) la expresión puede traducirse por «capital en acciones ordinarias». ¡Oh manes de San Jerónimo (patrón de los traductores) ayudadme! ¿Pero es que acaso no sabe nuestro colega que todas las sociedades por acciones, para utilizar la terminología italiana, emiten acciones ordinarias? ¿Cómo vamos a distinguir las unas de las otras? Tomar el rábano por las hojas se llama esta figura.

Las expresiones «capital-riesgo» y «capital riesgo» no son traducciones de capital risk, sino simples calcos, con el agravante de que en español no significan absolutamente nada, a no ser que juguemos a Humpty Dumpty («cuando yo utilizo una palabra significa lo que yo quiero que signifique, ni más, ni menos»). Pero Lewis Carroll era un autor inglés y no español. La expresión «capital de riesgo», acomodación del francés capital à risque, apenas mejora la cosa. Mientras no nos salgamos de los dos conceptos «capital» y «riesgo» exclusivamente, no habremos traducido risk capital. Porque que me diga alguien si existe algún capital invertido en una actividad económica que no tenga riesgo. Decir «capital con riesgo» es no decir nada. Si el capital no estuviera expuesto a un riesgo seríamos todos millonarios (los que tuvieran un poco de capital).

Parece ser que en nuestro caso hemos hecho caso omiso del método clásico utilizado para las definiciones, consistente en recurrir al «género próximo y la diferencia específica». Es decir, que nos hemos olvidado de la diferencia específica de risk, que es fundamental. Que no se trata de un riesgo cualquiera sino de un riesgo elevado (con toda la relatividad de los adjetivos y adverbios de cantidad).

La resistencia a salirse del binomio «capital» y «riesgo» viene motivada por el estado de trance hipnótico en que se encuentra el traductor de a pie frente al inglés. Si el inglés utiliza una palabra, pondremos una en la traducción, si utiliza dos, utilizaremos dos en español, y si el inglés se vale de un guión lo pondremos también en español. Todo para que el español se parezca lo más posible al inglés.

Como llevo ya dicho, para traducir bien risk capital es forzoso que califiquemos el riesgo del que estamos hablando, que es un riesgo mayor que el normal. Una buena traducción sería pues «capital (sociedad) de alto (gran, elevado) riesgo». La utilización de «alto» o «gran» dependerá de que el traductor viaje en el AVE o el TGV. Después de todo, traducir es elegir.

Con ello, no hago más que descubrir la pólvora, ya que es posible que esta solución se haya propuesto ya en el debate y la verdad es que también la he visto alguna vez utilizada en la prensa diaria.

Y después de todos los ríos de tinta vertidos sobre este tema, diré que no voy a censurar a nadie por que utilice «capital-riesgo». Tengo la impresión de que la cosa ya no tiene remedio.

Alfonso Torrents dels Prats
Traductor e intérprete
Londres

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