CABOS SUELTOSFlerovio, livermorio y otros elementos químicos no recogidos en el DRAE
La Unión
Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC en sus siglas inglesas), organismo
que se encarga desde 1919 de la armonización de la nomenclatura y la terminología
químicas, difundió el pasado 30 de mayo un comunicado1 sobre la nueva
denominación oficial de dos elementos que figuraban hasta entonces en la tabla
periódica con los nombres provisionales «ununcuadio» (114) y «ununhexio» (116).
Desde ese día los nombres de estos elementos son, respectivamente, flerovio (inglés: flerovium), y livermorio (inglés:
livermorium). Así figuran ya en la tabla periódica de los elementos2 (versión actualizada de la
de Mendeléiev), con los símbolos Fl
(flerovio) y Lv (livermorio). Son
elementos artificiales, creados por el hombre al bombardear núcleos de curio (de
96 protones) con proyectiles de calcio (de 20 protones), lo que da lugar al
elemento 116, el livermorio, que pierde casi inmediatamente dos protones y se
convierte así en otro elemento, el flerovio, con 114 protones. Ambos elementos se han desarrollado de manera conjunta en el Laboratorio
Flerov del Instituto Central de Investigaciones Nucleares de Dubna (Rusia) y en
el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California (Estados Unidos). Los
rusos fueron los primeros en sintetizarlos entre los años 1998 y 2000.
Posteriormente, el laboratorio estadounidense repitió la experiencia para
confirmar la solidez del hallazgo. Estos dos elementos no aparecen en la edición en línea del DRAE, a pesar de tratarse de denominaciones
internacionales normalizadas y de formar parte de un conjunto, el de los
elementos químicos de la tabla periódica, que sí está incluido, al menos en su
mayor parte, en el diccionario académico. Puede aducirse que se trata de
nombres recientes (y es verdad), pero estas ausencias no son las únicas ni las
más significativas, lo que parece indicar cierta desidia académica, al menos en
los últimos años, en lo que respecta a la inclusión de los elementos químicos.
El DRAE ha incluido ya el
rutherfordio (104), el dubnio (105), el bohrio (107), el hassio (108) y el
meitnerio (109), pero es llamativa la ausencia del seaborgio3 (106), del darmstadtio4 (110), del roentgenio5 (111) y del copernicio6 (112). ¿Qué ha hecho el
más antiguo de ellos, el pobre seaborgio, para estar vetado en el DRAE? La controversia sobre la denominación
de los elementos 104 a 108, que opuso a soviéticos y americanos en plena guerra
fría, duró casi cuarenta años, pero quedó zanjada definitivamente en 1997,
cuando se reconoció internacionalmente la denominación «seaborgio» para el
elemento 106. En cuanto a los otros ausentes, algo más recientes, ¿sería tan
complicado incluirlos en la versión digital del diccionario académico para
disponer así de una tabla de elementos completa y actualizada? Ya sabemos que
el DRAE no es, ni pretende ser, una
obra de referencia en cuestiones científicas, pero en la era digital cabe exigir
a la Academia algo más de rapidez y de sistematicidad para evitar estos fallos
de cobertura tan visibles.
Luis González
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