1. ¿Qué es un irritante cutáneo?
Un «irritante cutáneo» es una sustancia que provoca inflamación de la piel, principalmente una enfermedad conocida como dermatitis. Los irritantes cutáneos se reparten en uno de estos dos grupos, en función de su potencial para provocar dermatitis:
- los irritantes cutáneos primarios producen la inflamación directa de aquellas zonas de la piel con las que entran en contacto;
- los irritantes cutáneos secundarios producen efectos similares tras un periodo de exposición y la inflamación no se limita a una zona concreta del cuerpo.
2. ¿Qué es la dermatitis?
La dermatitis es una afección de la piel que puede presentar diferentes síntomas y grados de gravedad. Suele comenzar con la irritación y el enrojecimiento, además de, en ocasiones, la hinchazón de la zona afectada. A veces aparecen posteriormente ampollas y, cuando estas revientan, se puede producir una infección séptica. Cualquier parte del cuerpo se puede ver afectada si entra en contacto con un irritante cutáneo. La dermatitis suele afectar a las manos y los brazos, pero puede extenderse a otras partes del cuerpo si no se solicita asistencia médica (sus efectos más graves a menudo tardan en aparecer).
Existen dos tipos principales de dermatitis de contacto:
- Dermatitis irritante de contacto: esta forma de la afección se produce inmediatamente después de que la piel entre en contacto con productos muy irritantes o de forma más paulatina después de que se produzcan varios contactos repetidos de la piel con productos poco irritantes. Los irritantes pueden ser químicos, biológicos, mecánicos o físicos. El contacto repetido y prolongado con el agua (por ejemplo, al lavarse las manos más de 20 veces o tener las manos húmedas durante más de dos horas por turno) también puede causar dermatitis irritante de contacto.
- Dermatitis de contacto alérgica: esta forma de la afección se produce cuando el enfermo desarrolla una alergia a una sustancia. Una vez que la persona se «sensibilice» a la sustancia, lo más probable es que desarrolle una alergia crónica a la misma, es decir, todo contacto con la sustancia producirá dermatitis de contacto alérgica. A menudo los sensibilizantes cutáneos también forman parte de los productos irritantes.
3. ¿Qué sustancias son irritantes?
Una amplia gama de sustancias pueden irritar la piel, pero normalmente se incluyen en uno de estos grupos:
- Los aceites minerales: todos los tipos de aceites, incluidos el diésel y otros combustibles, pueden provocar irritación cutánea, aunque es probable que unos resulten más dañinos que otros. Los aceites provocan una forma de dermatitis conocida como «acné del aceite», que provoca granos o espinillas en la zona de la piel en la que los poros se han visto bloqueados y se ha producido la infección séptica. Normalmente, el acné del aceite solo afecta aquellas zonas que han estado en contacto directo con el aceite o con prendas aceitosas.
- Productos químicos: algunos productos químicos, concretamente los álcalis fuertes y algunos ácidos, penetran en la piel y forman úlceras o «agujeros» que tardan en curar. Son los siguientes:
- explosivos;
- algunos insecticidas;
- ácido crómico;
- naftalenos y bifenilos clorados;
- cromatos;
- bicromatos;
- sales de níquel;
- aceleradores de vulcanización;
- compuestos de mercurio;
- formaldehído, irritante cutáneo especialmente potente que puede producir una forma grave de dermatitis.
- Disolventes y desengrasantes: pueden provocar dermatitis al disolver la grasa natural de la piel y hacen que la piel sea más propensa a los daños de otras sustancias. Entre ellos figuran las siguientes sustancias:
- parafina;
- aguarrás;
- productos petrolíferos;
- tricloroetileno;
- y otros disolventes.
- Productos con alquitrán, brea y alquitrán de hulla: la exposición prolongada a la brea y el alquitrán puede provocar verrugas o úlceras que pueden llegar a ser malignas.
- Otras sustancias: se sabe que el contacto prolongado con algunas otras sustancias provoca dermatitis; entre ellas:
- azúcar;
- ciertas maderas duras;
- ciertos tipos de antibióticos;
- cemento;
- y algunas flores.
- Sustancias ácidas y básicas: La escala de pH va de 0 a 14, siendo 0,0 el valor más ácido y el 14 el valor más básico. El valor del pH de la piel humana suele ser neutro o ligeramente ácido (aproximadamente pH 7). Muchos productos comunes son fuertemente básicos o extremadamente ácidos, por los que una exposición prolongada a dichos productos puede causar dermatitis.
No es probable que se exponga durante largos períodos de tiempo a productos de este tipo al efectuar operaciones ordinarias de muestreo; sin embargo, en caso de productos con envases dañados o derrames en su zona de trabajo, es posible que su ropa o sus EPI se contaminen con productos alimentarios aparentemente inocuos, lo que aumenta el riesgo de una exposición prolongada.
Recuerde: el trabajo prolongado con un calor y una humedad excesivos puede hacer que la piel sea más propensa a las infecciones.
4. ¿Qué se puede hacer para reducir los riesgos?
Es más fácil prevenir la dermatitis que curarla. Las medidas preventivas se agrupan en tres categorías:
- Protección del entorno: esto significa remplazar la sustancia peligrosa por otra que no pueda provocar irritación cutánea. Sin embargo, puesto que es más probable que usted se encuentre sustancias peligrosas en las instalaciones de ciertos comerciantes, esta opción por lo general no será posible. El equipamiento de ventilación o extracción de polvos también puede ayudar.
- Protección personal: la ropa de seguridad (por ej., guantes y cremas protectoras) puede reducir el contacto de la piel con los irritantes, pero es mejor proteger tanto la piel como la ropa que pueda entrar en contacto con la sustancia, ya que la ropa contaminada que toca la piel provoca una exposición prolongada a la sustancia, haciendo que los efectos sean peores. La fricción de la ropa (por ej., en el cuello, las muñecas o la cintura) pueden frotar el producto irritante con la piel, por donde penetra. Los polvos también pueden introducirse en la ropa y mezclarse con el sudor, haciendo que la piel se irrite. Normalmente, esto solo ocurre en partes del cuerpo que son especialmente propensas a la sudoración, como el cuello, las axilas y las ingles.
- Limpieza tras la exposición: esto significa lavarse las manos y las demás partes expuestas de la piel o lavarse íntegramente si fuese necesario, así como garantizar que los residuos se laven o se eliminen de la ropa y de los EPI.
Le remitimos a la legislación y a las recomendaciones de su administración nacional para obtener información adicional.