Este es solo uno de los muchos ejemplos de la contribución del JRC a la respuesta de la Comisión Europea a la crisis de la COVID-19 mediante pruebas, herramientas y datos científicos sólidos. Desde la preparación de directrices y sustancias de control para la realización de pruebas y la mejor caracterización de la pandemia, hasta el análisis de los impactos económicos, el JRC está evaluando la evolución de la crisis y anticipándose a ella para gestionarla mejor y prepararse para la estrategia de salida. El JRC está supervisando la situación desde la perspectiva de los ciudadanos, comprendiendo sus temores y preocupaciones sobre los aspectos sociales, económicos, medioambientales y de seguridad. 

A principios de marzo, cuando el brote de COVID-19 alcanzó su máximo nivel en Europa, el JRC elaboró un modelo para proporcionar previsiones diarias fiables de la demanda de camas de cuidados intensivos adicionales en las regiones más afectadas. Este modelo se compartió rápidamente con los hospitales y las autoridades sanitarias de España e Italia.

En marzo, los científicos del JRC diseñaron una nueva sustancia de control para ayudar a evitar los fallos en las pruebas diagnósticas para la detección del coronavirus y aumentar su precisión. La falta de sustancias de control positivo fue uno de los principales retos a los que se enfrentaron los laboratorios para la aplicación fiable de las pruebas diagnósticas para la detección del coronavirus. A partir del 1 de abril, se enviaron muestras del material del JRC a laboratorios y centros de investigación de países de toda Europa, España incluida.

El 15 de abril, la Comisión Europea presentó una hoja de ruta para levantar las medidas de contención del coronavirus. La disponibilidad de datos fiables a lo largo del tiempo es fundamental para suprimir las medidas de contención, como ha declarado Mariya Gabriel, Comisaria Europea responsable del JRC. Con el apoyo del JRC, la Comisión ha desarrollado los criterios de rendimiento de las pruebas para mejorar su rendimiento general, lo que beneficiará a todos los ciudadanos europeos.

El Laboratorio Europeo de Gestión de Crisis del JRC puso en marcha una base de datos única sobre medidas de contención y víctimas que abarca treinta y cinco países de toda Europa. Estos datos, recogidos directamente de fuentes nacionales y de las medidas de contención adoptadas por los países, se refieren a datos locales sobre el número de contagios y muertes por COVID-19 y se actualizan de forma diaria. Los ámbitos clave para el seguimiento y el análisis de la base de datos incluyen centrarse en el distanciamiento social, la movilidad internacional e interna y la accesibilidad a los bienes y servicios primarios.