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En la sección «Colaboraciones» se recogen opiniones y propuestas firmadas por lectores o por miembros de la Redacción cuando intervienen a título personal. La responsabilidad de los cabos sueltos firmados y de las colaboraciones incumbe a sus autores. PUNTOYCOMA

COLABORACIONES


Gobierno, gobernanza, gobernancia, gobernatura, gobernación

Quisiera hacer unos comentarios sobre el interesantísimo artículo de Amadeu Solà «La traducción de governance», que en el n.º 65 de PUNTOYCOMA discute por extenso las posibles traducciones de este término inglés.

Governance no es en absoluto corriente en el inglés coloquial, al menos en el de EE.UU. En más de diez años de residir en este país casi lo he visto únicamente utilizado en textos económicos, es más, casi únicamente en textos de la llamada transaction costs economics, o sea, economía de los costos de transacción. Esta es una rama de la economía que podría considerarse a caballo entre el institucionalismo y la economía neoclásica tradicional y que pretende responder teóricamente a los datos empíricos que muestran que en la realidad a menudo no se cumple la ley del precio único u otras «leyes» derivadas de los axiomas neoclásicos sobre el mercado y la conducta de los agentes económicos. Ya en 1979 Oliver E. Williamson, probablemente el autor principal de esa corriente, publicó el artículo «Transaction-cost economics: the governance of contractual relations» en el Journal of Law and Economics (Vol. 22, No. 2, pp. 233-61). En 1985 Williamson publicó The Economic Institutions of Capitalism (Nueva York, Free Press, 1985), texto que tuve que estudiar y en el que governance aparece docenas de veces, en contextos como los siguientes:

«transaction cost economics maintains that the governance of contractual relations is primarily effected through the institutions of private ordering rather than through legal centralism [p. xii]; transaction cost analysis supplants the usual preocupation with technology and steady-state production [...] expenses with an examination of the comparative costs of planning, adapting and monitoring task completion under alternative governance structures [p. 2]; the firm is [...] more usefully regarded as a governance structure [p. 13]».

En el capítulo 3, titulado «The governance of contractual relations», una sección se refiere a «Trilateral governance» y otra a «Bilateral governance». A pesar de tan abundante uso, el término governance nunca se define en ese libro, con lo cual su uso queda bastante ambiguo, como otras tantas cosas en la economía de los costos de transacción. Por la primera de las frases que cité puede entreverse que lo que se sugiere es que lo determinante en las relaciones contractuales son las instituciones privadas (institutions of private ordering), no el sistema legal centralizado. Esta idea encaja bien con las ideas económicas derivadas del Adam Smith de la mano invisible y de toda la tradición neoclásica según la cual cuanto menos intervenga el poder político (llamémosle gobierno, Estado o como fuere) en los asuntos económicos, mucho mejor.

Governance en el inglés no económico evidentemente se refiere más o menos ambiguamente a la autoridad o el poder administrativo en asuntos diversos. El Webster Ninth New Collegiate Dictionary (Springfield, Merriam-Webster, 1987) en governance dice simplemente government y el Random House Dictionary of the English Language (Nueva York, Random House, 1978) añade a lo anterior exercise of authority, control y a method or system of government or management. En el enorme Oxford English Dictionary (Oxford, Oxford University Press, 1980) encontramos definiciones similares a las ya citadas, pero lo más interesante es que también aparecen los términos governancy y governation, ambos explicados como sinónimos de governance. Por todo ello no es nada raro que haya, como dice Solà, «algunos expertos» que confunden governance con government. A mi juicio el que governance sea un término de uso relativamente infrecuente y su relativa ambigüedad (pues aunque hace referencia a gobernar, mandar, ordenar, tampoco queda muy claro exactamente a qué cosa en concreto se refiere) lo hacen muy susceptible de ser incorporado a la jerga jurídico-política, jerga que tiene muchos vínculos con el «burocratés», metaidioma que en cualquier idioma tiene como rasgo característico la ambigüedad, la expresión que más que afirmar o negar insinúa sin comprometer, revelando en general buenas intenciones y pocas ideas nuevas. Las pavorosas definiciones de governance que se citan en el artículo de Solà parecen corresponder claramente a este ámbito, pues se atribuye a tal término casi toda una filosofía (eso sí, una filosofía muy ambigua) de «la cosa pública».

Ante un término como governance, transplantado de una jerga técnica (creo que la económica en este caso) a la jerga administrativo-política, creo que al traductor al castellano le quedan pocas alternativas. Si lo que quiere es usar un término que provoque el mismo shock en el hispanohablante que governance en el anglohablante, lo mejor es que use algo raro, como «gobernanza» o como «gobernatura». Ambos términos tienen la raíz que permite al oyente tener la vaga idea de que lo que oye o lee se refiere al gobierno o a gobernar, aunque «es otra cosa». «Gobernancia» es otra posibilidad, pues si bien «gobernanza» consta en el DRAE y en el Diccionario de uso del español, «gobernancia» sonaría quizá más elegante o más culto; al menos eso podría deducirse de la idea, que encontramos por ejemplo en el diccionario Vox, de que el sufijo -anza (templanza, usanza, andanza, bonanza) es la forma vulgar del sufijo -ancia (resonancia, alternancia, jactancia, abundancia). Por otra parte, si quisiéramos utilizar un término castellano que no provoque especial extrañeza en el lector y que sea semántica y etimológicamente equivalente a governance en inglés, creo que «gobernación» es lo más adecuado. Ciertamente existía en España un Ministerio de la Gobernación que sería equivalente a lo que después se ha llamado Ministerio del Interior. El que tal Ministerio ya no exista es un argumento más a favor de que pueda usarse ese término como traducción de governance, ya que «gobernación» no tiene ahora en castellano una connotación tan política como en los tiempos en los que existía tal Ministerio. A mi juicio, la «gobernación de las relaciones contractuales» y «la empresa es una estructura de gobernación» expresan bastante bien en castellano lo que Williamson quiere decir con governance of contractual relations y the firm is a governance structure. Por supuesto, usar «gobernación» (que a pesar de poco usado, no es tan raro como «gobernancia», «gobernanza», «gobernatura» o algún otro engendro similar) tendría la desventaja de permitir al lector tener una idea algo más clara de lo que se quiere decir, cosa que no siempre es el objetivo de la expresión escrita, sobre todo en contextos en los que la ambigüedad calculada puede ser importante, incluso conscientemente buscada.

José A. Tapia Granados
Traductor. Nueva York
tapiaj01@newschool.edu

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