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Internet en la traducción

Ideas sobre el uso de Internet en la traducción del inglés al español



 
  Ya se sabe: por una línea razonable o una recta noticia hay leguas
de insensatas cacofonías, de fárragos verbales y de incoherencias.
La biblioteca de Babel, J. L. Borges


Introducción

En el presente documento se pretende pasar revista a las posibilidades de explotación de Internet en el trabajo de traducción, y más específicamente en la traducción del inglés al español. No se efectuará, por lo tanto, una presentación general de Internet, ni particular de la World-Wide Web, ni, más particular aún, de los distintos navegadores. No obstante, sirva el siguiente párrafo, con todas sus imprecisiones técnicas y medias verdades, para dar una idea general del funcionamiento de la Red, útil sólo para el lector que realmente no sepa nada del asunto.

Digamos que ahí afuera hay un montón de ordenadores, dispersos por el mundo, que están interconectados. Estos ordenadores contienen información diversa. Sus responsables deciden poner parte de esta información a disposición de todo el que quiera consultarla. A tal efecto, constituyen en el espacio de almacenamiento del ordenador un sitio, en el que estructuran la información disponible de la manera que consideran más conveniente. La información accesible en el sitio está contenida en ficheros o archivos electrónicos y puede tratarse de textos, imágenes, programas, etc. Cada uno de esos archivos se ajusta a un formato común (el más usual HTML), lo cual facilita su visualización en la pantalla de un ordenador. Estos archivos suelen recibir el nombre de páginas, de manera que un sitio puede entenderse como un conjunto de una o más páginas. Tanto el sitio (o mejor, su portada o página inicial) como cada una de las páginas que contiene se identifican mediante una dirección electrónica (denominada URL). ¿Cómo accedemos nosotros, usuarios de PC, a esa información? En nuestro PC disponemos de un programa denominado navegador. Cuando lo ejecutamos, nos ofrece la posibilidad de indicarle una de esas direcciones de Internet. El cometido del navegador es, una vez que le hemos proporcionado la dirección deseada, ir a buscarla allí donde se encuentre, traerla a nuestro PC y, en el caso más frecuente, presentarla en pantalla. En esencia, así de sencillo es el proceso de comunicación a través de la WWW.

En cualquier caso, quienes deseen profundizar en los aspectos técnicos de Internet lo tienen fácil, ya que el tema sobre el que más información puede encontrarse en la Red es seguramente la propia Red. Cualquiera de los servicios de búsqueda existentes (véase más adelante) proporcionará una lista interminable de documentos de introducción general a Internet y la WWW. Sirva de ejemplo esta dirección, a la que, por ser el primer hiperenlace (o hipervínculo) que aparece en el presente documento, uniremos una advertencia básica, a saber, que todas las direcciones que en él figuran están comprobadas y tienen un mínimo de calidad, sin que ello signifique que sean las mejores. Tampoco son las únicas, pues lo que se ha pretendido es más bien ofrecer un conjunto compacto de buenas direcciones que puedan llevar a otras igualmente interesantes. Más concretamente, un buen sitio en inglés para iniciarse en la WWW es The ICYouSee Guide to the WWW. Citaremos además un par de sitios en español: Tutorial de Internet, introducción a la Red de Microsoft, y Aprende la red. También puede resultar interesante citar un par de diccionarios de Internet inglés-español, donde se podrá encontrar el significado de los (pocos) términos técnicos que puedan aparecer en este documento sin explicación: Glosario básico de Internet de la ATI, y Vocabulario de ordenadores e Internet de J. A. Millán (material aparecido en el Cyberp@ís).
 

Acaso sí convenga consignar que la expansión de la Red en los últimos años se explica en lo esencial, según la opinión más generalizada, por la aparición de la WWW, unida a la de browsers o navegadores (Netscape Navigator, Internet Explorer u otros) que facilitan el acceso a la misma. Lo que la WWW aporta de especial es:
  • el concepto de hipertexto, método de presentar información en el que algunas palabras del texto constituyen enlaces que llevan a otra información o a otro documento que puede estar en cualquier parte de la Red (un enlace suele aparecer en pantalla subrayado, y para dirigirse a la información a la que apunta basta hacer clic con el ratón sobre el enlace) 
  • una tecnología muy simple: sistema URL (Uniform Resource Locator) para denominar recursos de información, protocolo de comunicaciones HTTP (HyperText Transfer Protocol) y lenguaje de programación HTML (Hypertext Markup Language) para escribir las páginas web. 

Actualmente, la WWW incorpora ya en realidad servicios de Internet más antiguos como Gopher o FTP. La fuente oficial de información sobre la historia y el desarrollo de la WWW es el World Wide Web Consortium, pero si se tiene en cuenta que esta tecnología nació en Europa, y más concretamente en el CERN, puede resultar recomendable visitar las páginas en las que este centro informa al público en general sobre esta CERN invention you are familiar with.

Internet, que por cierto está generando en los últimos tiempos un trabajo de traducción nada despreciable (traducción de sitios, "localización" de material informático, etc.), puede facilitar la actividad profesional del traductor de varias formas. Posiblemente la más obvia sea la utilización de la Red en la obtención y gestión de sus encargos. Así por ejemplo, gracias a uno de los servicios más populares de Internet, el correo electrónico, un traductor independiente puede entrar o mantenerse en contacto con sus clientes reales o potenciales y con las agencias de traducción. También es posible conocer las ofertas de trabajo realizadas electrónicamente por quienes tienen necesidad de encargar una traducción y, a la inversa, ofrecer los servicios propios por esta misma vía. Esto último puede conseguirse de varias maneras. La más simple es arreglárselas para que los datos del traductor figuren en el apartado correspondiente de los directorios generales, en alguno de los repertorios de traductores que existen en la Red (como Aquarius o ProZ a nivel internacional o TuSPAIN Translator's Guide) o en anillos (véase más adelante la explicación de todos estos conceptos) como Translators on the Web. Pero hoy en día el traductor puede, sin demasiado esfuerzo, dar un paso más y organizar su propio sitio en la WWW, ya que el trabajo y el coste que suponen su creación y mantenimiento resultan en este momento asumibles y existen numerosas herramientas de ayuda.

No obstante, una vez apuntadas todas estas posibilidades, procede precisar que este documento se centrará solamente en la descripción de la ayuda que Internet puede prestar en la actividad de traducción propiamente dicha, es decir, en Internet como fuente de información de utilidad para el traductor. Por este motivo, una vez expuestas en un primer apartado las Herramientas de búsqueda de información en la Red, el documento se estructura en función de los ámbitos en los que parece más claro lo que dicha ayuda puede aportar: Documentación - Terminología - Colaboración.

Herramientas

El traductor precisa con frecuencia encontrar información tanto para documentarse sobre algún aspecto temático de su original, o más en general sobre la esfera del conocimiento a que éste se refiere, como para encontrar soluciones terminológicas concretas. Y esta información la necesita con rapidez y sobre temas que eventualmente pueden variar mucho de un encargo al siguiente. Estos dos requisitos, rapidez y diversidad, se avienen bastante con las características de Internet, lo que permite considerarla un recurso más del traductor. Sin embargo, conviene introducir aquí algunas matizaciones.

Por una parte, la rapidez es ciertamente una propiedad característica de las técnicas en línea, pero:

  • el proceso de buscar y administrar la información, es decir, convertirla en conocimientos, no resulta sencillo y puede consumir mucho tiempo (y dinero), problema al cual viene a sumarse el carácter adictivo que parece tener la Red para muchas personas y la lentitud y los bloqueos que padece en algunos momentos, en función del día y de la hora;
  • la aparente comodidad de la consulta en línea puede inducir al traductor a descuidar la consulta de los recursos tradicionales, psicológicamente más tediosa en la medida en que obliga a apartarse del PC, pese a que estos recursos ofrecen en muchos casos, al menos por el momento, mayores garantías.

Por otra parte, Internet contiene sin duda una masa ingente de información sobre muchos temas, y sobre todo información muy actualizada, que difícilmente aparecerá en las obras de consulta "clásicas" del traductor, pero:

  • tampoco la contiene en la misma proporción sobre todos ellos: así por ejemplo, parece que lo más fácil es encontrar información sobre la propia Internet, luego sobre informática en general y, después, sobre contenidos científico-técnicos o médicos;
  • es preciso saber extraer de esa masa, que se caracteriza por no estar estructurada, ser sumamente dinámica y hallarse en crecimiento permanente, la información precisa que interesa, problema al que viene a sumarse otro fundamental, como es el de la fiabilidad y aplicabilidad de la información encontrada, sobre el que se volverá más adelante.

Hechas estas salvedades, y supuesto que, conocedor de ellas, el traductor decide hacer uso de la Red, ¿cómo puede encontrar lo que busca? Hay que tener presente para empezar que, desde un punto de vista práctico y por regla general, al traductor no le interesará demasiado "navegar" por Internet, es decir, desplazarse de una página a otra siguiendo enlaces, sino que deseará encontrar una información concreta en el menor tiempo posible. No olvidemos que los navegadores clásicos tienen por cometido esencial traer a nuestro PC una página de información, pero corre de nuestra cuenta decirle qué página tiene que traer, es decir, saber dónde está la información que interesa. Es cierto que actualmente los dos navegadores más importantes llevan asociado un portal, Netcenter en el caso de Netscape y msn en el de Internet Explorer, que puede utilizarse como base de partida, entre otras muchas cosas, para efectuar búsquedas. En realidad, los portales se han convertido en el punto de entrada a la WWW básico para la mayor parte de los usuarios. Contienen multitud de ofertas accesibles desde su página principal: calendarios, salas de charla, tablones de anuncios, información sobre la bolsa, el tiempo, las últimas noticias, servicio de correo electrónico, telecompra, opciones de personalización, etc. Existen además multitud de portales, aparte de los ya citados, contándose también con versiones en español de los más populares a escala internacional y con otros puramente españoles o hispánicos como los bien conocidos Terra o Navegalia.

Sin embargo, desde el punto de vista de la obtención de información, al traductor le interesarán sobre todo dos familias de servicios que se ofrecen en la Red:

  • los directorios (también denominados catálogos, listas, repertorios, índices, buscadores por categorías, etc., y en inglés subject indexes, directories, etc.)
  • los motores de búsqueda (search engines).

Conviene señalar, no obstante, que aunque aquí efectuemos una distinción tajante para facilitar la exposición, la realidad es más compleja. Estos servicios se presentan a veces asociados e incluso se suelen ofrecer, como ya se ha señalado, a través de portales.

Si se desea tener desde el principio una visión de conjunto, Beaucoup y Colossus ofrecen listas con centenares de directorios y motores de todo tipo, clasificados por temas o por países, con la posibilidad añadida de acceder directamente a ellos.

Directorios

Los directorios son listas de enlaces a páginas de la Red ordenadas temáticamente por categorías. Normalmente estos directorios se recopilan y organizan "a mano", es decir que no es un programa informático el que los construye. En ocasiones, quienes los mantienen se encargan de buscar las buenas referencias, pero casi siempre son quienes disponen de un sitio los que se preocupan de darse a conocer. Un problema general de los directorios (que en realidad también lo es de los motores de búsqueda), sobre todo de los mantenidos de manera menos "profesional", es que, dado el enorme dinamismo de la Red, en ocasiones contienen un número elevado de "enlaces muertos", es decir, que apuntan a información que ha dejado de encontrarse en ese lugar. Además, si los mantienen particulares, éstos pueden dejar de actualizarlos en cualquier momento por las causas más diversas.

Intentaremos, para mayor claridad, distinguir varios tipos de directorio en función de sus características, por más que en la práctica resulte a veces difícil asignar un producto concreto a un tipo dado.

Directorios generales

Cuando el usuario accede a la portada de uno de estos servicios, lo que suele aparecer es una pantalla que contiene las categorías más generales utilizadas por el directorio (p. ej., Arte y cultura, Ciencia y tecnología, Ciencias sociales, etc.). A partir de ahí se puede ir refinando la búsqueda como si se recorriera una estructura arborescente, descendiendo a un nivel de detalle cada vez mayor (así, Arte y cultura se puede subdividir en Literatura, Teatro, Museos, etc.), hasta que se da con una lista de enlaces que, se supone, llevarán a la información deseada. De lo dicho parece desprenderse que para utilizar un directorio resulta imprescindible que el tema objeto de la búsqueda esté suficientemente definido y quepa elaborar una hipótesis razonable sobre la parte de la estructura arborescente del directorio en la que con más probabilidad se encontrará. Lógicamente, esto no siempre es posible, y por ello los directorios suelen ofrecen también la posibilidad de efectuar búsquedas por palabras. Hay que tener en cuenta, no obstante, sobre todo a efectos de distinguirlas de las que efectúan los motores, que estas búsquedas se llevan a cabo dentro del propio directorio (a saber, en las categorías, los sitios catalogados, los comentarios descriptivos de dichos sitios, etc.), pero no en el contenido de los documentos referenciados, es decir, los documentos a que nos conducen los enlaces de las listas.

El directorio más popular es Yahoo! El problema puede ser aquí el exceso de enlaces que se obtiene y la poca agilidad con que parecen actualizarse. Yahoo! lleva además asociado un potente buscador que nos ofrece una presentación escalonada de sus resultados, siguiendo las líneas descritas en el párrafo anterior: en primer lugar, categorías en las que aparece la palabra clave utilizada en la búsqueda, en segundo lugar, sitios (de entre su catálogo de enlaces) en los que aparece y, por último, si no se encuentra nada en estos dos niveles, resultados de la búsqueda en un motor asociado (Inktomi) al que se ha pasado la consulta. Yahoo! puede considerarse un directorio "para todos los públicos" y  contiene por encima del millón de referencias. Otros en la misma línea y del mismo orden de magnitud son LookSmart y Open Directory (ambos accesibles también desde otros portales). Sin embargo, teniendo presente el tipo de información que más puede necesitar un traductor, suelen ser también de gran interés otros directorios menos conocidos, que cuentan con un número de referencias muy inferior (unos cuantos miles, decenas de miles en el mejor de los casos), pero que tienen la ventaja de ofrecer sólo referencias seleccionadas, y en muchas ocasiones comentadas, más centradas en temas culturales o académicos. Entre ellos cabe citar el asociado a la Enciclopedia Británica y los facilitados por universidades estadounidenses como Librarian's Index to the Internet o Infomine. Una variante son las "guías temáticas" como la WWW Virtual Library, formadas por enlaces a recursos importantes seleccionados por expertos (en ello reside su valor añadido) en cada una de las secciones que componen la guía.

Yahoo!, al igual que otros grandes directorios internacionales, cuenta con un servicio en español, todavía no tan desarrollado como su equivalente en inglés. Conocidos portales españoles como son Ozú y Terra constituyen equivalentes populares de Yahoo! Ozú solo contiene enlaces relacionados con España (también admite búsqueda por comunidades autónomas) y presume de contar con "la más completa lista de links a web sites españoles". Terra (que incorpora el antiguo buscador Olé) se especializa en contenidos en lengua española. Pero existen otros muchos servicios de búsqueda para nuestra lengua y país. Directorios con menor número de referencias, pero seleccionadas y comentadas, podrían ser Elcano o Temáticos.com, aunque su calidad no pueda aún compararse a la de sus equivalentes en inglés. Se encontrará una lista de directorios y buscadores en español en Buscadores de Internet.

Enciclopedias y otras ayudas

Una forma distinta de ayuda documental pueden representarla las enciclopedias. Abundan en Internet las que, recibiendo tal denominación, están constituidas en realidad por una colección de listas de enlaces que nos llevan a información situada en otros lugares, por lo que su semejanza con los directorios es grande. La diferencia estriba en su contenido temático, que está más orientado a las ramas tradicionales del saber (no encontraremos normalmente ofertas de trabajo ni información deportiva), y en su organización, que en ocasiones recuerda a la de algunas grandes enciclopedias clásicas (división en macropedia y micropedia, índices, etc.). Una de las más conocidas es la Free Internet Encyclopedia, y una alternativa podría ser Encyberpedia. Otra buena referencia en esta línea de recursos, aunque no tenga estructura estrictamente enciclopédica, sino más bien orientada a la educación, es StudyWEB.

Naturalmente, también pueden encontrarse en la Red enciclopedias que contienen información "de verdad", es decir, que no están constituidas exclusivamente por colecciones de enlaces que llevan a otras fuentes (no son ya, estrictamente hablando, directorios). Desde finales de 1999 se ofrece gratuitamente acceso a la  Enciclopedia Británica, y puede parecer que cualquier otra referencia es ociosa. Digamos de todos modos que tiempo antes eran ya accesibles gratuitamente otras enciclopedias, como Funk & Wagnalls (previo registro) o Encyclopedia.com (con artículos extraídos de The Concise Columbia Electronic Encyclopedia completados con una gran colección de enlaces y posibilidades de búsqueda). Microsoft, por el contrario, sigue ofreciendo su Encarta OnLine en dos versiones, gratuita la Concise, y por suscripción (una semana de prueba sin coste) la Deluxe.

También se dispone en la Red de "enciclopedias temáticas" abundantes sobre todo en el campo de la informática, como PC Webopaedia o Tech Encyclopedia, pero presentes también en otros, como demuestran la Financial Encyclopaedia o la Encyclopedia of the New Economy.

En 1995 apareció el concepto de "anillo" (webring). Se trata de una ayuda a la navegación que, desde el punto de vista del usuario (no tanto desde el de su gestión), se aproxima a los directorios, ya que básicamente ofrece un índice que permite acceder a cada uno de los anillos temáticos que componen el servicio. Dentro de cada anillo se encontrará la consabida lista de enlaces que llevarán, supuestamente, a la información buscada. La inserción de un enlace en el anillo (y la misma creación del anillo temático) es libre, por lo que, como se puede imaginar, aquí se encuentra de todo. Hay varios servicios de este tipo. El pionero y más importante por el momento es WebRing.

Directorios especializados

Están luego los directorios no generales, sino especializados. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, los que están específicamente pensados para traductores. A veces se trata de meras listas de enlaces sin estructurar, pero su interés puede ser grande, ya que suelen ir "al grano". Por regla general, encontraremos en ellas enlaces a asociaciones de traductores, glosarios y diccionarios, escuelas y facultades de traducción, directorios de traductores, empresas de traducción y otros recursos diversos de posible interés. Estas listas las mantienen algunos centros de enseñanza de la traducción y la interpretación, así como empresas e incluso profesionales a título individual. Lo normal es que cada uno de estos directorios especializados en traducción contenga también enlaces a los demás y que buena parte de sus contenidos se repita, con lo que resulta en realidad superfluo presentar aquí una lista exhaustiva de directorios de este tipo. Baste mencionar algunos de los que parecen más completos: Xlation, Translation Centre del WorldWide Language Institute, Internet Resources for Translators y Webb's Translation Resources. En España, las magníficas páginas del Traductor Virtual de la Universidad de Vigo no parecen actualizarse debidamente. Otras referencias útiles para el español pueden ser la dirección del traductor X. Castro y la Guía de recursos en línea para el traductor (desde la que se accede además a la REDvista Pico de Oro, con artículos sobre traducción en español). En octubre de 1998 se creó en WebRing un anillo sobre Translation Research que interesará a los amantes de la teoría de la traducción.

Para temas lingüísticos en general, dos buenas referencias son Linguist List y The Human Languages Page. Podría añadirse de todos modos a André Moreau, empresa canadiense que mantiene listas de enlaces de interés para las lenguas española, francesa e inglesa. En el caso del español, referencia obligada es el Centro Virtual Cervantes, pero también merece la pena visitar algunos sitios mantenidos por particulares, como la Página del idioma español.

Abandonando ya el apartado de la lengua, existen también, y más numerosos, como es lógico, directorios especializados en temas científicos o técnicos. Para documentarse sobre ellos, buenos puntos de partida podrían ser Science & Technology Resources de Carnegie Mellon y la SciCentral. Para recursos de derecho en todo el mundo constituyen interesantes puertas de acceso Hieros Gamos (con versión española) y FindLaw, y en español Derecho Org o Iuris Lex, para economía MabercomInomics, y para humanidades Voice of the Shuttle.

Novedades

Otro problema es el de mantenerse informado sobre los sitios nuevos e interesantes que van apareciendo. Existen diversas páginas dedicadas a ello, algunas de las cuales envían incluso periódicamente boletines a quienes desean suscribirse. La mayor parte tienen carácter general (valgan como ejemplo Internet Resources Newsletter o What's New on the Web), pero también las hay temáticas: para el caso concreto de la traducción, la referencia esencial es el Translators' Site du Jour, que mantiene desde hace meses la traductora sueca Susan Larsson. También la revista electrónica trimestral denominada Translation Journal, aparte del interés (desigual) que puedan tener sus artículos, cuenta con una sección (Caught in the Web) dedicada a los recursos de Internet útiles para el traductor en cuyos distintos apartados van reseñándose, en sucesivos números, las novedades que aparecen.

Motores de búsqueda

Su principio de funcionamiento es muy distinto del de los directorios. Estos motores son programas (llamados robots, arañas o gusanos) que se dedican a recorrer incansablemente la Red, analizar cuanto encuentran en ella y construir una base de datos en la que guardan correspondencias entre palabras y páginas de Internet. Cuando se consulta uno de estos motores, lo que aparece en pantalla es un recuadrito donde se puede introducir, por ejemplo, una palabra clave. Dicha palabra servirá para determinar la búsqueda: el motor consultará su base de datos y devolverá una lista de enlaces a páginas en las que ha encontrado (en el URL de la página, en su título, en su lista de palabras clave, en su texto, etc.) la clave en cuestión. Luego, basta recorrer la lista y seguir los enlaces que parezcan más prometedores para llegar a la información buscada. Estos enlaces pueden llevarnos a cualquiera de las páginas que componen un sitio (no necesariamente a la inicial, como suele ocurrir con las referencias que proporcionan los directorios). Naturalmente, se pueden introducir en el recuadrito cosas más complejas que una palabra, p. ej., varias palabras, expresiones, operadores booleanos, pero esto, como se verá, ya es específico de cada motor. La ventaja de los motores es que, estando como suele la información en Internet escasamente estructurada, permiten acceder a documentos útiles con tal que de que seamos capaces de imaginar unas cuantas palabras clave que definan el objeto de nuestro interés (cosa que tampoco puede pretenderse que sea fácil). Obviamente, la técnica no está exenta de problemas, como los que plantean los fenómenos de la sinonimia y la polisemia.

En cualquier caso, para situar debidamente lo que un motor de búsqueda puede ofrecer conviene tener en cuenta que, según un informe publicado en la revista Nature de 8 de julio de 1999 (Accessibility and Distribution of Information on the Web, cuya lectura puede matizarse con la de Counting Angels on a Pinhead), la cobertura de cualquiera de los motores es relativamente baja: es posible que ninguno supere el 20% del total de páginas indizables de la Red (debe señalarse no obstante que algunos motores dicen haber visitado un número de páginas muy superior al que compone su base de datos, no habiendo incorporado a ésta muchas de ellas por distintos motivos, tales como eliminar spam o sitios duplicados, o utilizarlas sólo para ordenar la presentación de sitios por popularidad), estimado en 800 millones en febrero de 1999. Son indizables las páginas a las que pueden acceder los robots de los motores. Hay que saber que existe una gran masa de información de interés que no les es accesible por diversas razones, siendo una de las principales el hallarse contenida en bases de datos: es lo que a veces se denomina "la web invisible". Este hecho ha impulsado la creación de directorios específicamente dedicados a estos recursos inaccesibles a los motores (aunque, como es lógico, también puedan figurar en otros directorios generales o especializados), entre los que cabe citar Invisible Web, direct search y Lycos' Invisible Web Catalog. Conviene tener siempre en cuenta, por consiguiente, que no es cierto que directorios y motores constituyan solamente dos técnicas distintas de acceder a una información que sería básicamente la misma en ambos casos, ya que los directorios pueden permitirnos encontrar también, aunque acaso con un mayor coste en tiempo y esfuerzo, información a la que nunca nos llevarán los motores.

Existen numerosos tutoriales sobre motores de búsqueda. Una buena referencia en español es ¿Cómo buscar?, que lamentablemente no se actualiza. Para encontrar tutoriales recientes y adecuados en inglés (y todo tipo de información sobre motores de búsqueda), lo mejor es visitar las páginas de Search Engine Watch o de Search Engine Showdown. Parece que aquí, no obstante, tienen una marcada preferencia por los sitios comerciales, por lo que convendría destacar especialmente dos espléndidos tutoriales de fuente universitaria: Albany Internet Tutorials y Finding Information on the Internet.

Motores más conocidos

Existen docenas de motores de búsqueda. En esta dirección se podrá encontrar un montón de motores de todo el mundo. Aquí nos limitaremos a mencionar los que parecen más populares en este momento. Se trata de AltaVista, Northern LightFast Search, Google!, Excite, Infoseek y HotBot. Cada uno tiene sus características peculiares, por lo que los resultados que proporcionan para una clave de búsqueda idéntica pueden ser muy distintos. El problema, si se quieren manejar varias de estas herramientas, es que el modo de utilizarlas difiere, a veces sustancialmente, de una a otra. En realidad, las únicas posibilidades que, según parece, comparten los motores citados son las siguientes:

  • buscar frases enteras poniéndolas entre comillas: p. ej., "technical translation"
  • solicitar que las referencias encontradas contengan obligatoriamente una palabra precediéndola del signo +, o la excluyan obligatoriamente precediéndola del signo - (y aun aquí con alguna reserva: en el caso de AltaVista, no funciona igual en main search que en advanced search): p. ej., si nos interesa la traducción no técnica podríamos ensayar +translation -technical.

En todas las demás características, parece haber diferencias de un motor a otro. Si ponemos technical translation unos entenderán que buscamos ambas referencias (AND lógico) y otros que cualquiera de ellas (OR lógico). Alguno tendrá en cuenta las mayúsculas, pero la mayoría no. Alguno admitirá el truncamiento, o lo efectuará incluso de manera automática, mientras que en otro resultará imposible. Y así sucesivamente. Además, numerosos motores cuentan con una versión simple y otra avanzada, que permite efectuar búsquedas con parámetros definidos de manera más precisa. Y varios permiten trabajar, además de con operadores lógicos, con selección de opciones a través de recuadritos. El problema de todo esto es que, para explotar a fondo un motor, hay que conocer bien sus posibilidades (casi todos ellos, dicho sea de paso, ofrecen páginas de explicaciones y ayuda bastante completas que es imprescindible consultar), pero los conocimientos adquiridos en relación con uno sólo parcialmente serán aplicables a otro. Por otra parte, al tratarse de un sector que se encuentra en ebullición, es probable que algunos motores acaben por resultar comercialmente inviables y desaparecer o estancarse, lo cual obliga por un lado a reflexionar bien a la hora de invertir horas de esfuerzo en aprender a manejarlos, pero recomienda por otro no centrarse en uno solo.

En cuanto a las peculiaridades de cada uno, los que cuentan con una base de datos más extensa, cifrable en 200-300 millones de páginas (aunque este dato puede variar en un plazo de tiempo relativamente corto), son Fast Search, AltaVista y Northern Light. Google! y Excite ocupan una posición intermedia y los otros dos motores citados mantienen bases de datos netamente más pequeñas. Sin embargo, no hay que olvidar que una gran base de datos no lo es todo. Los motores con bases de datos menores hacen hincapié en la calidad de los resultados que ofrecen, por lo menos en temas relativamente populares, aunque su cobertura de temas "minoritarios" no sea tan grande.

  • AltaVista probablemente sea el motor más popular. Destaca por el elevado número de campos por los que admite búsquedas y por ofrecer algunas posibilidades verdaderamente exclusivas. Indica también el tamaño de los documentos a que remite, lo cual tiene su importancia, ya que permite conocer por anticipado la envergadura de la página que se está solicitando, y su fecha. Se le acusa, a cambio, de comportamiento incoherente en determinados casos (a veces de forma espectacular en el recuento de páginas encontradas) sobre todo en modo main search. Además, sus dos interfaces, main search y advanced search, no solamente tienen un comportamiento bastante distinto, sino a veces contradictorio.
  • Northern Light tiene por principal particularidad la de reagrupar las páginas encontradas en secciones por concepto o tipo de sitio (una manera de refinar la búsqueda). Además, efectúa búsquedas en una colección de artículos de varios miles de revistas (la obtención del texto de los artículos es un servicio de pago, aunque módico). No proporciona tamaño del documento, aunque sí fecha de última modificación.
  • Fast Search, aparecido en 1999, es un motor cuyos puntos fuertes son la rapidez y el tamaño de su base de datos, que en este momento es la mayor. Su interfaz era bastante espartana hasta hace poco, pero en diciembre pasado se dotó de una advanced search de uso bastante cómodo que lo coloca a la altura de los demás. No obstante, no ofrece ni tamaño ni fecha del documento encontrado. Se le achaca un exceso de "enlaces muertos".
  • Google! es un motor aparecido asimismo en 1999 que destaca por su rapidez y por disponer de numerosas páginas en cache, lo que puede facilitar el acceso a las mismas. Utiliza además algoritmos de presentación de segunda generación, basados en la popularidad de una página (número de páginas "importantes" con enlace a ella). Interesante, pues, para encontrar las páginas más populares en temas no excesivamente minoritarios. Su interfaz, sin embargo, es actualmente de las más pobres. No permite, en particular, seleccionar la lengua.
  • Excite es capaz de hacer búsquedas por conceptos ligados a las claves de búsqueda que indica el usuario (aunque esto hace aumentar el número de páginas irrelevantes encontradas) y ofrece la posibilidad de buscar documentos "parecidos".
  • Infoseek (ahora incorporado al portal de Disney) destaca por permitir efectuar subbúsquedas y por sus algoritmos de cálculo de la relevancia, pero no permite seleccionar la lengua.
  • HotBot, propiedad actualmente de Lycos, parece en fase de transición. Es incapaz de efectuar recuentos adecuados y padece algunas incoherencias. A cambio, ofrece la posibilidad de efectuar búsquedas por regiones, lo que puede tener interés, por ejemplo, a la hora de distinguir usos terminológicos españoles e hispanoamericanos (separa las regiones Europe, South America y Central America).

Motores de mayor cobertura

Nos detenemos a continuación a detallar el comportamiento de los tres motores de mayor envergadura con respecto a algunas características que pueden interesar al traductor en algún momento de su trabajo. Nos referimos siempre a sus versiones avanzadas, es decir AltaVista Advanced Search, Northern Light Power Search y Fast Advanced Search:

  • Permitir truncamiento. Resulta interesante para incluir o excluir femeninos, plurales, etc. Cuentan con esta posibilidad AltaVista (carácter *) y Northern Light (caracteres * y %, pero practica además una forma de truncamiento automático de terminaciones o stemming que unas veces ayuda y otras confunde).
  • Distinguir mayúsculas. Resulta interesante por ejemplo cuando se buscan siglas. Lo permite AltaVista (si se consulta en mayúsculas se encuentran sólo mayúsculas, si se consulta en minúsculas, se encuentran tanto mayúsculas como minúsculas).
  • Buscar todas las palabras, incluso las muy comunes (stopwords). Resulta imprescindible cuando se quiere encontrar exactamente una expresión que contiene alguna preposición o algún otro candidato a stopword (¿se usa más "Internet" o "la Internet"?). Afortunadamente el uso de stopwords parece una práctica superada y ninguno de estos tres motores se sirve de ellas.
  • Permitir seleccionar la lengua. Es obvio que si se efectúa una consulta mediante palabras clave expresadas en determinada lengua normalmente se encontrarán documentos en esa lengua, por lo que podría parecer superfluo seleccionarla de antemano. También lo es que los motores no son infalibles a la hora de determinar la lengua de un documento o no distinguen unas de otras con suficiente finura (a veces, por ejemplo, páginas en catalán cuentan como páginas en español). Sin embargo, todo traductor tendrá inapelablemente que recurrir a esta opción más tarde o más temprano, y en ese sentido puede considerarse imprescindible. Los tres motores la ofrecen, aunque Northern Light con menor número de lenguas.
  • Operador NEAR, que selecciona un documento cuando las dos claves de búsqueda que une distan menos de diez palabras. Sólo cuenta con él AltaVista, pero en ocasiones resultará de indiscutible utilidad, sobre todo cuando se busca distinguir un término de otro relacionado con él (p. ej., basic research y fundamental research: la idea es encontrar referencias que utilicen uno casi al lado del otro, con la esperanza de que se aclare la diferencia que existe entre ambos o se confirme su carácter de sinónimos) o cuando quiere buscar por dos claves que deben estar cercanas, pero no necesariamente adyacentes (diccionario NEAR oftalmología).
  • Agrupación de resultados por sitio. AltaVista permite seleccionar esta opción, Northern Light la ofrece de manera estándar y Fast Search no la ofrece.
  • Tratamiento de palabras acentuadas. Son motores pensados en principio para el inglés, por lo que son parcos en explicaciones sobre esta cuestión, sin embargo crucial para el traductor español. Da la sensación de que el comportamiento es el siguiente:
    • AltaVista: si se escribe palabra acentuada, la no acentuada no la encuentra; si se escribe sin acentuar, encuentra tanto la acentuada como la no acentuada.
    • Northern Light: tanto si se escribe la palabra acentuada como no acentuada se obtienen los mismos resultados
    • Fast Search: si se escribe palabra acentuada, la no acentuada no la encuentra; si se escribe sin acentuar, la acentuada no la encuentra.
  • Manejo de campos. Los motores efectúan normalmente búsquedas, según se ha dicho, en todo el contenido de una página, pero en las páginas existen también ciertos campos sobre los que los motores permiten normalmente efectuar búsquedas diferenciadas. Nos referimos por ejemplo al título (que debe ser atribuido por su creador y suelen mostrar los navegadores en un lugar predeterminado de la pantalla) y al ya mencionado URL o alguno de los elementos que lo componen.
Necesitamos un mínimo conocimiento de la estructura de un URL para explotar estas posibilidades. A efectos de lo que aquí nos interesa (información más completa, p. ej., en URL Decoder), basta saber lo que ilustramos con el siguiente ejemplo, que corresponde a la página inicial del Boletín puntoycoma:

  http://ec.europa.eu/translation/bulletins/puntoycoma/numeros.html

En este URL encontramos

  • protocolo (http es el más común, aunque no el único)
  • dominio, formado por varios elementos (dos al menos) separados por puntos, entre la doble barra y la primera barra (europa.eu)
  • estructura de directorio y subdirectorios (si los hay, separados por barra simple, en este caso comm/translation/bulletins/puntoycoma) dentro de ese dominio
  • nombre de archivo (numeros.html, aunque también hay otras extensiones comunes).
  • Fijémonos en el dominio. La parte situada a la derecha del último punto se denomina dominio de nivel superior (o de primer nivel), y se conoce por sus siglas inglesas TLD. Hay dos tipos de TLD:

    • Un corto número de genéricos (gTLD) que denotan la función del dominio, incluyendo .gov (administración), .edu (entidades educativas), .mil (usuarios militares), .net (proveedores de servicios de red), .org (organizaciones sin ánimo de lucro), .int (organizaciones internacionales) y .com (usuarios comerciales). En muchos casos (sobre todo los primeros citados) su uso está en realidad restringido a Estados Unidos.
    • Más de dos centenares de TLD de país (ccTLD): .es (España), .uk (Reino Unido), .fr (Francia), .de (Alemania), .mx (México), .ar (Argentina), etc., que se ajustan a la norma ISO 3166. Hay que darse cuenta de que no todas las páginas de un país dado están en el TLD correspondiente a ese país: otras muchas pueden estar, p. ej., en .com.

    La parte entre dos puntos situada inmediatamente a la izquierda del TLD se denomina dominio de segundo nivel y así sucesivamente. En algunos países se utilizan dominios de segundo nivel que reproducen de alguna manera las funciones de los TLD genéricos. Así p. ej., en el Reino Unido se utiliza .co.uk para usuarios comerciales, .ac.uk para usuarios académicos, etc.

    Una convención muy generalizada (aunque no universal) es utilizar el carácter ~, dentro de la estructura de directorio y subdirectorios, para identificar las páginas personales. Así, http://europa.eu/~joseperez podría ser (pero es un ejemplo ficticio) el URL de una página personal del servidor de la Unión Europea. Conviene asimismo tener presente que en un URL (al contrario de lo que sucede en las direcciones de correo electrónico) las mayúsculas se consideran distintas de las minúsculas. 

    Pues bien, esto es lo que nos permiten hacer los motores con respecto a estos campos.

    • AltaVista: permite un amplio abanico de selecciones a través de palabras clave. Así, title: permite buscar solamente en el título, domain: en el TLD, host: en todo el nombre de dominio y URL: en todo el URL.
    • Northern Light: mediante una técnica de recuadritos, permite la búsqueda en el título, en el URL y  restringirla por TLD o por tema.
    • Fast Search: también mediante recuadritos, permite buscar en el título, en el URL y en los nombres de dominio de primer nivel o de primero y segundo.

    Existen también motores de búsqueda que se especializan en contenidos en español. Podríamos citar entre ellos Sol y Trovator (que también ofrecen directorios). No obstante, por regla general parece preferible hacer las búsquedas "españolas" con los motores internacionales, en especial con los que disponen de una base de datos de mayor tamaño.

    De la misma manera, también existen motores de búsqueda especializados o temáticos, aunque desde luego no abunden tanto como los directorios especializados. Nada sobre traducción, obviamente, pero sí sobre temas como derecho (LawCrawler, asociado a FindLaw), economía (Financewise) o medicina (Medical World Search). Un buen punto de partida para obtener más información al respecto es Searchability.

    Metabuscadores

    Existen también los llamados metabuscadores (meta-search engines). Se formula una consulta por el método habitual, es decir, introduciendo en el correspondiente recuadrito las palabras y operadores habituales, y el metabuscador la transmite a varios motores de búsqueda y presenta luego en pantalla los resultados conseguidos, de forma más o menos estructurada. Tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Entre las primeras figuran la rapidez y la cobertura, ya que nos permiten la consulta en paralelo de varios motores. Según el citado informe publicado en Nature, el grado de solapamiento entre las bases de datos de los diferentes motores es relativamente bajo, por lo que remitiendo una misma consulta a varios de ellos se puede realmente conseguir una mayor cobertura, si es eso lo que se pretende. El principal inconveniente tiene que ver con el hecho ya mencionado de que, como cada motor tiene sus particularidades, éstas no se explotan de forma adecuada en las consultas, necesariamente genéricas, que les pasan los metabuscadores (el denominado "problema del mínimo común denominador"). Además, por regla general sólo tienen en cuenta las primeras referencias que aporta cada motor. Por ello, parecen más indicados para una primera aproximación a un tema específico formulable de manera sencilla.

    Entre los más conocidos figuran: Dogpile, Metacrawler e Inference Find. El primero es el que más motores consulta. Los otros dos son capaces de suprimir las referencias repetidas y el último de organizarlas en secciones. Existen metabuscadores españoles, como Metabusca y Ophiusa, pero de interés limitado, pues básicamente remiten sus consultas a directorios.

    Otras posibilidades

    Una posibilidad distinta la ofrecen los denominados "agentes inteligentes". Se trata de programas basados en técnicas de inteligencia artificial que intentan ofrecer una información personalizada en función de las necesidades del usuario. No entraremos aquí en ellos, ya que parece que todavía están bastante verdes, pero los interesados pueden visitar BotSpot.

    Por último, digamos que si todo falla y somos incapaces de encontrar la información buscada, siempre se puede recurrir a  servicios como LookSmart Live u otros similares, donde un experto en búsquedas tratará nuestra consulta y nos devolverá por correo electrónico, en 24 horas, una breve lista de sitios de interés.

    Otra posibilidad, si el tipo de consulta que pretendemos hacer lo permite, es preguntar directamente a un experto (en inglés, claro). Hay varias listas de enlaces a distintas páginas de Ask-An-Expert. Como muestra daremos esta dirección. No parece que exista un servicio equivalente en español.

    Evaluación de los recursos de Internet

    Planteamos aquí el tema de la fiabilidad de la información encontrada en Internet, al que se ha aludido ya en más de una ocasión.

    La evaluación de las fuentes que utiliza el traductor tiene un interés general sea cual sea el medio en que se presenten. Es un tema que se ha abordado incluso en algunos de los manuales clásicos de terminología y documentación, enumerándose los criterios que conviene aplicar para apreciar el valor de las obras utilizadas como fuente, tanto si son lexicográficas como de referencia. En el caso de las fuentes escritas, sin embargo, era frecuente considerar que el mero hecho de haber llegado a la imprenta implicaba la superación de ciertos filtros, y que por tanto el problema de su calidad, aunque existía, no era tan crítico. Esta situación desaparece por completo en el caso de Internet, donde verdaderamente cualquiera puede publicar lo que quiera y donde el escepticismo debe convertirse en norma. A ello se debe que la evaluación de los contenidos de Internet haya adquirido enorme importancia y venga siendo objeto de estudio desde hace tiempo, no particularmente desde el punto de vista del traductor, que aquí más nos interesa, sino en toda su generalidad.

    Existe una amplia bibliografía sobre esta cuestión, a la cual puede servir de introducción Bibliography on Evaluating Internet Resources. Se cuenta incluso con un tutorial en línea elaborado por una universidad británica, Internet Detective. No vamos, pues, a repetir aquí lo que puede encontrarse en otros lugares. Diremos solamente que, por regla general, los autores que tratan estos temas suelen seguir la misma idea de elaborar una lista de criterios cuya presencia en una página web permitirá contrastar su calidad. Entre estos criterios, habitualmente de sentido común, suelen figurar, por ejemplo, los siguientes:

    • autoría: autor conocido o anónimo, su cualificación, entidad a que pertenece (empresa, universidad, servicio público, etc.), otras publicaciones, presencia de referencias, bibliografía, etc.
    • presentación: se trata o no de una página bien escrita, bien organizada, completa, etc.
    • objetividad: propósito esencial del sitio (vender, convencer, informar, etc.), tipo de sitio (personal, comercial, educativo, etc.), presencia de anuncios y en su caso de qué tipo, etc.
    • actualidad: presencia de fechas, p. ej. de creación y última revisión (en su caso, desde Netscape puede utilizarse View - File Info), declaración de que la página se actualiza, etc.

    y otros en esta misma línea. En cualquier caso, conviene recordar que, aunque estas enumeraciones de criterios inviten a pensar que la calidad de un recurso es algo que éste posee intrínsecamente, lo cierto es que también está en función de las necesidades particulares del que lo utiliza. Bien puede ocurrir que una página comercial anónima y mal construida nos proporcione en un caso concreto el término técnico preciso que estábamos buscando, aunque sin duda convenga desconfiar por principio de una fuente de esas características.

    Documentación

    Comentaremos en este apartado la aplicación de las herramientas que acabamos de mencionar en la búsqueda de información de referencia sobre el texto que se va a traducir, y en su caso de documentos paralelos en las dos lenguas que guarden relación con dicho texto. Aunque parezca una obviedad, hay que decir que es de importancia crucial saber exactamente qué es lo que se está buscando (o como mínimo saber qué no se está buscando). Los resultados encontrados serán normalmente tan buenos como la consulta formulada, rara vez mejores.

    La primera pregunta que cabe hacer es cuál de las dos herramientas básicas mencionadas, directorios o motores, conviene emplear preferentemente. En realidad, directorios y motores no constituyen recursos excluyentes, sino complementarios. La utilización de unos u otros dependerá a no dudarlo de las preferencias personales y de las experiencias del traductor, pero, algo más objetivamente, será también función de lo que pretenda encontrar en un momento dado. La idea más extendida es que debe recurrirse al directorio si lo que se busca es algo genérico y al motor si es algo específico (aquel ejemplo de que "Space exploration" es consulta para directorio y "Mars Pathfinder" para motor). Aceptemos provisionalmente esta idea, que luego matizaremos, ilustrándola con unos ejemplos.

    Imaginemos que queremos encontrar un texto que nos dé información general introductoria sobre el problema informático denominado en inglés millenium bug o year 2000 problem. Podemos entrar en Yahoo! y formular la hipótesis de que la información se encontrará en la categoría primaria Computers and Internet. Seleccionamos esta categoría y, en efecto, la última de las subcategorías enumeradas está dedicada al tema que nos interesa. Nuestra búsqueda se ha visto coronada por el éxito, pero sólo hasta cierto punto: encontramos en esta subcategoría, denominada Year 2000 Problem, más de 200 enlaces sobre el tema, y no es fácil adivinar cuál de las subcategorías en que a su vez se divide puede llevarnos con más probabilidad a la información introductoria que vamos buscando. Olvidemos, pues, Yahoo! y recurramos ahora a un directorio más selectivo, como Librarians' Index to the Internet. Si en él descendemos a la categoría Internet Information no encontramos ninguna subcategoría que nos lleve directamente al tema, como ocurría con Yahoo! en el caso anterior. Sin embargo, podemos pedirle a su buscador que nos encuentre "Y2K". Nos ofrece por respuesta un puñado de referencias apreciándose enseguida, al ir éstas comentadas, cuáles son las que pueden efectivamente contener información general del tipo buscado. En este caso concreto, por tanto, puede resultar más útil en última instancia esta segunda alternativa.

    Si el grado de especialización del tema objeto de la búsqueda es muy elevado, será entonces preferible recurrir a un motor de búsqueda. Imaginemos, por ejemplo, que deseamos saber algo sobre la incidencia del "efecto 2000" en las máquinas de franquear. En este caso, lo más práctico será probablemente efectuar una búsqueda en AltaVista con la entrada "franking machine" and (Y2K or millenium). En casos como éste, los motores no suelen dar con un número excesivo de referencias, por lo que ofrecen resultados a la vez manejables y completos.

    Puede que, efectivamente, en casos que podríamos calificar de extremos, como los citados en estos ejemplos, las cosas estén claras. Los problemas surgirán en los casos intermedios, porque ¿dónde termina lo general y empieza lo específico? Así por ejemplo, a primera vista podría pensarse que el Ebola es algo bastante específico, y sin embargo Yahoo! cuenta con una categoría dedicada a este virus que además apunta a varios documentos de bastante interés. Entra aquí en juego un problema muy difícil de abordar, como es el de la cobertura desigual de los distintos campos especializados. Hay que pensar, por otra parte, que el traductor de inglés a español se mueve en dos lenguas que no están presentes en la misma medida, ni muchísimo menos, en Internet y en las herramientas de búsqueda en Internet. Puede ocurrir perfectamente que un método adecuado para encontrar documentación en una lengua no resulte óptimo en otra. Así por ejemplo, la categoría dedicada al virus Ebola en el Yahoo! español contiene un número incomparablemente menor de enlaces que su correspondiente inglesa. En inglés "lo general" invadirá regiones que en español corresponderán a "lo específico".

    Cuando lo que se busca es un documento concreto, normalmente da mejor resultado el motor de búsqueda. Imaginemos que deseamos encontrar el texto en inglés y en español de la Convención sobre armas químicas. Si sabemos que existe una organización, OPCW, encargada de favorecer su aplicación, podemos dirigirnos directamente a su página principal y desde ahí seguramente encontraremos en unos pocos pasos el texto que nos interesa. Sin embargo, otra posibilidad, que casi siempre resulta más directa (supuesto, claro está, que la información buscada sea indizable), es tomar un motor y buscar chemical weapons convention no tanto en el texto como específicamente en el título. Efectivamente, entre los diez primeros documentos presentados, por ejemplo por Fast Search, encontramos al menos dos enlaces (uno de ellos de la OPCW) que nos llevan directamente al texto inglés. Este ejemplo sirve también para ilustrar otra realidad. Aunque los motores de búsqueda cuenten con sus propios mecanismos de presentación de las referencias halladas por orden de relevancia, que pueden ser más o menos eficaces, manipular con inteligencia los campos de una página, tales como dominio, URL y título, a menudo genera buenas referencias y evita al mismo tiempo que su número sea excesivo, por lo que conviene tener siempre presente esta posibilidad. El éxito, en todo caso, nunca está garantizado: si buscamos "armas químicas" y "convención" en el título, no obtendremos la versión española. Esto se debe a que en el título del documento concreto que buscamos figura exclusivamente, por la razón que sea, la palabra "convención". Basta buscar con "armas químicas" en el texto para que nos aparezca la correspondiente versión española.

    Cuando se ha encontrado un documento en inglés del que cabe sospechar, por un motivo u otro, que existe también en español, conviene fijarse en la estructura de la ruta de acceso (pathname) de la página. Ocurre en ocasiones (no siempre, ni mucho menos) que en algún lugar de dicho pathname aparece un subdirectorio denominado "english", "eng", "en" o algo similar. Basta a veces cambiar ese subdirectorio por "espanol/spanish", "esp/spa" o "es/sp", dejando invariables todos los demás componentes del URL, para que aparezca la versión española. Así por ejemplo si, buscando cierta información relacionada con la industria nuclear, hemos caído en http://www.cnv.es/english/pag9.html, una página de la central de Vandellós, parece lógico pensar que existirá una versión española de la misma, y en efecto la obtenemos sustituyendo "english" por "espanol".

    Direcciones interesantes como fuentes de documentación

    Intentamos aquí recopilar una serie de direcciones en las que habitualmente se encuentran documentos que pueden ser de interés para el traductor. Convendría decir que, cuando entramos en el mundo de las grandes organizaciones o las grandes empresas, los sitios suelen ser de bastante envergadura y complejidad, pero en no pocas ocasiones proporcionan al visitante dos valiosos instrumentos de ayuda. El primero es el mapa del sitio (site map), que nos presenta todo su contenido en forma de diagrama o índice, gracias a lo cual el usuario se puede orientar hacia la información buscada. El segundo es el buscador interno (site search), que permite hacer las búsquedas habituales (con más o menos limitaciones dependiendo de qué motor utilicen), pero restringidas al sitio en cuestión. Para asimilar lo que esto significa en la práctica se puede visitar, por ejemplo, el sitio I'm Europe (enlaces Site Map y Search, al final de la página).

    Para llegar a los distintos niveles de la administración española (local, autonómico, nacional), además de a otras muchas entidades (cámaras de comercio, colegios oficiales, partidos políticos, etc.), una buena puerta de entrada es AdmiWeb.

    A las instituciones europeas puede accederse a través del servidor de la Unión Europea, en cuya primera página (una vez elegida la lengua) encontraremos enlaces que nos llevarán a las distintas instituciones y agencias. No obstante, merece la pena mencionar también mencionar el interés que suelen presentar en el terreno de la documentación europea los "centros de documentación europea" españoles, ubicados por lo general en universidades. Sirva de ejemplo el CDE de la Universidad de Alicante.

    En Organizaciones de la ONU se puede encontrar un índice alfabético con todas las organizaciones pertenecientes al sistema de las Naciones Unidas. La página contiene asimismo enlaces que permiten acceder directamente a las que disponen de sitio propio. Dicho sistema cuenta además con un interesante buscador propio, Unions, que permite hacer búsquedas simultáneas, temáticas si se desea, en documentos de todas las organizaciones de las Naciones Unidas. Desgranaremos aquí, no obstante, la lista de las organizaciones más conocidas: Comisión Económica para Europa, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, FAO (agricultura y alimentación), OIEA (energía atómica), OACI (aviación civil), OIT (trabajo), Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, OMI (organización marítima), UIT (telecomunicaciones), UNESCO, OMS (salud) y OMPI (propiedad intelectual). Y esta es la página principal de las Naciones Unidas.

    Otras organizaciones internacionales destacables por su interés para un traductor podrían ser: OCDE, Organización Mundial del Comercio, Comité Electrotécnico Internacional, ISO (normalización), Organización de Estados Americanos (todos los textos en español), OTAN y Consejo de Europa. Para todo lo relacionado con el G7/G8 una buena dirección es el Centro de Información G8 de la Universidad de Toronto. En cualquier caso, los directorios generales nos ofrecen largas listas con todas las organizaciones imaginables. Sirva de ejemplo la correspondiente página de Yahoo! (organizaciones internacionales).

    A los boletines oficiales de las administraciones provinciales, autonómicas y estatal españolas, así como de la europea, se puede llegar fácilmente desde Diarios y boletines oficiales de España, que tiene la ventaja de indicar en todos los casos si el acceso es gratuito o de pago. A los textos legales de otros países, y también a sus administraciones, puede llegarse, por ejemplo, a través del ya citado Hieros Gamos. Los textos de numerosas constituciones de todo el mundo, en particular, son accesibles a través del Constitution Finder.

    Libros en forma electrónica pueden obtenerse a través de varios directorios especializados, entre ellos  The On-line Books Page o Alex Catalogue, que contienen, además, enlaces que llevan a otros directorios, mientras que la Internet Public Library representa una original mezcla de directorio y biblioteca de publicaciones electrónicas. En cuanto a citas, la Universidad de Columbia ofrece las muy clásicas Bartlett Familiar Quotations, aunque siempre cabe recurrir a los motores generales para encontrarlas. También resultará de interés para muchos traductores poder consultar los títulos del ISBN, las normas de AENOR, o incluso la base de datos de Películas estrenadas en España que ofrece el Ministerio de Cultura.

    En cuestiones de lengua, hay que referirse a la Real Academia, que ofrece además una base de datos de textos en español, accesible gratuitamente para ciertas prestaciones. También puede accederse, esto ya para aspectos concretos de la lengua, al famoso servicio de Español urgente de la Agencia EFE, de manejo, por cierto, no excesivamente simple. Y para traductores literarios, una magnífica vía de iniciación a lo que la Red puede aportar es el estudio Literatura en Internet.

    Terminología

    Nos interesamos aquí por la búsqueda de equivalentes de denominaciones específicas, por contraposición a la búsqueda más inespecífica de contenidos (orientada a conocer la materia) objeto del apartado anterior relativo a la documentación. Además, y como parece lógico dado el propósito del presente documento, nos interesamos no por el trabajo sistemático propio del terminólogo profesional, sino por las búsquedas concretas, que en realidad podrán ser tanto terminológicas como de tipo lexicológico o fraseológico, que todo traductor se ve obligado a hacer en el desempeño de su trabajo (lo que algunos denominan terminología "puntual").

    Comenzaremos haciendo referencia a los equivalentes electrónicos de los glosarios y diccionarios tradicionales. Hay que empezar diciendo que existen incontables recursos de este tipo en Internet, aunque, en mi experiencia, para el tipo de consultas que pueden interesar a un traductor, y sobre todo a un traductor técnico, difícilmente sustituyen aún al diccionario clásico en papel. Su valor, por otra parte, es muy desigual, porque cualquier particular o empresa puede poner en la Red (que de alguna manera sitúa en pie de igualdad cuanto contiene) lo que le parezca, desde un glosarillo sin contrastar hasta una base de datos refinada a lo largo de muchos años, y se diría que lo primero abunda más que lo segundo. Aparece de nuevo el problema de la fiabilidad al que ya se ha hecho alusión. El traductor, que normalmente no puede permitirse tener sobre su mesa un número elevado de diccionarios especializados en papel, debe resistir la tentación de fiarse,  sin más averiguaciones y por el simple hecho de que le resulte fácil acceder a ello, de lo que encuentra en Internet.

    La mejor manera de llegar a estos recursos, como cabe imaginar, es a través de directorios especializados dedicados a ofrecernos listas de enlaces a diccionarios y glosarios (listas que también suelen figurar en los directorios de interés para el traductor que se han citado anteriormente). Existen no pocas referencias de este tipo, más o menos exhaustivas, pero aquí nos limitaremos a mencionar A web of On-line Dictionaries, que ofrece una buena visión de conjunto. Una idea un tanto distinta es la que representa OneLook Dictionaries, ya que permite consultar simultáneamente un conjunto de diccionarios generales y especializados. Intentaremos, no obstante, en lo que sigue, distinguir entre diccionarios generales de una lengua y diccionarios especializados.

    Diccionarios generales

    En este apartado una buena referencia es Word Online de la universidad finlandesa de Vaasa, donde se encontrarán enlaces a diccionarios incontables y de las lenguas más exóticas.

    Como diccionarios de la lengua inglesa, Merriam-Webster ofrece un WWWebster Dictionary, y la Universidad del Rur en Bochum el Collins Cobuild Student Dictionary. Cambridge University Press ofrece diccionarios de la lengua y otros varios desde Cambridge International Dictionaries. Una referencia un poquito más vanguardista es la del proyecto WordNet de Princeton, que ofrece algo más que la mera consulta de palabras. Y otro sitio muy frecuentado es la Hypertext Webster Gateway, con la peculiaridad de convertir en hiperenlace todas las palabras que definen la palabra buscada. En español, Anaya facilita Diccionarios (incluye Vox) tanto de la lengua española como inglés-español. También la Real Academia ofrece su Diccionario de Autoridades y Diccionario Usual. No obstante, hay que reconocer que, visto lo que ofrecen estos diccionarios en línea y dado que todo traductor dispone normalmente de buenos diccionarios en papel (o eventualmente en CD-ROM), el recurso a ellos será muy ocasional o responderá a necesidades muy particulares.

    Una obra de referencia legendaria que puede consultarse ya en línea (aunque no en una versión reciente) es The Dictionary of Phrase and Fable de E. C. Brewer. Y sobre neologismos en lengua inglesa, tiene interés The Word Spy.

    Diccionarios especializados

    Un interesante directorio de enlaces a diccionarios especializados es el que hace pareja con el antes mencionado para diccionarios generales, a saber, Term Online, de Vaasa. No cabe duda de que, al menos en lengua inglesa, podrán encontrarse glosarios de casi cualquier especialidad.

    Sin embargo, si lo que buscamos es terminología multilingüe fiable, parece indiscutible que lo mejor es consultar las bases de datos terminológicas asociadas a organismos internacionales, como las siguientes:
     

    UIT para telecomunicaciones OMS para temas de salud FAO para temas agrarios
    OIT para el mundo del trabajo OEA para comercio exterior  

    O tesauros como los siguientes:
     

     Macrotesauro OCDE  Tesauro UNESCO  Agrovoc de la FAO

    Imposible pasar por alto la base de datos terminológica Eurodicautom de la Comisión Europea. Su punto fuerte es el gran número de términos que incluye, unido a su carácter multilingüe y multitemático. En cuanto a su contenido, hay que tener muy en cuenta que sus términos proceden en realidad de fuentes dispares, por lo que es siempre conveniente solicitar la presentación en pantalla de la referencia de un término y juzgar su fiabilidad por la confianza que ésta nos inspire (o por la experiencia que se vaya acumulando en su consulta). Independientemente de Eurodicautom, puede accederse por Internet a la base de datos terminológica TIS del Consejo Europeo. La empresa Trados ofrece varios diccionarios construidos con su producto MultiTerm en esta dirección. Entre ellos figuran Euterpe, del Parlamento Europeo, y la terminología postal de la UPU.

    Entre los diccionarios especializados no pertenecientes a grandes organizaciones que contienen términos en inglés y español y parecen presentar un mínimo de interés cabría citar:
     

    Diccionario textil Industria láctea Semillas oleaginosas
    Diccionario de aves Diccionario del caballo Nombres de peces
    Léxico inmobiliario Tesauro de astronomía Diccionario de Cine Online
    Glosario multilingüe de términos médicos Bosques Ciberléxico comparativo
    Ciberglosario (en realidad, diccionario inglés-español de informática y comunicaciones) Glosario panlatino de informática (unos centenares de términos básicos)  

    Alguna cosilla más puede encontrarse en la página de Glosarios que ofrecen en interpNET, "sitio para intérpretes de conferencias". Conviene insistir una vez más en que el traductor debe mostrarse cauto en relación con la fiabilidad de todos estos diccionarios privados o de empresa.

    Para terminar este apartado citaremos una idea novedosa, la que propone Wordbot, que pretende representar un sistema de referencia total en la Red y trabaja convirtiendo todas las palabras de un texto leído a través del robot en un enlace al diccionario que se elija (de entre los disponibles).

    Uso de motores de búsqueda

    Los motores tienen también aplicaciones obvias como herramientas de búsqueda terminológica. Especialmente interesante es el caso en que está bien delimitado el campo terminológico objeto de interés y existe una gran organización internacional que se ocupa de él (sirvan de ejemplo el Banco Mundial o la OMC en el caso de la economía). Lo habitual es que en las páginas de esa organización se pueda encontrar un elevado número de documentos en versión tanto inglesa como española, con lo cual será posible buscar primero documentos en inglés que contengan los términos que interesan con la herramienta site search y consultar a continuación los mismos documentos en español, para conocer de esta manera tanto su traducción como el contexto en que se emplean.

    En el caso más general, los motores pueden servir en primer lugar para detectar recursos terminológicos que acaso no figuren en los correspondientes directorios especializados, y muy en particular recursos en español, por regla general peor representados en ellos. La técnica consiste en efectuar búsquedas que reúnan palabras como "glosario", "diccionario", "vocabulario" u otras de este estilo con el término que describe nuestro campo de interés. Así por ejemplo, la búsqueda en AltaVista de "title:(vocabulario or glosario or diccionario) and title:bolsa" nos lleva directamente a varios glosarios de bolsa en español. La ventaja de este método reside en su rapidez y su desventaja principal en la falta de garantías de exhaustividad, ya que puede haber más páginas del tipo buscado que no se detecten por diversas causas (examínense a título de ejemplo el Glosario de términos del Consejo Superior de Informática o el Diccionario de televisión digital contenido en las páginas de Vía Digital y se podrá comprobar que son prácticamente indetectables con estas técnicas). Si la búsqueda en el título falla, siempre se puede intentar en el documento entero, de preferencia con el operador NEAR.

    Pero también pueden dar resultados satisfactorios en algunos casos las búsquedas con los motores de uso general no ya de recursos terminológicos, con la esperanza de encontrar en ellos determinado término, sino del mismo término en la totalidad de la Red. Lo ilustraremos a continuación con un par de ejemplos. Un primer caso puede ser el uso de un motor para averiguar el significado de un término, palabra o expresión. Supongamos que en un original inglés encontramos in silico, término referido a un tipo de experimentación en un campo científico que dicho original no define con precisión. Entramos en AltaVista e introducimos en el recuadro de su buscador la expresión "in silico". Nos aparecen cientos de referencias, pero en seguida comprendemos que el término se emplea en las aplicaciones de la informática en biología. Existe una revista llamada "In Silico Biology", los títulos de cuyos artículos hojeamos, convenciéndonos enseguida de que el término se ha formado con arreglo al mismo modelo que ha dado en estas ciencias términos como in vivo, in vitro, etc., y que al traducir al español lo más lógico es que quede inalterado. Para comprobarlo, realizamos una segunda búsqueda seleccionando documentos sólo en lengua española, y en efecto aparecen varios, referidos a bioquímica, bioinformática, etc., que contienen el término in silico. Naturalmente, el método tiene sus limitaciones. Si, por ejemplo, existe otro término más habitual en español para designar este concepto, por este procedimiento no podremos detectarlo, salvo que aparezca casualmente en alguna de las referencias encontradas.

    Veamos ahora otra posible aplicación. Supongamos que tenemos que traducir al español el término digital signal processing. Nuestros diccionarios especializados en papel nos ofrecen distintas soluciones, vacilando en general entre variantes de "procesamiento de señales digitales" y de "procesamiento digital de señales". Consultamos ambas opciones en AltaVista indicando lengua española y encontramos del orden de 50 referencias para la primera alternativa y del orden de 500 para la segunda. Parece claro, por tanto, cuál es el uso real. No obstante, a la hora de hacer estos recuentos es necesario tener presente una cosa. Cuando se decide poner en la Red un documento, éste puede organizarse de varias maneras. En particular, puede estar constituido por un conjunto de archivos físicos y, si esto es así, cada uno de ellos tendrá un URL diferente. Si ocurre que la palabra clave con la que el motor efectúa su búsqueda se encuentra en varios de esos archivos, contarán como referencias diferentes, aunque en realidad se trate, por así decirlo, de una misma referencia lógica. Conviene manejar con tiento, por consiguiente, el número de referencias encontradas que anuncian los motores. Además, ya se ha visto que cada motor tiene sus peculiaridades a la hora de presentar la información: HotBot o Northern Light, por ejemplo, agrupan las referencias por sitio, mientras que Infoseek y AltaVista permiten hacerlo como opción.

    Se ha mencionado ya el problema del exceso de referencias que a menudo proporcionan los motores de búsqueda, problema que se agrava cuando las palabras clave utilizadas son polisémicas. Cuando se desea deslindar un uso concreto de una palabra en determinados contextos, o en determinado campo de especialización, algunos motores ofrecen la posibilidad de refinar la búsqueda que se acaba de efectuar (con técnicas distintas de la mera adición de nuevos elementos de búsqueda con auxilio de operadores booleanos, que sería la solución general aplicable en la mayoría de ellos).

    • Son pocos los motores que ofrecen directamente la posibilidad de efectuar una nueva búsqueda restringida entre los resultados de la búsqueda anterior. Figuran entre ellos Infoseek y Hotbot.
    • Excite y Fast permiten restringir la búsqueda especificando otras palabras o expresiones que el documento should contain o must contain. La opción sort by de la advanced search de AltaVista responde a una filosofía parecida. De hecho, importa saber que, mientras que en la búsqueda main de este motor los resultados aparecen por un orden de relevancia determinado por sus algoritmos internos, en la advanced el usuario debe utilizar el recuadro sort by para orientar el modo de presentación, y si lo deja en blanco dicha presentación es aleatoria. Así pues, si se usa advanced search conviene poner siempre algo en el recuadro sort by, en última instancia las mismas palabras clave que en el recuadro de búsqueda.
    • Otro sistema, relativamente rudimentario, es el de las expresiones relacionadas. Lo ofrecen motores como Infoseek y AltaVista (main search). Ilustremos con un ejemplo la utilidad que esto puede tener. Imaginemos que buscamos ejemplos de uso del término inglés bonding en el contexto de las telecomunicaciones (se utiliza también en otros ámbitos científicos, como odontología, química, ciencia de materiales, etc.). Al hacer la búsqueda con alguno de los motores citados, y aparte de las referencias, se nos proponen directamente algunas combinaciones de bonding con otro término. Entre ellas figura p. ej. modem bonding, que muy probablemente nos llevará a la información buscada.
    • Northern Light, como ya se mencionó, propone un sistema particular: agrupa los resultados en "carpetas" y permite seleccionar las referencias que se encuentran solo dentro de una de ellas. Al hacer esta operación, estas referencias quedan agrupadas a su vez en subcarpetas, y así sucesivamente. Valga otro ejemplo. Supongamos que deseamos ahora saber si se utiliza en español el préstamo bonding en el área de las telecomunicaciones y, en su caso, si se traduce de alguna manera. Si buscamos en Northern Light bonding seleccionando lengua española, obtenemos más de 200 referencias y una serie de carpetas denominadas, p. ej., modems, dentistry, chemistry, etc. que nos permitirán asimismo llegar de inmediato a la información buscada.

    En cualquier caso, conviene concluir este apartado insistiendo una vez más en que probablemente el traductor solo podrá utilizar los motores de búsqueda como herramienta terminológica en un número limitado de aplicaciones semejantes a las que se acaban de ilustrar (confirmar una hipótesis, comprobar la frecuencia de una solución de traducción o hacerse una idea más cabal del significado de un término a través de su definición o unos cuantos ejemplos de uso) y en que siempre es obligada la cautela e imprescindible una cuidadosa reflexión sobre el valor y significado de las conclusiones que se extraigan.

    Colaboración

    Nos referimos aquí a la posibilidad de entrar en contacto con otros traductores para recibir noticias, intercambiar opiniones, pedir ayuda (o prestarla), etc. Sin desdeñar las posibilidades de los servicios de charla (comunicación interactiva entre varios usuarios en tiempo real que se desarrolla, pese a su nombre, por escrito), como el ofrecido en Spanish-Translation, parece que por el momento las dos herramientas más importantes con que se cuenta en este terreno son los foros de debate y las listas de distribución.

    Foros de debate

    Existen miles de foros de debate o grupos de discusión (newsgroups), por regla general de carácter temático, o en ocasiones geográfico, a los que cualquiera puede suscribirse (siempre que su proveedor de servicios le ofrezca el acceso). Su conjunto constituye una especie de tablón de anuncios mundial. Se puede participar en el debate remitiendo artículos al foro y leyendo los que otros envían, sea a través del componente news del navegador, sea a través de un programa especializado en estos menesteres. Es un servicio que ofrece la red Usenet (aunque no todos los foros están en Usenet). Naturalmente, entre los artículos enviados a un foro se encuentra de todo, desde lo más estúpido a lo más interesante. La utilidad de este servicio para el traductor reside en que permite formular preguntas a las que cualquiera de los miembros del conjunto de profesionales participantes en el foro puede dar una respuesta más o menos inmediata. La desventaja es que puede no haber respuesta y, cuando la hay, difícilmente se conoce su fiabilidad. En algunos casos, los foros están moderados, es decir, alguien se encarga de velar por que prevalezcan las buenas maneras.

    A grandes rasgos, hay tres grupos principales de foros: a) el llamado mainstream, que incluye los grandes temas y cuyos foros tienen denominaciones que comienzan básicamente por comp., humanities., news., misc., rec., sci., soc. y talk. (y algún otro más), según la jerarquía de que se trate, b) el grupo alternativo, cuyos foros comienzan por alt. (y otras muchas cosas), y c) los foros llamados regionales, que comienzan por un código de país, como es. en el caso de España, y que son poco menos que los únicos en que se utilizan ampliamente lenguas distintas del inglés.

    Para conocer los foros existentes puede consultarse, por ejemplo, el directorio que ofrece Deja.com. Dos foros de interés para el traductor pueden ser sci.lang.translation, creado en diciembre de 1994 y descrito en su archivo FAQ (preguntas más frecuentes), y, para los traductores al español, alt.language.spanish, de historia más reciente. La ya citada universidad de Vaasa mantiene un foro sobre terminología: Looking for words and terms. Si lo que se pretende es sobre todo consultar el archivo de artículos o efectuar búsquedas en su texto, lo más fácil es hacerlo desde un buscador. Para conocer los foros de es. puede consultarse esta lista de la Red Iris. Por el momento, no hay nada sobre traducción, aunque sí sobre numerosas especialidades que pueden interesar al traductor. El Instituto Cervantes ofrece asimismo varios foros, entre otros uno dedicado a la lengua española de hoy y de mañana y otro a las tecnologías de la información y las comunicaciones.

    Listas de distribución

    Las listas de distribución (mailing lists) representan otro medio de establecer relaciones de colaboración a través de la Red. Estas listas se constituyen normalmente con un interés temático concreto.  Aquí todas las transacciones se efectúan a través del correo electrónico, y no a través del news del navegador, como sucedía en el caso de los foros. Por este medio se suscriben a la lista los interesados, envían los suscriptores mensajes a la lista y reciben estos mensajes todos los demás suscriptores. Existen actualmente miles de estas listas, algunas de las cuales, como hemos visto que ocurría en los foros, cuentan con un moderador.

    Para conocerlas puede utilizarse Liszt. Sobre asuntos lingüísticos y de traducción, tenemos LANTRA-L y Translat. El problema fundamental de este sistema es que se puede llegar a recibir un número inmanejable de mensajes, muchos de ellos irrelevantes. Conviene, en cualquier caso, consultar previamente los archivos de la lista, cosa que puede hacerse a veces desde el navegador y sin necesidad de suscribirse (por ejemplo, los archivos de LANTRA-L están aquí), y ver si realmente la cosa merece la pena. Para España, la información sobre las listas existentes y registradas la proporciona también el Servicio de listas de distribución de la Red IRIS. Desde esta dirección se puede además acceder a buscadores de listas internacionales y también al suyo propio, El Buscón. Puede verse también e-Listas. En 1998 se inauguró una lista sobre Traducción en España, y al año siguiente otra, denominada Tecnotrad, sobre las tecnologías que sirven de apoyo a la traducción. Entre las en torno a 400 listas registradas existen dos sobre lingüística y otra sobre problemas de español (se trata de Apuntes, la lista que alberga la Agencia EFE), aparte, como es lógico, de numerosas listas de disciplinas especializadas.

    Una variante de estas listas la ofrece la sociedad eGroups con lo que denomina "grupos electrónicos". Según sus creadores, estos grupos ofrecen, con respecto a las listas tradicionales, las ventajas de una mayor sencillez (en consulta de archivos, recepción y envío de mensajes, etc.) y una garantía de lucha contra el spamming. Cuentan con un grupo sobre traducción inglés-español y, tras su reciente fusión con ONElist, con GlossPost sobre glosarios en Internet. Existe asimismo otro grupo denominado Eureka sobre el uso de AltaVista en terminología. Aunque tiene poco movimiento, las páginas escritas por su moderador contienen bastante información de interés.

    Conclusión

    Se ha intentado presentar una introducción a lo que Internet puede ofrecer actualmente al traductor. Como quedó señalado desde el principio, en ningún momento se ha pretendido proporcionar una información exhaustiva, cosa de todos modos imposible dado el volumen de los recursos presentes en la Red. Corresponde en última instancia a cada traductor decidir cuáles son las direcciones que tienen interés para él. Precisamente a tal efecto ofrecen los navegadores la posibilidad de establecer listas de bookmarks, los denominados marcadores o favoritos, opción a la que el presente documento no pretende en modo alguno sustituir. Pero, además, es imprescindible tener en cuenta que toda la información que pueda darse sobre Internet comienza a envejecer desde el mismo momento en que se consigna, lógico fruto del dinamismo característico de esta red de redes. A cada cual, por lo tanto, completar y actualizar el boceto contenido en este documento en la medida de sus necesidades.

    Es arriesgado pronosticar cuál será la evolución de Internet en los próximos años. Existe en informática una larga tradición de predicciones fallidas. Sin duda constituye ya hoy una herramienta de la que el traductor difícilmente puede prescindir, y cabe esperar que la tendencia se acelere y que Internet llegue a erigirse con el tiempo en el instrumento de trabajo principal, por no decir único, del traductor. Pese a ello, querría concluir reiterando mi opinión de que los recursos clásicos no pueden, ni hoy por hoy ni en el futuro más inmediato, ser íntegramente sustituidos por la Red. Motivo por el cual podríamos terminar este documento con la misma frase que cierra el estudio pionero (1996) de A. Alanen The Translator and the Current Services of the Internet: It seems that right now, from a translator's point of view, the Internet is fine and it's fun but it could be better.
     



     
     
     
      Remigio Gómez
    remigio.gomez@ec.europa.eu
    Última actualización: 24 de marzo de 2000

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