Sebastián de Covarrubias escribió que pintaban a Cibeles con "un atambor redondo, que significaba la redondez del orbe". En vano buscaremos la palabra "globo" en su Tesoro de la Lengua Castellana (1611). Encontraremos, en cambio además de "orbe", "universo", "planeta", "tierra", "mundo", "esfera", "bola" y "pelota". "Globo", con el sentido de "bola" y "esfera", es un préstamo renacentista de la palabra latina globus. Los etimólogos franceses registran globe de la terre a mediados del siglo XVI y globe terrestre a principios del XVII. Según Joan Corominas, todavía a finales del siglo XVIII algunos autores españoles consideraban "con razón [...] que es afrancesado decir el globo por el globo terráqueo" (Diccionario Crítico Etimológico), aunque ya lo utiliza Cervantes (1615): "[...] de trecientos y sesenta grados que contiene el globo, [...] la mitad habremos caminado" (Quijote, II, 29). Sea como fuere, ahora tenemos, junto a "esfera terráquea" o "esfera terrestre", "globo terráqueo" o "globo terrestre"; y la segunda acepción de "globo", a secas, en el DRAE (1992) es precisamente "Tierra, planeta que habitamos". También se fueron abriendo camino otras voces derivadas de la anterior. El verbo "englobar" aparece por primera vez en el DRAE en 1884; el Diccionario de Autoridades ya había recogido anteriormente (1732) el adjetivo "globoso", que ha pervivido con el mismo sentido hasta la última edición del DRAE. El adjetivo "global", por el contrario, parecía el pariente pobre de la familia. La Enciclopedia Espasa-Calpe, por ejemplo, lo incluía en su edición de 1925, con el sentido de "general" y "total", pero añadía con desdén: "es un neologismo que no tiene razón de ser". Según María Moliner (1966), "global" significa "en conjunto o de conjunto: no desglosado en partes, partidas, etc." y ofrece como ejemplos de su uso "una visión global de la cuestión" y "el precio global del viaje". De acuerdo con la misma autora, el adverbio "globalmente" significa "de manera global", "en globo", locución adverbial que no quiere decir "en aeróstato", como alguien podría suponer, sino "en conjunto, alzadamente, sin detallar", tal como nos aclara el DRAE.
Es mejor no imaginar qué pensaría Doña María si levantara la cabeza y leyera la siguiente traducción extraída de uno de nuestros documentos:
"[...] los miembros del G-7 han declarado que las empresas pequeñas y medianas son los cimientos de la actividad económica y la clave de la innovación y de la creación de puestos de trabajo, pero han observado que las oportunidades comerciales para las PYME en el mercado global están limitadas por una serie de factores, entre ellos la dificultad de acceder a la información adecuada y para integrarse en el comercio global. En consecuencia, uno de los proyectos lanzados por los miembros del G-7 es "Un mercado global para las PYME", cuyo objetivo general es facilitar a las PYME una mayor competitividad y participación en el comercio global por medio de la explotación de las oportunidades que ofrece el desarrollo de la Sociedad Global de la Información." [TRADUCCIÓN]
"[...] the G-7 members noted that small and medium-size enterprises (SMEs) are the foundation of economic activity and the key to innovation and job creation, but observed that business opportunities for SMEs in the global marketplace are limited by a variety of factors, including difficulties in accessing appropriate information and integrating themselves in global trade. Consequently, the G-7 members launched as one of the projects "A Global Marketplace for SMEs", whose overall objective is to facilitate increased competitiveness and participation in global trade for SMEs by exploiting the opportunities offered by the development of the Global Information Society." [ORIGINAL]
Parece que, en inglés, el préstamo globe, tomado del latín a través del francés, prosperó más rápidamente que en español. El Oxford English Dictionary (OED) sitúa en 1553 la siguiente frase: "The hole globe of the world hath been sayled aboute". Hay muchas referencias parecidas en los siglos XVII y XVIII. Es interesante observar que también el adjetivo global fue asumido más generosamente por los hablantes ingleses y, como mínimo desde finales del siglo XIX, no tiene sólo el sentido equivalente a la definición de María Moliner (pertaining to or embracing the totality of a number of items, categories, etc.; comprehensive, all-inclusive, unified, total), sino que significa también "mundial", "universal" (pertaining to or envolving the whole world; world-wide; universal): "[...] his interests are as wide as the universe; his ambition [...] is to be global" (1892, OED). Pero, con este sentido, dicho adjetivo no se generalizó en los textos ingleses hasta después de la II Guerra Mundial, que, por cierto, no recibió todavía el nombre de Global War II, aunque en los documentos militares redactados durante el conflicto bélico ya proliferan los términos global warfare y global war: "In this global war they [maps] are vital to airmen" (1943, OED).
Hasta la década de los setenta, la segunda acepción de global hizo fortuna sobre todo como término político y militar; era la época en que la Unión Soviética representaba un global challenge y el Pentágono diseñaba global bombers, bombarderos gigantes con un radio de acción planetario. La dimensión sociológica del concepto y, al mismo tiempo, su penetración en el castellano sin duda con la colaboración de los traductores, dicho sea de paso se deben al profesor canadiense Marshall McLuhan, que popularizó en los años sesenta y setenta el término global village, especialmente con la obra War and Peace in the Global Village (1968), aunque ya aparece por primera vez en otro de sus ensayos publicado en 1960. Los franceses, mucho más atentos que nosotros a las incursiones del inglés en su lengua aunque con resultados más bien magros, todo hay que decirlo, le dieron, con buen criterio, un título (Guerre et paix dans le village planétaire) que consagró definitivamente la traducción del término: "Le monde est en train de devenir un 'village planétaire', l´économie mondiale un gigantesque réseau unique" (Le Monde, 9/10-2-1997). En su prurito por mantener la pureza de la lengua, algunos traductores y terminólogos hacen loables esfuerzos por instruir a los incautos colegas que titubean ante el masivo bombardeo de anglicismos. Así, la base terminológica EURODICAUTOM, después de presentar "mondial", "planétaire", "à l'échelle mondiale" y "à l'échelle planétaire" como traducciones correctas de global, advierte que "en français, employer le terme 'global' pour désigner la terre entière constitue un anglicisme. En effet, le terme français 'global' signifie pris dans son entier, dans sa totalité et non, spécifiquement, relatif au globe terrestre". En España, entretanto, arraigaba la famosa "aldea global", que no sólo ofrecía una nueva visión del mundo, sino que era el germen de la mutación semántica del adjetivo y el adverbio tradicionales, con un resultado bastante confuso y empobrecedor, como demuestra la anterior traducción.
En los años ochenta, de la mano del voluminoso informe The Global 2000 Report to the President (Washington, 1980), dirigido al presidente Carter, le tocó el turno al medio ambiente y se pusieron de moda términos como global environment, global climate, global emission, global warming, global greenhouse effect y otros por el estilo. Pero correspondería a la economía y las telecomunicaciones imprimir su verdadero carácter a un fenómeno que ya intuyó McLuhan: la reducción del mundo y de toda la familia humana a una sola "tribu planetaria". Si bien el término globalization aparece ya de forma esporádica en los textos ingleses de los años sesenta, su actual contenido semántico es el resultado de una conjunción de fenómenos mucho más recientes. El desarrollo de la economía mundial (world economy, que no hay que confundir con global economy, término que designaría el último estadio de la evolución de aquélla), tal y como hoy la conocemos, tiene una larga historia, que se asocia generalmente a la expansión económica e imperial de las grandes potencias a partir del siglo XVI. En la escuela aprendimos que en el Imperio de Carlos I no se ponía nunca el Sol; y la flota de la reina Victoria no tenía otra función que velar por el pacífico discurrir de los flujos comerciales en todos los mares del planeta. El comercio mundial no es, en efecto, un invento de nuestros días. Es indiscutible que, después de la II Guerra Mundial y hasta los años ochenta, algunas multinacionales (Coca Cola, IBM, Kodak, Siemens) ya actuaban prácticamente en todo el mundo. Pero no eran todavía global corporations / global companiesen el sentido que ha adoptado el término en los últimos años. Los mercados estaban aún muy protegidos y compartimentados, los Estados nacionales mantenían una cierta soberanía económica y financiera y las multinacionales se veían obligadas a idear estrategias adaptadas a cada país por separado.
En la última década, se ha producido una transformación cualitativa de la economía mundial que se asocia, en inglés, a los términos globalization y global economy y tiene su fundamento en la conjunción de una serie de factores como la liberalización del comercio y las relaciones laborales, la libre circulación de capitales, el incremento de la velocidad del transporte, la revolución informática y de las telecomunicaciones, la movilidad de la población, el hundimiento de los sistemas de economía planificada, la creación de asociaciones económicas de dimensión continental y el desplazamiento de los centros de producción a países con bajos costes laborales. El nuevo sistema integra, con un elevado grado de interdependencia, todos los aspectos de la economía materias primas, mano de obra, transporte, financiación, distribución, mercadotecnia y dicha integración tiene un carácter planetario e instantáneo: "[...] we mean an economy that works as a unit in real time on a planetary basis" (M. Castells, "European cities, the information society, and the global economy", New Left Review, 204, 1994). En este sistema, las grandes empresas actúan de acuerdo con una estrategia mundial, segmentada como mucho en grandes regiones continentales (Europa Occidental, Europa del Este, Asia, América Latina): "[...] economic globalization now requires corporate interests to treat the world as a single entity, competing in all major markets simultaneously, rather than sequentially" (The Social Science Encyclopedia, New York, 1996). Sin conocer Internet, la CNN ni las plataformas digitales, McLuhan ya había observado en 1960, partiendo de la experiencia del teléfono, la radio y la televisión, la crucial importancia de la simultaneidad en la "aldea global": "[...] everyone knows about, and therefore participates in, everything that is happening the minute it happens. Television gives this quality of simultaneity in the global village" (Explorations in Communication, 1960 [OED]). En este nuevo mundo comprimido en los planos espacial y temporal, algunas grandes ciudades como Nueva York, Londres, Tokio y Hong Kong (global cities) son los centros neurálgicos de vastas regiones transnacionales y los pivotes que articulan la red planetaria.
Esta realidad tiene su reflejo en una profusión de términos más o menos novedosos que se añaden a los muchos acuñados en las décadas anteriores. Algunos existían ya en los años cincuenta y sesenta; lo que ha cambiado es su frecuencia de uso, que los convierte en una verdadera plaga: global trade, global business, global management, global organizations, global corporations, global players, global operations, global products, global consumers, global outlook, global presence, global HQ, global competition, global competitiveness, global strategy, global marketing, global branding, global banking, global financing, global marketplace, global partnerships, global investors, global best practices, global communications, global networks, global media, global television, global audiences, global travel, global tourists, global culture (?), global hunger (sic), global managers, globalization managers, globalization consultants, globalization architects y muchísimos más, a veces de curiosa factura, como to go global, to put the global (into), global world, globalized world y globalization of the world. Es muy difícil separar el grano de la paja, pero no puede pasar desapercibido que alguno de estos conceptos sólo tiene una relación vaga o indirecta con el fenómeno que se ha descrito más arriba. No cabe duda de que la palabra global es un comodín que interviene en la formación de muchos neologismos y expresiones de significado incierto y dudosa consistencia. En muchos casos, responde más a los dictados del esnobismo y a razones de imagen que a una sólida realidad económica o jurídica. La "globalización" es, también, un fetiche de la modernidad, como delata la siguiente frase, extraída de un anuncio de la Feria de Francfort: "Globalization is the magic word in business today" (Time, 20-1-1997). Hoy en día, cualquier gran sociedad que se precie tiene que ser "global" si no quiere que la confundan con un vetusto conglomerado de los tiempos de Breznev: "Crédit Suisse is what and where you need your bank to be. Experienced, astute, global" (publicidad en The Economist, 8-2-1997)(1).
Con todo, y teniendo en cuenta que ya es un poco tarde para retirar la carta de ciudadanía a la "aldea global" de McLuhan, habrá que dar cabida al adjetivo "global" y al sustantivo "globalización" cuando verdaderamente lo exijan el contexto, el cliente o el mismo sentido común(2). A estas alturas, sería un disparate retraducir "aldea global". Ahora bien, no hay que olvidar que, en muchos casos, el traductor cuenta con un amplio abanico de posibilidades para traducir global, globalized y globally, entre otras: "mundial", "planetario", "universal", "internacional", "transnacional", "general", "común", "sin fronteras", "con formato internacional", "de categoría mundial", "en el plano mundial", "en el plano internacional", "a escala mundial", "a escala planetaria", "mundialmente", "internacionalmente". La prudencia y el buen criterio determinarán la solución más apropiada en cada caso. (¿No es eso lo que diferencia todavía al traductor de la máquina?) A título de ejemplo, los Servicios Lingüísticos del FMI traducen global stewardship [environment] por "custodia del medio ambiente", sin más (es obvio que no se trata del medio ambiente de Marte), y global commons por "patrimonio universal", mientras que el Servicio de Idiomas de las Naciones Unidas prefiere, al parecer, "patrimonio común". Global hunger no designa probablemente la avidez y voracidad de las grandes multinacionales, sino el "hambre en el mundo", un fenómeno anterior a la "globalización", aunque hoy no del todo ajeno a ella. Y la frase "A real question mark hangs over U.S. global conduct during the next four years" (Time, 4-11-1996) ¿acaso no se refiere a "la política exterior de Estados Unidos"?
La traducción indiscriminada y sistemática de global por "global" puede crear confusión y supone un evidente empobrecimiento de la lengua.
Amadeu Solà(1) "Las tecnologías que hacen globales a las empresas" era precisamente el lema de la VI Conferencia Internacional sobre Empresa y Tecnología de la Información (CITEC 97, Madrid).(Volver al texto)
(2) Véanse, a este respecto, las contribuciones de Luis González y Antonio Torrens en puntoycoma 24, 27 y 28. En los textos españoles conviven "mundialización", "globalización" e "internacionalización" como términos equivalentes a globalization, si bien parece que se está imponiendo "globalización", probablemente debido a la presión del inglés. Los dos primeros términos pueden considerarse sinónimos. La "internacionalización" se presenta a veces como la primera fase del proceso de "globalización", en la que los flujos comerciales, financieros, de información, etc. no han generado todavía una dinámica propia a escala mundial y siguen sometidos en gran medida al control de los Estados nacionales; otros autores consideran, por el contrario, que la "globalización" constituye la última etapa del proceso de "internacionalización" (cf. Joaquín Estefanía: La nueva economía. La globalización, Madrid, 1996; Dictionnaire des sciences économiques, Armand Colin, París, 1995).(Volver al texto)