Este mes de abril, con la festividad de la Semana Santa, ha pasado a velocidad de crucero, y nos ha dejado avances en distintos ámbitos del comercio internacional dentro del contexto de la Unión Europea.
Así, hemos visto cómo la UE ha ganado ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) el caso sobre los aranceles impuestos por la India a los productos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación.
Cabe recordar que desde 2014, la India ha introducido gradualmente derechos de aduana de hasta un 20 % sobre productos como teléfonos móviles, componentes y accesorios de telefonía móvil, teléfonos de línea, estaciones de base, convertidores estáticos o cables y cables eléctricos. La UE consideró que estos derechos infringían directamente las normas de la OMC, ya que, en virtud de sus compromisos con la OMC, la India está obligada a aplicar un tipo de derecho nulo a dichos productos.
El pasado 17 de abril la OMC estimó todas las reclamaciones de la UE contra la India y consideró que los aranceles de hasta el 20 % impuestos por la India sobre determinados productos no se ajustaban a sus compromisos con la OMC y, por tanto, eran ilegales. La cuantía de las exportaciones de la UE de estas tecnologías afectadas por las violaciones por parte de la India asciende a 600 millones de euros anuales, si bien, el impacto real en las empresas europeas, que también exportan de otros países a la India, es considerablemente mayor.
Por otra parte, la Comisión ha actualizado este mes las normas de comercialización de los productos agroalimentarios para satisfacer mejor las necesidades de los consumidores y en pro de la sostenibilidad. Esta revisión afecta a productos agroalimentarios, como frutas y hortalizas, zumos y confituras de frutas, miel, aves de corral y huevos. Las revisiones propuestas deberían ayudar a los consumidores a optar con mayor conocimiento de causa por una dieta más sana y contribuir a evitar el desperdicio de alimentos.
Las propuestas incluyen normas de etiquetado del origen más claras y obligatorias para la miel, los frutos de cáscara y los frutos secos, los plátanos maduros, y las frutas y hortalizas acondicionadas, transformadas y cortadas.
Estas normas de comercialización no afectarán a las frutas y hortalizas «feas» (con defectos externos, pero aptas para el consumo local o directo) vendidas a nivel local y directamente por los productores, como tampoco lo harña a los productos destinados a la donación. Entre otras medidas, además pasarán a poder utilizarse los paneles solares en zonas al aire libre para sistemas de producción campera de huevos.
Las normas de comercialización de la UE están pensadas para garantizar que la calidad del producto se mantenga alta, que los consumidores estén protegidos y que las normas sean coherentes en el mercado de la UE. También facilitan el comercio con terceros países, ya que son coherentes con las normas existentes a escala internacional desde la década de 1950.
En otro orden de cosas, abril ha sido el mes en el que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y del presidente francés, Emmanuele Macron, han visitado China. A su vuelta, ante el pleno del Parlamento Europeo, la presidenta avanzó las líneas maestras de cómo debe actualizarse la estrategia de la política europea en China ante el viraje de este país hacia una nueva era de "seguridad y control", muy alejada de la lógica de los mercados abiertos y el libre comercio.
“Así como China ha ido aumentando su postura militar, también ha incrementado su política de coerción económica y comercial, como hemos visto desde Lituania hasta Australia y apuntando a todo, desde bandas de pop hasta marcas comerciales”, señalaba Von der Leyen al respecto. Ante esta deriva de los acontecimientos, la presidenta de la CE apostó por mantener los lazos económicos, sociales, políticos y científicos con China.
“La mayor parte de nuestro comercio de bienes y servicios sigue siendo de beneficio mutuo, pero existe una necesidad urgente de reequilibrar nuestra relación sobre la base de la transparencia, la previsibilidad y la reciprocidad. Lo que queremos es que China respete la igualdad de condiciones en lo que respecta al acceso de nuestras empresas al mercado chino, que respete la transparencia sobre los subsidios, que respete la propiedad intelectual”.
“Y más allá de esto, --añadió-- también sabemos que hay algunas áreas donde el comercio y la inversión representan riesgos para nuestra seguridad económica y nacional, particularmente en el contexto de la fusión explícita de China de sus sectores militar y comercial”. En este sentido, adelantó que la CE trabaja ya en una nueva Estrategia de Seguridad Económica, que se presentará en los próximos meses.
Por último, cerramos el mes con la propuesta presentada por la Comisión Europea en materia de propiedad intelectual. Esta iniciativa incluye nuevas normas para ayudar a las empresas, especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pyme), a aprovechar al máximo sus invenciones, aprovechar las nuevas tecnologías y contribuir a la competitividad y la soberanía tecnológica de la UE.
El Reglamento propuesto sobre patentes esenciales estándar, la concesión de licencias obligatorias de patentes en situaciones de crisis y la revisión de la legislación sobre certificados de protección complementarios crearán, de este modo, un marco de derechos de propiedad intelectual más transparente, eficaz y preparado para el futuro.
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