Este mes de febrero hemos visto cómo la economía europea está demostrando su resiliencia frente a las dificultades actuales, hasta el punto de que conseguirá evitar la recesión, aunque persisten las dificultades. De acuerdo con las previsiones provisionales de invierno se elevan las perspectivas de crecimiento para este año al 0,8 % en la UE y al 0,9 % en la zona del euro, y se prevé que ambas zonas escapen por poco a la recesión técnica prevista para el cambio de año.
Además, las previsiones también reducen ligeramente las previsiones de inflación para 2023 y 2024. La diversificación continua de las fuentes de suministro y una fuerte caída del consumo se han traducido en niveles de almacenamiento de gas por encima de la media estacional de los últimos años, y los precios mayoristas del gas han caído muy por debajo de los niveles anteriores a la guerra.
No obstante, los consumidores y las empresas siguen sufriendo los elevados costes de la energía, mientras la inflación subyacente (con exclusión de la energía y los alimentos no elaborados) ha seguido aumentando en enero, lo que ha deteriorado aún más el poder adquisitivo de los hogares.
Las previsiones de inflación se han revisado ligeramente a la baja en comparación con las del otoño, debido principalmente a la evolución del mercado de la energía. Se prevé que la inflación global disminuya del 9,2 % en 2022 al 6,4 % en 2023 y al 2,8 % en 2024 en la UE.
De este modo, como persisten las presiones inflacionistas, se prevé que continúe el endurecimiento de la política monetaria, lo que pesará sobre la actividad empresarial y supondrá un lastre para la inversión.
En el caso de España, la CE ha revisado 4 décimas al alza su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) español para 2023, hasta el 1,4 %, y ha recortado su proyección de inflación para este ejercicio al 4,4 %, cuatro décimas por debajo de lo anticipado en sus últimas previsiones.
Por otra parte, y coincidiendo con el primer año de la brutal guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, la Comisión Europea ha vuelto a demostrar su solidaridad con propuestas como la renovación, por otro año, de las medidas comerciales autónomas, es decir, la suspensión de los derechos de importación, los contingentes y las medidas de defensa comercial aplicables a las exportaciones ucranianas a la Unión Europea.
Estas medidas, junto con los corredores de solidaridad, han garantizado que los flujos comerciales desde Ucrania a la UE hayan mantenido una notable estabilidad en 2022 pese a las perturbaciones causadas por la guerra y frente a la fuerte tendencia general a la baja del comercio global de Ucrania.
Por otra parte, este mes ha contado con la presentación de grandes hitos de futuro para la Comisión Europea, como la del llamado Plan Industrial del Pacto Verde, destinado a mejorar la competitividad de la industria europea con cero emisiones netas y a impulsar la rápida transición hacia la neutralidad climática. El objetivo de este Plan es crear un entorno más propicio para la producción en la UE de tecnologías y productos necesarios para cumplir los ambiciosos objetivos climáticos de Europa.
Dicho Plan se basa en iniciativas anteriores y aprovecha los puntos fuertes del mercado único de la UE, complementando los esfuerzos que se están haciendo en el marco del Pacto Verde Europeo y de REPowerEU. Para ello, se apoya en los cuatro pilares siguientes: un marco regulador previsible y simplificado, un acceso acelerado a la financiación, una mejora de las capacidades y un comercio abierto para unas cadenas de suministro resilientes.
Este último punto se basa en la cooperación mundial y en hacer que el comercio funcione para la transición ecológica, con arreglo a los principios de competencia leal y comercio abierto, partiendo de los compromisos con los socios de la UE y la labor de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Así, la Comisión seguirá desarrollando la red de acuerdos de libre comercio de la UE y otras formas de cooperación con los socios, a fin de apoyar la transición ecológica.
De igual modo, estudiará la creación de un Club de Materias Primas Fundamentales que reúna a los ‘consumidores’ de materias primas y a los países ricos en recursos, para garantizar la seguridad mundial del suministro por medio de una base industrial competitiva y diversificada, así como de asociaciones industriales de tecnologías limpias y con cero emisiones netas.
La Comisión también protegerá el mercado único frente al comercio desleal en el sector de las tecnologías limpias y utilizará los instrumentos con los que cuenta para asegurarse de que las subvenciones extranjeras no distorsionen la competencia en dicho mercado, también en el sector de las tecnologías limpias.
Por otra parte, cabe destacar que la CE ha impuesto medidas antidumping definitivas sobre las importaciones de baldosas de cerámica procedentes de la India y de Turquía por 5 años. Estas medidas defenderán a los productores de la Unión restableciendo la competencia leal entre las baldosas importadas y las producidas en la UE. Esta resolución es de gran importancia para el azulejo español, y en especial para el de la provincia de Castellón, ya que India y Turquía cada vez producen y exportan más y sobre todo, no sufren los altos costes del gas de Europa.
Así mismo, la UE y Singapur han intensificado este mes de febrero su estrecha colaboración, en una nueva alianza que intensificará la cooperación entre ambas partes en materia de tecnología digital y de comercio digital. Los principios que rigen la relación con el país del sudeste asiático a partir de ahora estarán encaminados a facilitar la libre circulación de bienes y servicios en la economía digital y en el respecto de la privacidad.
Ambas partes han acordado colaborar en ámbitos fundamentales como los semiconductores, los flujos de datos fiables y la innovación de datos, la confianza digital, los estándares, la facilitación del comercio digital, las competencias digitales de los trabajadores y la transformación digital de las empresas y los servicios públicos.
Entre otros aspectos, esta nueva asociación también facilitará el comercio digital, por ejemplo, mediante la colaboración en proyectos conjuntos como los negocios sin papeles, la facturación electrónica, los pagos electrónicos y el marco de las transacciones electrónicas.
En términos similares han avanzado la UE y la India en su relación como socios estratégicos, mediante la creación de un nuevo Consejo de Comercio y Tecnología (CCT) que ayudará a intensificar el diálogo estratégico en materia de comercio y tecnología entre ambos socios. Uno de los tres grupos de trabajo de este órgano girará alrededor del comercio, la inversión y las cadenas de valor resilientes.
En concreto, trabajará en la resiliencia de las cadenas de suministro y en el acceso a componentes, energía y materias primas cruciales. También se esforzará por superar los obstáculos al comercio detectados y las dificultades del comercio mundial mediante el fomento de la cooperación en los foros multilaterales, al tiempo que apostará por la promoción de estándares internacionales y la cooperación para hacer frente a los retos geopolíticos mundiales.
El 17 de febrero, la Comisión ha dado un gran paso hacia la ratificación del acuerdo comercial entre la UE y Nueva Zelanda, al haberlo enviado al Consejo para su firma. Con este acuerdo, la Comisión pretende aportar grandes beneficios a la UE: un aumento del 30% en el comercio bilateral, con un crecimiento potencial de las exportaciones anuales de la UE de los 4.500 millones de euros. A su vez, las inversiones de la UE en Nueva Zelanda pueden crecer hasta un 80 %, mientras se reduce en unos 140 millones de euros anuales los derechos que abonan las empresas de la UE a partir del primer año de aplicación.
Así mismo, en las últimas semanas hemos sido testigo del devastador terremoto de magnitud 7,8 registrado en Siria y Turquía, ante el cual la Unión Europea ha desplegado su ayuda con una de sus mayores operaciones de búsqueda y salvamento a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE.
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