Tintes para el cabello, juguetes, filtros solares que contienen nanomateriales... Fluoruro en el agua potable, mercurio en las bombillas de bajo consumo, plomo en la bisutería... Luz artificial, biocidas, teléfonos móviles... ¿Alguna vez le han preocupado los efectos que cualquiera de ellos pudiera tener en la salud?
En eso precisamente consiste la labor de los tres Comités Científicos de la Comisión Europea, en evaluar si estas preocupaciones sobre sus posibles efectos para la salud están fundadas. Gestionados por la Dirección General de Salud y Consumidores, los Comités Científicos proporcionan a la Comisión la base científica que necesita para formular políticas basadas en datos objetivos. Desde 1978 han adoptado cerca de 1.000 dictámenes científicos, la mayoría de los cuales ha servido de base para reglamentos que garantizan un alto nivel de protección para todos los ciudadanos de la UE y el medio ambiente.
El Comité Científico de Seguridad de los Consumidores (CCSC), el Comité Científico de los Riesgos Sanitarios y Medioambientales (CCRSM) y el Comité Científico de los Riesgos Sanitarios Emergentes y Recientemente Identificados (CCRSERI) están centrados en los productos de consumo, los riesgos medioambientales y los riesgos emergentes, respectivamente. La labor de los Comités se basa en tres principios fundamentales: la excelencia de expertos y datos científicos, la transparencia del proceso de evaluación científica y la independencia de sus miembros.
Los Comités Científicos revisan y evalúan los datos pertinentes de que se dispone para extraer conclusiones y evaluar posibles riesgos. La mayoría de las veces consultan al público sobre sus conclusiones preliminares. El actual mandato de los tres Comités expira en febrero de 2012. De ahí que la Comisión haya publicado una convocatoria de manifestaciones de interés e invita a los científicos eminentes a presentarse.
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