La producción y el comercio de medicamentos falsificados son una importante amenaza para la salud pública. El concepto de “falsificado” no tiene aquí la misma amplitud que cuando se trata de cuestiones de derechos de propiedad intelectual.
La falsificación de medicamentos es un negocio ilegal creciente a escala mundial. Entre 2006 y 2009, el número de medicinas falsas incautadas en las fronteras de la UE (excluidas las correspondientes a violaciones de patentes) se triplicó, alcanzando los 7,5 millones de unidades.
Normalmente el problema se circunscribía a los medicamentos llamados “de estilo de vida”. Pero ahora mismo se falsifican cada vez más los medicamentos innovadores e indispensables (contra enfermedades cardiacas por ejemplo) y están abriéndose camino incluso en la cadena de suministro legal de la UE. Es decir, el comercio de medicinas falsificadas no se limita ya a canales del tipo de la venta ilegal por Internet.
El 16 de febrero el Parlamento Europeo aprobó una disposición contra los medicamentos falsificados que introduce medidas de seguridad y control armonizadas y paneuropeas. Estas medidas permitirán identificar fácilmente los medicamentos falsificados y efectuar comprobaciones y controles más estrictos dentro de la UE y en sus fronteras.
Consisten en:
- dispositivos de seguridad obligatorios en el envoltorio exterior de los medicamentos
- requisitos más estrictos de control e inspección de los fabricantes de sustancias activas farmacéuticas
- requisitos más estrictos de registro para los mayoristas
- normas más estrictas de las inspecciones
- notificación obligatoria de cualquier sospecha de falsificación por parte de los fabricantes y distribuidores.
Los gobiernos nacionales y la Comisión, tras consultar a los interesados, harán lo necesario para incorporar y aplicar la nueva normativa.