La tuberculosis no sólo puede prevenirse sino también, gracias
a medicamentos inventados hace 50 años, curarse. Y sin embargo hoy en día, en
Europa, 49 personas contraen esta enfermedad y 7 mueren de ella cada hora.
Los motivos por los cuales los países europeos no han
conseguido erradicar la tuberculosis son bien conocidos: continua aparición de
cepas resistentes a los medicamentos, prevalencia entre los colectivos más
venerables, brusco aumento de los casos de coinfección con el sida, etc.
Las organizaciones no gubernamentales desempeñan un papel
fundamental en la prevención de la tuberculosis, el tratamiento de las víctimas
y la definitiva erradicación de la enfermedad, pues mantienen estrechos
contactos con los principales agentes de todos los niveles – administraciones,
médicos, colectivos de riesgo – y poseen una valiosa experiencia sobre el
terreno.
Nuestra organización elabora y aplica proyectos de asistencia
social dirigidos a personas aquejadas de tuberculosis multirresistente.
Últimamente hemos trabajado en Moldavia, país que sufrió violentas conmociones
sociales tras la caída de la URSS. Carlux NGO es el nombre del programa que
sucede al emprendido en 1999 sobre sida y tuberculosis en las cárceles con la
ayuda financiera de Caritas Luxemburgo. Nuestro objetivo es reducir las
infecciones y fallecimientos por tuberculosis y sida a través de actividades de
apoyo, creación de capacidades en las instituciones civiles y penitenciarias y
mejora de sus condiciones de tratamiento.
Nos cabe el honor de haber recibido en 2009 el premio europeo
con el que la Comisión Europea, el Centro Europeo para la Prevención y el
Control de las Enfermedades y OMS Europa distinguen a las ONG en su lucha
contra la tuberculosis.
Más allá de la satisfacción personal, la importancia del premio
reside sobre todo en poner de manifiesto la contribución de nuestras
organizaciones. Reconocer y apoyar su labor es clave para nuestros esfuerzos
comunes por acabar definitivamente con la tuberculosis.