El 4 de febrero es un día en que todos recordamos que el cáncer
sigue siendo una enorme carga para las sociedades europeas. Segunda causa de
muerte después de las enfermedades cardiovasculares, supone dos de cada diez
muertes entre las mujeres y tres de cada diez entre los hombres. Cada año se
diagnostica cáncer a aproximadamente 3,2 millones de europeos.
Se calcula que, sólo en 2005, el cáncer provocó una pérdida de
más de 17 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad en
la región europea de la OMS. Los datos también indican una mayor incidencia de
la enfermedad, tanto en las mujeres como en los hombres, a pesar de la mejora
de la prevención y el tratamiento. Con el aumento de la esperanza de vida y el
envejecimiento de la población es de temer un incremento del número de enfermos
de cáncer, en particular entre las personas mayores. La carga que representa el
cáncer no puede sino crecer durante los próximos años y décadas.
Por eso Eslovenia, durante su Presidencia del Consejo de la
Unión Europea, decidió que el cáncer fuera una prioridad sanitaria y, en esa
línea, coordinará la labor de la Asociación Europea de Acción contra el
Cáncer.
En junio de 2009 la Comisión Europea publicó la Comunicación
Acción contra el cáncer: asociación europea, que constituye la base del plan de
trabajo de 2010 en el cual el cáncer es ámbito de acción prioritario. En su
aplicación, la Comisión quiere apoyar la colaboración entre los países de la UE
y otros interesados para abordar la incidencia del cáncer, a través de la
cooperación innovadora y las estructuras de gobernanza. La Asociación Europea
de Acción contra el Cáncer comparte información, recursos, buenas prácticas y
experiencia en prevención y control del cáncer. También ayuda a determinar la
actuación común que puede añadir valor al esfuerzo nacional.
Si todas estas medidas se aplican adecuadamente, se espera
alcanzar dos objetivos fundamentales: reducir tanto la carga del cáncer en la
UE como las desigualdades en la mortalidad por cáncer en los distintos países.
Por ello es necesaria una acción a largo plazo y sostenible contra el cáncer
para que los europeos puedan disfrutar de un futuro sano y próspero.