La enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia avanzan inexorablemente con la edad: en Europa hay una mujer de cada 4 y un hombre de cada 5 mayores de 85 años afectados. El envejecimiento continuo de la población europea nos obliga a prepararnos para esta carga que no deja de aumentar y a recoger un reto que es triple: científico, médico y social.
Seguimos buscando activamente instrumentos futuros de diagnóstico y tratamiento, pero hoy en día ya es posible aliviar los penosos síntomas de la enfermedad, reducir la dependencia que implica y, sobre todo, mejorar la calidad de vida de los pacientes y de las personas que les atienden.
Francia ha puesto en marcha un plan ambicioso de cinco años basado en una visión global de la enfermedad, y Europa ha explorado esta dimensión en los Programas Marco de Investigación 5º, 6º y 7º (especialmente las convocatorias de proyectos Era-net Neuron o el programa EUROCODE, European collaboration on dementia), o en sus reflexiones encaminadas al desarrollo de una asistencia prolongada de calidad, accesible y sostenible.
Todos los países de la UE se enfrentan a cuestiones de prevención, integración de asistencia y servicios, ayuda a los familiares, investigación y dignidad de las personas. Las respuestas son competencia esencialmente nacional, pero para avanzar más deprisa son imprescindibles el intercambio de experiencias y buenas prácticas y la colaboración científica. En esta óptica, y en el ámbito de la Presidencia de la Unión, Francia organiza una Conferencia en París los próximos 30 y 31 de octubre y desea fomentar las iniciativas conjuntas para luchar contra esta enfermedad que afecta a millones de europeos.