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El gentilicio de la Unión Europea

En el número 6 de PUNTOYCOMA se preguntaba Antonio Ballesteros por el gentilicio de Unión Europea. Han pasado nueve años y seguimos sin encontrarlo. Probablemente porque nadie ha buscado mucho.

Me explico. El término «Unión Europea» representa a un grupo de países con aspiración de tener muchas cosas en común y de abarcar el espacio geográfico europeo. Tanta es su aspiración de tener cosas en común que constituyen lo que se denomina una Comunidad Europea, que rige los destinos de sus súbditos en materias tales como la economía y la moneda, el medio ambiente, la protección de los consumidores o los derechos de los trabajadores. Pero no todos los aspectos de la res publica caen en la esfera de la Comunidad. Asuntos como la defensa, la política exterior y de seguridad (PESC) o la justicia y los asuntos de interior (JAI) se tratan de manera coordinada entre los miembros, reunidos en el Consejo de la Unión Europea. Por ello existen dos tratados diferentes que regulan los asuntos comunes a estos países: el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea (TCE) y el Tratado de la Unión Europea (TUE).

El resultado es que, cuando nos referimos a asuntos que corresponden a la entidad supranacional, solemos usar el adjetivo «comunitario», pues nos referimos a competencias de la Comunidad Europea. «Comunitario» connota un nivel competencial superior al estatal.

En cambio, cuando nos referimos más vagamente a asuntos que afectan al conjunto de Estados de la Unión Europea, usamos el adjetivo «europeo», probablemente por la segunda aspiración de la Unión Europea, la de abarcar el continente (cf. supra). Se puede argumentar que no es correcto, como incorrecto es llamar americanos a los ciudadanos de los Estados Unidos de América. Aunque, puestos a hilar fino, tampoco es correcto llamarlos «estadounidenses», porque Estados Unidos también lo son los Mexicanos. Se puede argumentar que «europeo» es una denominación informal y que ningún documento oficial hará uso de este gentilicio alegremente. Pero los políticos, en sus alocuciones públicas, y los periodistas, en sus crónicas gacetilleras, lo usan corrientemente.

Para contextos oficiales existe la tercera denominación, más pomposa y larga: la locución «de la Unión Europea». O, más brevemente, «de la UE». Esta última solución es muy apreciada en inglés, donde artículo y preposición desaparecen y donde se ponen pocos reparos al uso de siglas. En español, en cambio, las siglas son menos apreciadas y la denominación larga es justamente eso, larga. Por ello conviene usarla únicamente en textos con elevado grado de formalidad.

Josep Bonet
josep.bonet-heras@ec.europa.eu

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