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COLABORACIONES


La traducción del término inglés gender es polémica y, como todos los traductores sabemos, no se puede despachar simple y genéricamente como algunos pretenden: gender = sexo. El casticismo a ultranza no nos sirve para entender, en su amplísima distribución, un término que refleja, en contextos similares, pero en múltiples colocaciones, una evolución de las costumbres o, por lo menos, de la sensibilidad social.

Presentamos a continuación las reflexiones de Isabel Carbajal y José Castaño Clavero, dos compañeros de la División de la Traducción Española del Parlamento Europeo. Desde la práctica, delimitan con su análisis los múltiples problemas que plantea la traducción del término inglés y, lo que es más importante, proponen soluciones en función de los distintos significados de gender.

Aunque este artículo es excepcionalmente extenso para la versión en papel de nuestro boletín, hemos decidido publicarlo íntegramente, convencidos de la utilidad de la información para nuestros lectores1.

Gender

La palabra inglesa gender se ha convertido en los últimos años en un término fundamental en el ámbito de la igualdad entre los sexos. En 100 palabras para la igualdad, el glosario de términos relativos a la igualdad entre mujeres y hombres redactado por la Comisión, aparece en nada menos que veinticinco expresiones. Sin embargo, su traducción en los textos comunitarios es confusa y hasta incongruente. ¿Cómo se explica que la traducción de este término, en apariencia sencilla, nos cause tantos problemas? Nos basta comparar dos ejemplos como gender apartheid (en el caso de Afganistán) y gender analysis para hacer una primera observación: estos dos gender no pueden significar lo mismo. Si el primero no presenta problemas de traducción, ¿qué ocurre con el segundo? ¿Qué es lo que analizan?

La nueva acepción de gender

En los años 70, el término gender se extiende en los textos del feminismo académico anglosajón2. Alcanzada ya, en las sociedades occidentales, la igualdad de hombres y mujeres de iure, la investigación feminista se adentra en el análisis de las estructuras sociales. Como las desigualdades entre hombres y mujeres no pueden explicarse por una mera diferencia biológica, la investigación feminista recurre a la oposición sex/gender como un instrumento de análisis de las relaciones entre los sexos, con objeto de distinguir entre la biología y lo social. De una manera general puede decirse que este gender va a utilizarse para hacer patente que los comportamientos, las actividades, los papeles y, en general, lo femenino y lo masculino son construcciones sociales/culturales3. En las décadas siguientes, los estudios de género florecen en las ciencias humanas y sociales: en disciplinas como la historia, la antropología o la teoría de la literatura se aplica la perspectiva de género. En esta corriente se inscriben los famosos rewriting, rereading, etcétera, es decir, las relecturas de los clásicos, o la reescritura de la historia, por sólo poner dos ejemplos, con objeto de clarificar que la perspectiva masculina, que hasta ahora se ha querido universal (androcentrismo), no lo es4. Ello explica también que en los países donde más se ha trabajado en este campo (países anglosajones, países nórdicos) se distinga claramente entre los estudios de la mujer y los estudios, más amplios, de género.

El género entra en la escena política

Desde mediados de los años 80, el término gender se populariza. Su entrada de lleno en el ámbito político tiene lugar en la Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Pekín en 1995. Pero el uso que de él se hace es confuso. Ello se explica, en primer lugar, por la naturaleza teórica y abstracta de esta nueva acepción, creada para el análisis académico. En segundo lugar, su dificultad se debe a la complejidad del campo semántico en que se inscribe, dificultad que se multiplica al traducirlo a otras lenguas.

Un análisis semántico: sex y gender, «género» y «sexo»

El problema parece localizarse en la relación entre estas dos palabras españolas, entre sí y con sus equivalentes en inglés. Para clarificar esta relación hemos recurrido al análisis semántico.

Después de consultar los diccionarios (DRAE, Manuel Seco, Chambers y Webster's, edición electrónica y en papel), empezamos distinguiendo tres acepciones de la palabra «sexo». La primera acepción es «sexo» como actividad (S1). Esta acepción, recogida por Manuel Seco, no figura en el DRAE. Se trata, en efecto, de una acepción reciente, tomada del inglés y ya muy generalizada. «Nunca se habló tanto de sexo como en estos años» es el ejemplo que pone el Seco.

La segunda acepción es un «sexo genérico» (S2), por ejemplo, el que aparece en la frase «el bello sexo». La tercera acepción (S3) es «sexo» en el sentido de órganos sexuales.

[sexo] S1 nunca se habló tanto de sexo como en estos años
S2 el bello sexo
S3 las hojas ocultaban su sexo

En términos lingüísticos, decimos que la palabra «sexo» que aparece en cada una de las frases es la expresión de una forma de contenido (S1, S2, S3) de una sustancia de contenido [sexo]. Así pues, el «sexo» de la primera frase es la expresión de la forma S1 de la sustancia [sexo].

El «sexo» de estas frases se traduce al inglés por sex. Y se puede hacer el mismo análisis que en español.

[sex] S1 they talk about sex all the time
S2 the fair sex
S3 the leaves covered his sex

Pero «sexo» no siempre se traduce al inglés por sex. Como sabemos, a veces se traduce por gender, que también significa género. Por eso se puede decir que en inglés gender significa «género» y «sexo». Pero esto no nos aclara mucho. ¿Cuándo significa gender género y cuándo sexo? O también, ¿qué «género»? y ¿qué «sexo»?, es decir, qué formas de las sustancias [género] y [sexo].

Vamos ahora a ver gender. La sustancia [gender] se manifiesta también de tres formas:

[gender] G1 grammatical gender
G2 la palabra gender que aparece en los documentos de identidad y los formularios
G3 el nuevo gender, en un sintagma como gender perspective

G3 es el gender que nos causa problemas de traducción y que ha dado lugar a este artículo.

Al igual que habíamos visto con «sexo», el gender de grammatical gender es la expresión de la forma G1 de la sustancia [gender]. Lo mismo que el gender que aparece en los documentos de identidad y los formularios es la expresión de la forma G2 y el nuevo gender es la expresión de la forma G3 de la misma sustancia. Al hablar de formas, estamos refiriéndonos a cosas distintas en la realidad, no estamos haciendo distinciones gratuitas. Las sustancias como tal, sin forma ninguna, no nos ayudan nada en la traducción. Lo estamos viendo en el caso de gender. No es la misma cosa el sexo de «el sexo es bueno para la salud» que el sexo de «el sexo de los ángeles» que el sexo de «su sexo era un haz de trigo» porque el primero es S1, el segundo S2 y el tercero S3.

En español tenemos las formas correspondientes: G1, «género gramatical»; G2, y esto de entrada es sorprendente, porque la expresión de esta forma es «sexo», el «sexo» que aparece en el carnet de identidad, pero ahora mismo volvemos sobre ello, este es un punto muy importante del análisis, y G3, que es el nuevo «género»:

[género] G1 género gramatical
G2 el «sexo» que aparece en el carnet de identidad
G3 el nuevo «género» en, por ejemplo, «perspectiva de género»

¿Qué pasa con G2? ¿Cómo es posible que la expresión sea «sexo» si estamos en G y no en S, es decir, si estamos en la sustancia [género] y no en la sustancia [sexo]? Dicho rápidamente, con una sola palabra, aunque de una manera tal vez un poco críptica: estamos ante un sincretismo. Así es como llama el lingüista danés Louis Hjelmslev a la superposición de dos formas diferentes y esta superposición se manifiesta en una fusión. En latín y en alemán hay sincretismo entre las unidades de contenido nominativo y acusativo bajo la dominancia del neutro (bonum, gutes). En el caso de «sexo», y esto es muy importante, a diferencia de los ejemplos del alemán y el latín, hay sincretismo entre unidades de contenido que manifiestan sustancias diferentes, S y G. ¿Bajo qué dominancia se puede producir un sincretismo de este tipo? Bajo la dominancia del inglés, tenemos que decir sin dudar, porque estamos analizando precisamente un problema de traducción. Pero en caso de que el inglés no existiera no dejaría de existir el sincretismo, lo que pasa es que a lo mejor no lo habríamos visto. Entonces, suponiendo que el inglés no existiera, ¿bajo qué dominancia se puede producir un sincretismo de este tipo? Para contestar a la pregunta tenemos que volver a «género», desde el principio. ¿Qué es género?

Cuando se habla de género, en sus múltiples acepciones, se suprimen varias incomodidades: la diferencia de las mercancías en una tienda de ultramarinos, la diferencia biológica sobre base sexual o cualquier cosa relacionada con diferencia y se crea una igualdad ilusoria. Esta superación de las diferencias nos ha hecho pensar en la Aufhebung de Hegel y es en este concepto en el que se va a basar ahora nuestro análisis. La Aufhebung es un pestañear, conservar y suprimir, estar y no estar, conjunción y disyunción al mismo tiempo. Nos vamos a acercar al nuevo gender a través de la Aufhebung porque, después de pensarlo mucho, hemos llegado a la conclusión de que es precisamente la naturaleza de la Aufhebung lo que distingue a este «género» de los otros, es decir, lo que le da su significado (que no se puede encontrar en los diccionarios porque no está).

Las formas G1, G2, G3 que hemos visto son incontables, son género. Pero el género tiene especies (también en el sentido de Hjelmslev). G1 tiene las especies masculino/femenino/neutro, en inglés masculine/femenine/neuter. G2 tiene las especies «varón/mujer», en inglés male/female, y el gender nuevo no tiene especies, es puro género. Teniendo en cuenta las especies, se puede decir que G1 es contable pero sólo hasta tres, G2 lo mismo pero sólo hasta dos y G3 es incontable, o mejor dicho, incontable hasta dos o tres o cuatro o más. Esto de ser incontable hasta... es una expresión de la Aufhebung.

La Aufhebung se produce entre lo lingüístico, lo biológico y lo social. Nuestra idea es que la Aufhebung de G1 se produce entre lo biológico y lo social pasando por lo lingüístico, y la Aufhebung de G2 entre lo biológico y lo lingüístico pasando por lo social. Y que la Aufhebung de G3 es un producto de estas dos:

Las tres Aufhebungen se producen simultáneamente, aunque se puedan distinguir momentos lógicos, y esto nos da la figura siguiente:

Ahora vemos, de vuelta al sincretismo, bajo qué dominancia se produce: bajo la dominancia de la Aufhebung.

El hecho de que el sincretismo se produzca hacia sexo hace que el español vaya, en la expresión, en dirección contraria a la Aufhebung, por así decir. Y de aquí nos vienen todos los problemas de traducción. ¿Qué solución se les puede dar?

En primer lugar, hay que decir que hay más sincretismos que el que habíamos visto, aunque ahora ya sin salir de una sustancia. En inglés hay sincretismo G2/G3, como en bonum y gutes, es decir, dentro de G, y vamos a quedarnos en el terreno de la traducción y decir que este sincretismo se produce bajo la dominancia del español (o de otras lenguas cuando se traduce a otras lenguas, véanse los casos que mencionamos de las lenguas escandinavas) pero es también bajo la dominancia de la Aufhebung.

Después de lo que hemos visto, nos parece que la mejor manera de traducir gender en español sería traducir el gender de G3 por «género» y el gender de G2 por «sexo» (o la expresión de las especies de la forma G2: «mujeres y hombres», «el hombre y la mujer», etc.). Para eso tenemos que saber cuándo gender es G2 y cuándo es G3, lo que no siempre es fácil. Por eso es necesario analizar un poco los ejemplos.

Aplicación del análisis semántico: la traducción de gender

Repasemos lo que acabamos de ver, a modo de recapitulación: la palabra inglesa gender cuenta hoy con tres acepciones. Las que nos interesan son G2, que en español traduciríamos como sexo (o los sexos, el hombre y la mujer, etc.), y G3 que, aunque muy próxima a G2, ha pasado a tener un significado más amplio y, valga la redundancia, aun más genérico. En esta última acepción, «género» es incontable, es decir que carece de plural y no puede usarse con el artículo indefinido. Distinguir entre G2 y G3 es el primer paso para traducir este concepto con conocimiento de causa, pero esto no es siempre fácil. Para hacerlo, es necesario considerar a) el sintagma en el que se utiliza gender y b) el contexto (el tipo de texto, su autor, su intención).

A continuación hemos intentado clasificar una serie de sintagmas recurrentes, con una posible traducción. Prácticamente todos los ejemplos proceden de documentos comunitarios. Algunos aceptan una doble lectura, dependiendo del contexto.

G2 G3
division of work (by gender)
división del trabajo (en función del sexo)
 
  gender analysis
análisis de género
gender apartheid
segregación por motivos de sexo
 
  gender audit
auditoría de género
  gender blind
insensible a la dimensión de género
  gender contract
contrato (social) de género
  gender dimension
dimensión de género
gender disaggregated data
datos desglosados por sexo
 
gender discrimination
discriminación por motivos de sexo
gender discrimination
discriminación de género
gender distribution of paid and unpaid work
distribución del trabajo remunerado y no remunerado en función del sexo
 
gender equity
equidad entre hombres y mujeres
gender equity
equidad de género
gender gap
disparidad entre el hombre y la mujer
 
  gender harassment
acoso de género
  gender impact assessment
evaluación del impacto desde la perspectiva de género
  gender institute
instituto de género
  gender mainstreaming
integración de la perspectiva de género en el conjunto de las políticas
gender neutral
no sexista
gender neutral
no discriminatorio/neutro desde la perspectiva de género
gender pay gap
diferencia de retribución entre hombres y mujeres
 
  gender perspective
perspectiva de género
  gender planning
planificación desde una perspectiva de género
  gender proofing
verificación de la integración de la perspectiva de género
gender relations
relaciones entre hombres y mujeres
 
  gender relevance
pertinencia en términos de género
gender roles
roles establecidos en función del sexo
gender roles*
roles de género
  gender sensitive
sensible a la dimensión de género
  gender studies
estudios de género
  gender system
sistema (social) de género
  gender violence
violencia de género

* Los autores del artículo no están de acuerdo sobre este ejemplo. ¿Es posible ver un G3 en este sintagma?

La traducción de gender a otras lenguas

Vistos los problemas que el nuevo concepto ha causado en español, y dado que la situación es, creemos, muy similar en las demás lenguas románicas, no es de extrañar que la más fuerte oposición al uso de este término en la investigación feminista venga de Francia. La filósofa Geneviève Fraisse, por ejemplo, prefiere distinguir entre différence des sexes y différence sexuelle.

Por su parte, las lenguas escandinavas constituyen un caso interesante y bastante clarificador. Si consideramos cómo se expresan las formas de contenido S1, S2, S3, G1, G2 y G3, obtenemos los siguientes esquemas:

Noruego Danés Sueco
S1 Sex
S2 Kjønn
S3 Kjønn
G1 Kjønn
G2 Kjønn
G3 Kjønn
S1 Sex
S2 Køn
S3 Køn
G1 Køn
G2 Køn
G3 Køn
S1 Sex
S2 Kön
S3 Kön
G1 Genus
G2 Kön
G3 Genus

Vemos que el noruego y el danés han seguido, simplemente, el camino del inglés y «estirado» G2 hasta G3. Ello es posible porque la palabra nórdica kjønn/køn/kön tiene un significado más amplio que el de sex, y equivale más bien a gender. De hecho, lo mismo puede decirse del español. La diferencia reside en que, en estas lenguas, no se produce sincretismo entre S1 y S2. Se puede decir que el sincretismo de S2/G2 queda «liberado» para pasar a G3. A pesar de ello, el sueco ha preferido «romper» con G2 y ha recurrido al género gramatical (G1) para llenar la casilla G3. A modo de anécdota, digamos que esta elección se está cuestionando actualmente, aunque no sólo por razones lingüísticas. Sin embargo, genus es ya una expresión bien asentada en sueco, sobre todo en lo que hace referencia al plano teórico-académico de esta discusión (estudios de género). En el ámbito político se recurre también a kön o a una expresión de solera en los países nórdicos: jämställdhet (DA: ligestilling), es decir, la «situación de igualdad (entre los sexos)». Así, en el glosario de la Comisión se traduce gender dimension por könsaspekt o jämställdhetsaspekt5.

El uso y la traducción de gender en el ámbito político

En los últimos años, el problema de la traducción de esta nueva acepción inglesa (G3) se ha ido solventando con el recurso a la perífrasis. Ahí está el caso de gender mainstreaming, o «integración de la igualdad de hombres y mujeres en todas las políticas». Poco a poco, sin embargo, por necesidad (para dar cuenta de un nuevo concepto) y por mera economía lingüística, se ha ido asentando, en español, el uso de la palabra «género» para traducir G3. No hay más que hacer una sencilla búsqueda en Internet para darse cuenta de que este uso se está consolidando en español, aunque sólo sea en el mundo académico y en el ámbito político, muy pertinente éste para las actividades de la UE en general y el PE en particular.

Por otra parte, en el lenguaje político, el uso de gender o «género» parece reflejar una toma de posición en el debate feminista. A diferencia de muchos países católicos que están, tal como quedó demostrado en la Conferencia de Pekín6, en contra de la palabra y del concepto, las instituciones comunitarias, y en particular el PE , han hecho suya esta perspectiva, adoptando también el término que mejor la define. Así lo demuestran el glosario redactado por la Comisión (aunque no falten, a nuestro modo de ver, las incoherencias), las puntualizaciones de diputadas y exdiputadas parlamentarias en el Pleno y en la prensa o, muy recientemente, el Informe Hautala7. Por ello, en la línea de la institución para la que trabajamos, el término «género» debería utilizarse siempre que sea necesario, de acuerdo con todo lo expuesto anteriormente.

Bibliografía

Eva GOTHLIN: texto de su intervención en el Congreso Könsperspektiv i forskning och undervisning, Gotemburgo, 26-27 de agosto de 1999, publicaciones de Nationella sekretariatet för genusforskning, Gotemburgo, 1999.

Louis HJELMSLEV: Ensayos lingüísticos, Gredos, Madrid, 1972.

Juliet Flower MACCANNELL: «Women and the symbolic», en The other perspective in gender and culture, Columbia University Press, Nueva York, 1990.

Isabel Carbajal
icarbajal@europarl.europa.eu
José Castaño Clavero
jcastano@europarl.europa.eu
Parlamento Europeo

 

 

 

 

 

 

1. Este asunto, aunque no de forma tan exhaustiva, ya se ha tratado anteriormente en PUNTOYCOMA, en los números 31 y 42.
2. En los años 60, el psicoanalista estadounidense Robert Stoller utilizó la oposición sex/gender en su estudio de los transexuales para distinguir entre la identidad sexual (gender) y el sexo biológico (sex). Este par entraría algo más tarde en la teoría feminista, aunque aplicado no ya a los individuos, sino a las estructuras sociales. Se considera que la primera en utilizarlo en este contexto fue la antropóloga Gayle Rubin, en un artículo publicado en 1975.
3. Lo que Simone de Beauvoir había expresado, ya en 1949, con el conciso «On ne naît pas femme, on le devient».
4. De hecho, este enfoque no es exclusivo del feminismo, sino que se aplicará también en otros ámbitos a otras «minorías» subordinadas por la historia a la perspectiva del hombre blanco, heterosexual y cristiano: países colonizados, población afroamericana, homosexuales, etc.
5. Este pequeño ejercicio puede resultar clarificador, os invitamos a hacerlo en otras lenguas (y a que nos comuniquéis el resultado).
6. En la versión española del informe de la Conferencia de Pekín, que consta de 213 páginas, la palabra género aparece 206 veces. El término mereció también una declaración de la presidenta sobre cuál era su interpretación más generalizada, recogida en el anexo IV (declaración, por lo demás, vacía de contenido).
7. Proyecto de informe sobre la propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se modifica la Directiva 76/207/CEE del Consejo, relativa a la aplicación del principio de igualdad de trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la formación y a la promoción profesionales, y a las condiciones de trabajo (COM(2000) 334 - C5-0369/2000 - 2000/0142(COD)).

 

 

 

 

 

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