La arqueología de 'punto' revela diversos estratos interesantes: dolorosos como 'punzada' o quejumbrosos como 'compungido'; no muy lejos, tirando del hilo, aparecen vetas traicioneras como 'puñal', escurridizas como 'compinche', sudorosas como 'púgil', insospechadas como 'pigmeo' o coloristas como 'pintura'. Vamos, una familia muy completa.