CABOS SUELTOSPrecariadoEl término «precariado», como sus equivalentes en otras lenguas europeas, se usa desde hace al menos una década1. Según la mayoría de las fuentes, este neologismo se forma a partir de los sustantivos «precariedad» y proletariado»2, aunque para el sociólogo Robert Castel se trata de una contraction des mots précarité et salariat. Entre los principales valedores y difusores de este neologismo tenemos representantes del mundo académico, como el propio Robert Castel, y activistas, como el italiano Alex Foti, uno de los promotores de las «celebraciones» de San Precario en Europa. Para Foti, el «precariado» de nuestra sociedad posindustrial vendría a ser lo que fue el proletariado de la sociedad industrial. Para aproximarnos a una definición del término podríamos proponer, como punto de partida: «clase de desempleados y trabajadores que se encuentran en situación de precariedad prolongada por su bajo nivel de ingresos y por la incertidumbre sobre su futuro laboral». Puede aducirse que el término «clase», que figura en casi todas las definiciones de las fuentes consultadas3, resultaría hoy demasiado restrictivo, pues los subasalariados (y desempleados) a los que se refiere no comparten necesariamente, al menos en su origen, la misma «clase de pertenencia»4. Pero estamos ante lo que podríamos llamar un término reactivo, connotado ideológicamente, acuñado en los márgenes del poder y usado casi como un arma arrojadiza contra él. Por ello, aunque se emplee de manera genérica, el hiperónimo «clase» nos sirve aquí perfectamente para situar al «precariado» (como en su día ocurrió con el proletariado) en un lugar determinado de la escala social y, por lo tanto, de la lucha política. En este sentido lo ha usado recientemente Noam Chomsky5. Teniendo en cuenta que en la base del «precariado» se encuentra la figura del «precario», podríamos simplificar la definición anterior: «clase social constituida por los precarios»6. El concepto de «precariado» está evolucionando, ampliándose peligrosamente7, pues, si en un principio se aplicaba casi exclusivamente a personas sin formación, hoy uno de los grupos más visibles de esta nueva «clase» es el de los titulados universitarios sin trabajo, o con empleos que no requieren excesiva cualificación. Habrá que ver cómo evoluciona el término con el uso: el debate queda abierto. Con esta nota, que resume los principales argumentos y fuentes utilizados para incluir el término español en la base de datos IATE, se pretende tan solo dejar constancia de la necesidad de registrar un término que está en la calle y en los medios. Nuestros diccionarios generales, con el DRAE a la cabeza, deberían quizás tenerlo en cuenta. Comisión Europea
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