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Con voz propia: Los fondos estructurales de la UE deben respaldar la autogestión

  • 17 March 2017
Con voz propia: Los fondos estructurales de la UE deben respaldar la autogestión

Cuando hablamos de fondos estructurales, destacan especialmente tres frases clave: burocracia excesiva, dependencia de las ayudas y mayor competitividad. Aunque dos de estas expresiones tienen connotaciones más bien negativas, resulta evidente que los fondos estructurales han aumentado notablemente la competitividad del Estado y de las empresas en Estonia, algo que en ocasiones se ha infravalorado. No obstante, era y sigue siendo importante controlar debidamente las reacciones negativas.

Cuando hablamos de fondos estructurales, destacan especialmente tres frases clave: burocracia excesiva, dependencia de las ayudas y mayor competitividad.

Aunque dos de estas expresiones tienen connotaciones más bien negativas, resulta evidente que los fondos estructurales han aumentado notablemente la competitividad del Estado y de las empresas en Estonia, algo que en ocasiones se ha infravalorado.

No obstante, era y sigue siendo importante controlar debidamente las reacciones negativas. Para evitar que tal negatividad vuelva a proliferar, debemos recabar constantemente las opiniones de los beneficiarios de las ayudas, así como de las organizaciones no gubernamentales que representan los intereses generales de un sector.

La cantidad de burocracia asociada a los fondos es algo que los empresarios consideran que ha ido aumentado con el tiempo. Si más del 20 % de los gastos del proyecto corresponden a la realización de informes y gastos relacionados, evidentemente es demasiado. Sería más lógico destinar esos recursos a alcanzar los objetivos principales de las distintas medidas. Resulta esencial centrarse más en los objetivos con impacto y en la evaluación de los resultados finales de cada proyecto que en la presentación constante de informes. Especialmente en el caso de las pequeñas empresas, tales informes pueden resultar excesivos y provocar frustración.

Debe depositarse una mayor confianza en los beneficiarios de las subvenciones, dado que no es razonable comprobar y auditar todos los detalles, puesto que aumenta los costes tanto para el emprendedor como para el Estado.

El desarrollo de una dependencia de las ayudas ha constituido un problema en todos los países, independientemente de la fuente real de la financiación. Esto debe evitarse, dado que los fondos acabarán por agotarse; por tanto, los recursos deben emplearse para impulsar el desarrollo, no como subsidios.

En algunos sectores esta dependencia se ha convertido en un problema importante, y no solo en Estonia. Uno de los ámbitos más complejos es la agricultura, por citar un ejemplo, pero no es el único. La principal trampa que debe evitarse es provocar un «síndrome de indefensión aprendida», generando una ilusión de asistencia omnipotente e interminable.

Los fondos estructurales deben ayudar a la economía en su conjunto a volverse más competitiva; ese debería ser su principal objetivo. Si se recibe ayuda, es importante tratar a las grandes corporaciones y a las pequeñas empresas de forma equitativa, así como respaldar más a quienes ya llevan cierto tiempo en el mercado y parecen gestionarse bien. La competencia en el mundo empresarial es dura y, para alcanzar el éxito en los mercados internacionales, es necesario dedicar mucho esfuerzo y dinero.

Las empresas más grandes están dispuestas a aportar más; si sumamos los fondos estructurales de la UE a sus esfuerzos, los resultados podrían ser mucho mejores. Por otro lado, no debemos olvidar que las grandes empresas suministran trabajo a docenas de empresas más pequeñas. En ciertos casos, el número de subcontratistas podría alcanzar varias centenas y su éxito a menudo depende del socio de mayor tamaño. Si la ayuda se orienta de un modo más sensato, también se lograrían grandes ahorros en los trámites administrativos. 

MAIT PALTS

Director General

Cámara de Comercio e Industria de Estonia

Panorama Magazine